De una forma muy similar a las primeras ortofotografías tomadas en el territorio por el ejército estadounidense en 1956, la cartografía de Bilbao en 3D se obtendrá, principalmente, a través de imágenes aéreas de la ciudad. Una avioneta sobrevolará la villa durante varias semanas, previsiblemente a finales de este verano, para recoger con todo lujo de detalle cualquier información de elementos que definan la ciudad: desde bocas de riego y postes, escaleras con número exacto de peldaños, muros, tapias, vados, bancos, papeleras, acequias, árboles, alcornoques o armarios eléctricos. Para ello, las cámaras fotográficas que se utilizarán serán de última generación: es decir, cámaras fotogramétricas digitales.

“Lo más llamativo del trabajo es que lo primero que tienen que hacer es volar sobre Bilbao. Y, en base a las ortofotos de otra índole que pueda haber, como de satélites o de otros sistemas, se transforman esas imágenes en una cartografía”, explica Javier Martínez Callejo, director de Planificación Urbana, quien concreta que, por lo demás, hay mucho trabajo informático, de topógrafos que van restaurando y traduciendo esas fotos desde el avión en imágenes a 3D en un plano.

En palabras del técnico municipal, el contrato para la actualización de la cartografía se licita ahora y urge que se adjudique cuanto antes. De hecho, el contrato concreta que los vuelos se realizarán en las fechas que garanticen que la altura del sol sea de más de 40 grados. “Lo ideal es que los vuelos sean en los meses de julio y agosto. Es cuando se aprovechan más horas de luz y hay menos nubosidad. El sol está más vertical y hay menos sombras”, expone. De esa forma, el proceso de licitación abierto actualmente podría permitir que a finales de verano, hacia agosto o septiembre, se iniciaran los primeros vuelos.

Esta singular actuación suele realizarse habitualmente desde una avioneta. La empresa adjudicataria deberá entregar la planificación de los vuelos antes de su realización y las desviaciones de la trayectoria de la aeronave deberán ser inferiores a 50 metros con respecto a lo planificado. “No hay que preocuparse, suelen volar a unas alturas muy altas para poder coger el ángulo vertical de la ciudad”, revela. De hecho, según el Reglamento de Circulación Aérea, en zonas urbanas las aeronaves deben sobrevolar a una altura mínima de 1.000 pies (unos 300 metros) del punto más elevado situado en un radio de 600 metros.

A pesar de esta altura, la cartografía a escala 1/500 capturará “absolutamente todos los detalles urbanos de la ciudad”. No obstante, Martínez Callejo concreta que “por el grado de definición, Bilbao ya tiene una cartografía de alta calidad y definición”. Ahora lo que se busca es que sea referente, a nivel de Euskadi, en sistemas de trabajo que después podrán replicarse por otros municipios. Para ello, el director de Planificación Urbana admite que se han fijado en el trabajo hecho anteriormente por otras ciudades del Estado. “Hemos aprendido sobre las experiencias positivas y sobre los errores de otros”, concluye.