La llegada de la final de la UEFA Europa League entre el Tottenham y el Manchester United a Bilbao ha despertado el interés de la comunidad británica afincada en Bizkaia. Para algunos, la ciudad es solo un destino temporal; para otros, un lugar que, fruto del azar, se ha convertido en hogar. Todos miran con ilusión la final, conscientes también de la responsabilidad de ejercer de buenos anfitriones ante sus compatriotas.

Al realizar este reportaje, llama la atención la fuerte conexión e identidad que muchos británicos residentes sienten hacia Euskadi. Es el caso de Anthony Gilfoyle, escocés, que lleva apenas cinco años en Bilbao tras llegar desde Glasgow. Su corazón futbolero está dividido entre el Athletic y el Celtic, clubes unidos por una histórica hermandad. Recuerda emocionado cómo aterrizó en la ciudad “casi por accidente”: “Llegué sin conocer a nadie, pero aquí encontré trabajo, amigos, novia y hasta perros. Ahora vivo feliz en Gernika y me esfuerzo por integrarme en la cultura vasca”, cuenta. Su historia es la de muchos otros anglosajones que vinieron de paso y terminaron echando raíces. “Lo primero que me conquistó fue el estilo de vida: la montaña, el mar, la gente. Aquí hay una energía muy especial”.

Anthony trabaja como profesor en el St. George’s British International School, donde estos días se vive con intensidad la cuenta atrás hacia la final. “Los alumnos están ilusionados, aunque algunos están tristes porque esperaban ver al Athletic. Hay estudiantes del Liverpool, Southampton… pero del Tottenham o del Manchester United no hay demasiados”, señala.

En St. George International British School se viven con intensidad los días previos a la final Miguel Acera

En el mismo centro enseña Garry Hill, londinense que llegó a Bizkaia por una historia de amor nacida en el festival Bilbao BBK Live. “Me enamoré en el festival, era mi primera vez en el País Vasco y terminé viniendo a vivir a Durango”, relata. Lleva cinco años asentado en junto a su mujer Teresa, y afirma que “es un lugar increíble para vivir”. Garry es fiel seguidor del Queens Park Rangers y recuerda con cariño las visitas al estadio con su padre y su abuela. Aunque su equipo no esté en el campeonato, la cita le emociona: “Esta vez apoyaré al Manchester United”, confiesa, aunque aún no ha decidido dónde verá el partido. "Tenía previsto recibir a varios amigos en su sofá para disfrutar juntos de la final, pero no han conseguido entradas y lo veo difícil”, lamenta. Aun así, está seguro de que será una jornada festiva: “La gente local siempre ha sido muy hospitalaria conmigo, y seguro que también lo serán con los aficionados que vengan”.

Adam Crerar es uno de los recién llegados. Solo lleva en Bilbao desde octubre, adonde se mudó para trabajar en idiomas. Natural de Manchester, ve similitudes entre su ciudad natal y la capital vizcaina: “Ambas son ciudades industriales en plena transformación, pero Bilbao me gusta más”, admite. Le fascina la costa vasca y destaca que Bilbao “es muy conocida en Inglaterra, sobre todo por el Athletic Club”. Destaca que la política de fichajes del club rojiblanco es muy admirada. “En los bares hacemos pub quiz (juegos de trivial) y siempre sale la pregunta de qué equipo solo ficha a vascos”, explica.

Curiosamente, vive en el barrio de Ametzola, cerca de la Fan Zone del Tottenham. “No me molesta. Si yo siempre he sido del Manchester City”, dice entre risas. Desde octubre no ha vuelto a casa y espera el verano con ganas, aunque el partido del miércoles le dará la excusa perfecta para reencontrarse con conocidos. “Estoy muy a gusto en Bilbao y seguiré aquí en septiembre”, afirma.

En el corazón Mark Felton conviven el Leeds United y el Athletic Club Oskar Gonzalez

"A lo loco se vive mejor"

Mark Felton nació en Ipswich, al este de Londres, y es un apasionado del fútbol y, en particular, de Marcelo Bielsa. Su primer equipo es el Leeds United, pero ha sido socio del Athletic durante 27 años. “Mis hijas han nacido aquí, son del Athletic, y eso ya no cambia”, asegura orgulloso. Actualmente da clases en la Cámara de Comercio y no cambiaría su barrio, San Adrián, “por nada”. Allí tiene su cuadrilla, ve los partidos y comenta las jugadas como uno más. “Después de tantos años yendo a San Mamés, decidí que ya tocaba ver los partidos con los amigos en el bar”, explica. Entre sus recuerdos más especiales como athleticzale destaca un viaje a Logroño, donde vio jugar a Sarabia en el equipo rival.

Tiene claro que su futuro está en Bilbao, aunque nunca olvida al Leeds. Sobre el partido del miércoles confiesa sus dudas: “Leeds y Manchester siempre han sido rivales, pero tengo un sobrino y un cuñado del United. Si quiero que ganen, es por ellos”. También destaca la expectación que ha generado la final entre los británicos que visitan la ciudad: “Espero que estemos a la altura y que todo salga bien, sin incidentes”.

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Mark aguarda con entusiasmo el gran día. No descarta que alguien se enamore durante la jornada y acabe quedándose a vivir en Bilbao, como él. Reflexiona sobre cómo muchos compatriotas suyos no solo encuentran el amor en la ciudad, sino también caen rendidos del propio Athletic. “Me he cruzado con muchos que vinieron por amor… y acabaron con la bufanda zurigorri. Este lugar tiene algo magnético”, concluye.