La felicidad es algo que no se puede comprar pero con un dulce se puede estar más cerca de ella. La pastelería Larralde, ubicada en el corazón de Bilbao, se ha encargado de endulzar durante 115 años varias generaciones de vecinas y vecinos de no solo la capital vizcaina sino también el resto de Bizkaia.

Este establecimiento llamado en sus inicios La Esperanza se fundó en el año 1910 por Mari Luz, la abuela de los hermanos Larralde. Fonsi Díaz, actual propietaria del local, comenzó a trabajar en la pastelería Larralde con quince años de la mano de Mari Luz. Un negocio que el Ayuntamiento de Bilbao incluyó el año pasado entre los centenarios de la villa.

La relación que Fonsi recuerda de sus inicios como excelente. De aquellos años nunca olvidará la labor de recadista que ejercía en la que todos los días tenía que llevar pasteles a domicilio. Fonsi se preguntaba dónde se había metido.

Un primer día duro

El primer día fue el más duro, tuvo que transportar una bandeja de pasteles que pesaba más que ella. Cuando regresó a su casa, le dijo a su ama que este trabajo no le gustaba. Una anécdota que guardará toda su vida. Lo que Fonsi no sabía es lo que estaba por llegar. El rumbo de la pastelería Larralde cambió en el momento en el que la familia Larralde quería dejarlo pero no a cualquiera.

Por este motivo, le ofrecieron a Fonsi quedarse con el negocio. No se lo pensó dos veces y se arriesgó a mantener una de las pastelerías más longevas de la capital vizcaina. Pese a que cambiaron los propietarios del comercio, Fonsi decidió no modificar el nombre para reconocer el buen trato que había recibido Fonsi durante toda su trayectoria de tal manera que la familia Larralde continúa manteniendo su presencia y esencia de origen.

En la actualidad, muchos clientes le preguntan a Fonsi por los propietarios anteriores, sobre todo las aldeanas que bajaban al local.

Algunos de los productos que venden en la partelería Larralde Markel Fernández

A lo largo de todos estos años ha superado numerosos obstáculos como crisis económicas, las inundaciones que asolaron la ciudad, la pandemia provocada por el coronavirus, etcétera. Reconoce que si eso pasase ahora a todos los comercios les resultaría muy difícil abrir.

Son situaciones que dejan recuerdos grabados, como el caso del día de las inundaciones que pese a ser fiesta, la pastelería abría y no pudo llegar al local. La situación en la que se quedó el negocio le impactó. No obstante, el amor al legendario y dulce negocio y su constancia en el trabajo hace que continúen con mucha actividad ofreciendo sus pasteles más típicos y su famoso chocolate con churros que está tan demandado.

Por este motivo, en la fachada del local apuntan dos fechas, 1910 que la califican como el primer nacimiento de la pastelería y 1984, que es el segundo.

Muchos recuerdos

Con el paso de los años, como sucede en negocios de estas características, es habitual que al igual que los comercios pasan por distintas generaciones, los clientes también acudan a aquellos locales que sus progenitores visitaban habitualmente.

Incluso cerca de la lágrima al recordar casos recientes. Esto se debe a que este tipo de locales acogen diferentes maneras de entender la vida o algo tan simple como puede ser un desayuno.

Es una de las pastelerías que hacen hueco al café o al té, espacios multiusos donde el momento de la charla se acompaña de una bebida caliente o cafés para pasar el rato mirando la decoración de otra época mientras se disfruta de la bollería de siempre.

De toda la vida

Comparta su recuerdo. Si tiene alguna anécdota que haya vivido a lo largo de los más de 100 años en los que este negocio de Bilbao de toda la vida ha estado abierto al público, puede compartirla enviándola al correo aitor.garcia@deia.eus

Abiertos a sus ideas. Si considera que alguno de los negocios de toda la vida que continúan abiertos en su barrio deba ser recordado en esta sección puede compartir la propuesta enviándola al correo aitor.garcia@deia.eus

En los más de cien años en activo de la pastelería, Larralde ha estado ofreciendo desayunos y meriendas dulces, con cafés y chocolates, que son un motivo para visitar el establecimiento.

Además, en sus vitrinas mantienen los productos como los pasteles de arroz o las carolinas, listas para ser consumidas. Unas delicias muy apreciadas en Bilbao.

El futuro de la pastelería, por el momento, pasa por las manos de Fonsi. No obstante, ya están barajando quiénes serán los siguientes propietarios del local. Por lo que, todo parece indicar que la pastelería Larralde continuará abierta durante unas cuantas décadas más.