Uno, dos, tres... a bailar! Con vermut en mano, Bilbao se ha lanzado a la calle para mover las caderas al ritmo de jazz solidario para ayudar a los niños de la Cuadri del Hospi. Bizkaia Big Band ha congregado a decenas de bilbainas y bilbainos que se han acercado a la calle Diputación para escuchar noventa minutos de música jazz. Antes de dar comienzo al concierto, el director de la Bizkaia Big Band Óscar García ha pedido a los asistentes y a aquellas personas que se encontraban en la zona que "disfrutéis el concierto y colaboréis por con la causa".

El concierto –organizado por Bilbao Centro– que tiene fines solidarios ha trasladado a Nueva Orleans a los allí presentes que estaban aprovechando el soleado y caluroso día que se está viviendo en la capital vizcaina. "Música y pintxopote, es un plan perfecto", ha expresado Aitziber González mientras esperaba que la banda tocase la siguiente canción. El gerente de Bilbao Centro, Jorge Aio, ha señalado que "poder tener esto aquí es un auténtico lujo". Además, Aio indica y refuerza el concepto de que la cultura "es como un dinamizador para la ciudad".

FINES SOLIDARIOS

El concierto organizado por Bilbao Centro a la que la Bizkaia Big Band le ha puesto música tiene un motivo solidarios, la Cuadri del Hospi. Son padres y madres de cinco niños que han pasado o están pasando por un proceso oncológico. En total, diez miembros voluntarios entre los que se encuentra Juan Carlos Amor quien ha puntualizado que "para organizar nuestros programas y proyectos necesitamos financiarnos".

Cada año, más de 130 menores y adolescentes se benefician de los programas de la Cuadri del Hospi en los que ofrecen terapia de rehabilitación en cualquiera de las etapas de la enfermedad. "En este caso, la Bizkaia Big Band nos han invitado a estar con ellos en el día de hoy", añade Amor.

VISIBILIZAR EL CÁNCER

Eventos como el concierto que se ha vivido en la calle Diputación ayudan a que la asociación tenga la oportunidad de acercarse a la gente y poder así visibilizar la lucha contra el cáncer. "Que cada vez seamos menos conocidos querrá decir que el trato de la enfermedad va a mejor", ha sentenciado Juan Carlos Amor.