José A. Tartajo es un enamorado de los autobuses históricos de Madrid tal y como lo demuestra el blog que escribe en internet. Durante unos años visitó a menudo Bilbao por cuestiones laborales y retrató decenas de autobuses que circulaban por la villa. Una de esas fotos que recoge en su bitácora digital es la superior. Fue tomada el 16 de abril de 1966 para capturar el paso de dos trolebuses, de la casa Vetra de solo una altura en una época en la que los míticos troles de dos pisos empezaban a tomarles el relevo. Aunque a los ojos actuales podían parecer unos autobuses con motor a combustión, estas piezas ya desaparecidas eran muy modernas debido a que se movían por la electricidad que recibían de los tendidos que sobrevolaban buena parte de las arterias urbanas de la villa. Cables que se anclaban en decenas de postes como el que se yergue en el centro de la imagen. Vamos, igual que ahora Bilbobus que incorpora cada vez más autobuses con energía eléctrica. Eso sí, sin troles. También entonces los modos de locomoción personales tenían su presencia. Si hoy son los patinetes y bicis eléctricas, entonces eran otros modelos de dos ruedas mucho más pesados que se movían a pedaladas de fuerza motriz humana y motos vespa como la que circula al lado del taxi. En aquella época estos coches de alquiler eran de color negro, casi todos modelos Seat 1.500 y con una banda inclinada de color rojo que se pintaba en las dos puertas delanteras. Hoy son blancos y con lista horizontal.

En el imagen además se recoge dos unidades de los míticos azulitos, una de ellas parada por detrás del que está en marcha. Estos minibuses se movían a motor de combustión lo que les daba mucha más independencia a la hora de circular ya que no estaban atados a un trayecto hipotecado por los cables eléctricos superiores. Todos estas unidades de transporte pertenecían a la compañía Transportes Urbanos del Gran Bilbao S. A. (TUGBSA), la que conformaban entonces prácticamente la movilidad de una capital vizcaina donde los turismos eran la excepción. Un tráfico exiguo pero bien controlado por los policías municipales, como el que impide el paso al azulito en la fotografía con su brazo en horizontal. Eran muy característico su uniforme todo oscuro excepto por ese casco blanco acompañado de guantes y cinto del mismo color.

Destaca cómo el poste sostenedor de cables antes referido, y ubicado en un isleta, era también soporte de los indicadores de tráfico. El Arenal era un punto clave en el Google maps bilbaino de entonces. A la derecha, orientando el tráfico hacia la calle Ribera, todos los conductores que quisieran emprender un viaje largo y dirigirse a San Sebastián, Madrid, Burgos y Vitoria. A la izquierda, destinos más locales, al aeropuerto, los pocos que podrían pagarse un vuelo en avión, Algorta, Plencia y Bermeo. Y por detrás de toda esta movilidad dos referencias arquitectónicas de entonces y ahora. En el ya desaparecido Boulevard, la cerveza bilbaina de La Salve era la atracción para entrar en el céntrico local de El Arenal. Entonces como ahora, la retomada marca cervecera daba mucha importancia a la publicidad.

A su lado, la puerta del viejo hotel Almirante, donde hoy también se encuentra el acceso al hotel Nyx, un establecimiento de nuevo con huéspedes, que ocupa el edificio esquinero con la calle Correo que anteriormente albergó la sede de la Caja Laboral. En definitiva una imagen con casi 60 años de existencia que tiene muchos reflejos de actualidad en todos los aspectos.