Aproximadamente un 25% de los algo más de 770 taxis que circulan por Bilbao con licencia municipal tienen instaladas cámaras que graban todo lo que ocurre por delante del vehículo. Una tecnología que se está extendiendo en el último año como consecuencia de la proliferación en la trama urbana bilbaina de bicicletas públicas de alquiler, repartidores de comida rápida, pero sobre todo de patinetes eléctricos. Y también sirve como disuasión ante clientes conflictivos.

“Cada vez más compañeros la están instalando con carácter preventivo porque puede ser una prueba ante cualquier duda que surgir con un incidente”, declara Iñaki Pardo, miembro de la junta directiva de la asociación Radio Taxi Bilbao que agrupa a más de medio millar de taxistas.

En un principio, las cámaras enfocaban hacia dentro, hacia el habitáculo donde se sientan los clientes. Un indicativo de color amarillo en el cristal de cada una de las dos puertas traseras avisan de que el vehículo tiene estos dispositivos y de que van a ser grabados en el interior.

“Eso ya supone una barrera y yo ya he tenido casos de personas que no han montado al ver el indicativo, por algo sería”, explica un veterano taxista que la colocó poco después de finalizar la pandemia. Con la proliferación de los patinetes eléctricos desde hace casi dos años, los taxistas han empezado a colocar también dispositivos de grabación en los parabrisas delanteros o en el frontal de los vehículos para registrar todo lo que acontece delante.

Muchos de los patinetes se meten ante el coche sin avisar, salen de las aceras para meterse en la calzada, el riesgo es muy alto y obliga a constantes maniobras para evitarlos o frenar bruscamente”, describe Iñaki Pardo.

Pero no solo los patinetes provocan escenarios peligrosos. El aumento de bicicletas de alquiler tras sumarse recientemente al servicio de Bilbao el de la Diputación Foral, Bizkaibizi, ha incrementado también el riesgo para los taxistas. “Últimamente se están dando casos de grupos de adolescentes que cogen las bicis para divertirse por la ciudad y no para circular de un punto a otro. Se meten entre los coches, se persiguen y parece como si protagonizaran una escena de Verano Azul”, indica el responsable de la asociación profesional.

A eso se unen los repartidores de comida que, sobre todo en las horas previas a la cena, invaden las calles de la villa en unos recorridos acelerados y sin respetar las normas de circulación “porque cuanto más rápido hagan los servicios más dinero ganan”, apostilla. También sirven las cámaras para solventar dudas en siniestros habituales con otros vehículos “en los que como haya un taxista implicado parece que siempre es el culpable”, explica Pardo.

Recuerda en concreto el caso de un compañero en el que “la hija de un hombre nos llamó a la asociación diciendo que nos iba a denunciar después de que su padre con su coche arrancara el retrovisor de un taxi y nuestro asociado saliera para pedirle explicaciones después de que además le insultara”. El caso se cerró inmediatamente después de que le mostraran las imágenes a la hija en la que se veía como su padre estaba en un claro estado de embriaguez y era culpable del incidente.

El caso de Alcalá

Otro caso mucho grave en el que la cámara ha sido determinante ocurrió este mismo miércoles en Alcalá de Henares. Un joven de 16 años fue detenido por la Policía tras apuñalar mortalmente a un taxista de 62 años el martes y captar los hechos la cámara de seguridad que portaba el vehículo. La grabación fue clave para localizar y detener al autor de los hechos.

Si antes la colocación de estas cámaras era costosa económicamente y a nivel legal no estaba muy clara su actividad, ahora esos obstáculos se han superado y cada vez más taxistas las están colocando.

Ahora mismo por menos de 300 euros es posible comprar un sistema de grabación de cámaras que puede emitir en directo a un teléfono móvil que si quieren los taxistas pueden instalar en su salpicadero. Las imágenes se graban en tarjetas SD, como las que utilizan en las cámaras fotográficas, y cada 48 horas son borradas por los taxistas.

La proliferación de coches eléctricos de la marca Tesla entre el colectivo de taxistas de la villa, que ya viene con este sistema de vigilancia instalado, también ha ayudado al aumento de vehículos con esta tecnología. El miembro de la junta directiva de Radio Taxi Bilbao indica que “de los algo más de 500 asociados que tenemos, 110 ya circulan con coches eléctricos y de ellos la mitad son Teslas”.

Hasta la fecha el colectivo de taxistas bilbainos no ha tenido un accidente grave con patinetes o bicicletas en los que se hayan registrados heridos “aunque sustos han sido muchísimos y lo que supone es que los compañeros tengan que estar mucho más pendientes del tráfico y las calles”, indica.

Otro profesional del volante indica que “afortunadamente tenemos experiencia, estamos muy atentos en cruces y pasos de peatones y nuestra capacidad de reacción es inmediata, más problemas tienen los conductores de Bilbobus para los que aunque, actúen rápido y frenen, las consecuencias para el conductor del patinete y de los viajeros pueden ser muy graves".

Al detalle

Función preventiva de cara a aclarar incidentes

  • Son múltiples los casos en los que las grabaciones han sacado a a más de un apuro a taxistas que se han visto implicados en incidentes de tráfico de todo tipo.

Tecnología accesible por abaratamiento del coste

  • Si hace unos años la instalación de estos dispositivos era muy costosa desde hace unos años su precio se ha rebajado lo suficiente para que su uso sea masivo.

La cifra: 774

  • Es el número de licencias de taxis que están activas en Bilbao y la mayoría utilizadas por conductores que han visto cómo el tráfico por la ciudad ha cambiado con lo nuevos vehículos personales.