Bilbao se está engalanando para dar la bienvenida a la Navidad. Poco a poco, el entramado de luces va cogiendo forma en los distintos distritos de la villa. Todo está a punto para su encendido previsto para el próximo jueves, 30 de noviembre. La puesta de largo también se percibe en la afluencia en las grandes superficies.

Este sábado han sido muchos los vizcainos que se han acercado hasta las principales arterias comerciales de la ciudad para aprovechar los últimos coletazos del Black Friday y adquirir los regalos navideños con antelación. O, como Natxo López, para hacerse con los reyes de la mesa en esta época festiva a un precio más asequible. “Lo hago todos los años. Compro con un mes de antelación el marisco o el solomillo, que está a 26 euros, y lo congelo. Si esperas a diciembre, es probable que tengas que comprar los langostinos a precio de caviar”, ha explicado.

Un Black Friday modesto

Por otro lado, el alavés afincado en Bilbao también ha aprovechado el día para ir tachando de la lista algunos de los regalos con los que obsequiará a su familia el día 25 de diciembre. “Ayer aproveché el Black Friday, aunque los descuentos no eran precisamente generosos”, ha reconocido. Natxo achaca a la inflación y a las dos crisis consecutivas que se han desatado como consecuencia del coronavirus y del estallido de la Guerra en Ucrania las cada vez más modestas rebajas. 

Alba Bárcena también cree que la situación económica ha contribuido a la subida de precios. “Se nota. De un año a otro todo está más caro”, ha lamentado. Por eso, esta vecina de Erandio ha tenido que ajustarse el cinturón para afrontar el gasto navideño. Y no es la única. En las pasadas fiestas, el gasto medio en estas fechas alcanzó los 479 euros, lo que supone un desembolso un 22% menor que en el mismo periodo de 2021. Así lo refleja el Zoom de gasto en Navidad de El Observatorio Cetelem, publicado en enero de 2023. Todavía no existen datos que dimensionen el nivel de gasto en este año, pero se prevé que la curva continúe descendiendo. 

Aún con todo, Alba ha manifestado que quiere tener un detalle con los suyos. Con esa idea se ha acercado hasta la Alameda Urquijo para acercarse hasta la sede de una conocida cadena de productos de electrónica, música y cultura. “Voy a aprovechar las últimas ofertas del Black Friday para comprar unos libros que me han pedido los sobris”, ha declarado, sonriente. 

En la entrada de la tienda coincidió con una amiga, Lola González. “Quiero fichar algún móvil antes del Cyber Monday –día de compras que realiza tras el «viernes negro» (el Black Friday), creado por las empresas para persuadir a la gente a comprar por internet– para comprar precios y decidir”, explicó la joven. 

El dispositivo será el regalo que hará a su madre. “Es peluquera y acaba de abrir una cuenta en Tik Tok para promocionar el negocio –explicó–. Quiero cogerle un móvil en condiciones, que tenga una buena cámara para que pueda grabar vídeos de mayor calidad”, zanjó Lola. 

El poder de las raíces: organizar una Navidad vasca en Madrid

Cuando el reloj marcó las 13.00 horas, en la Gran Vía bilbaina abundaban las bolsas. Las aceras se encontraban copadas de personas que parecían caminar con premura, como queriendo llegar lo antes posible al coche (o al transporte público) para deshacerse de las grandes cajas que traían consigo. Entre ellas se encontraba Amaya Ortega. “La verdad es que tengo unas ganas terribles de llegar al apartamento”, reconoció, entre risas, esta madrileña nacida en Barakaldo. 

La mujer se encuentra de vacaciones en la villa y no ha querido perder la oportunidad de zanjar aquí sus compras navideñas. “Odio ir de compras en Madrid”, sentenció. “Además de ser todo algo más caro, el centro es intransitable en estas fechas”, añadió. Asimismo, dijo que los comercios de Bilbao le dan la oportunidad de organizar una Navidad típicamente vasca en la ciudad del oso y el madroño. Las raíces, en su caso, “son muy importantes”. 

“He comprado queso de Idiazabal y varios botes de bonito del norte, del bueno”, dijo. Su idea es que en las cenas de Nochebuena y Nochevieja primen “los productos del país”, porque quiere hacer ver a sus hijos “cómo se come en la familia de amama”. “Además, también he comprado una txapela para mi padre, porque le encantan y en Bilbao hay mucha variedad”, apostilló.

Después se alejó a paso ligero, en dirección a la boca de metro de la estación de Abando. La estructura de cristal no cesaba de ‘escupir y ‘engullir’ a los cientos de transeúntes que coparon ayer la capital vizcaina. Y es que, ya sea por el Black Friday, por querer recopilar todos los platos de las grandes cenas o por el diseño de las bolsas, Bilbao (y sus comercios) ya huelen a Navidad.