Infraestructuras viarias
Los andarines toman el nuevo paseo mirador de Artxanda
Los alcaldes de Bilbao y Sondika han inaugurado esta mañana el recorrido de más de seis kilómetros que recorre toda la crestería
Los andarines ya han tomado como propio el nuevo paseo mirador que ha habilitado el Ayuntamiento de Bilbao en los últimos 14 meses en la crestería del monte Artxanda. Más de seis kilómetros peatonales protegidos del tráfico entre las cercanías de alto de Enekuri y el de Santo Domingo que esta mañana de miércoles ha sido inaugurado por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.
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En compañía de varios ediles de la corporación, Aburto ha recorrido parte del itinerario que esta mañana con el buen tiempo presente ya tenía buena ocupación. Tras acercarse a la pequeña colina de Pikotamendi desde donde se ve toda la zona de Bilbao que limita con Erandio, la comitiva recorrió andando parte del recorrido hasta acercarse hasta uno de los miradores nuevos sobre la ciudad habilitado en la rotonda ubicada al lado del antiguo Palacio de hielo de Nogaro.
Recorrido por el paseo
Aquí el alcalde Aburto ha animado a "bilbainos y vizcainos, a bilbainas y vizcainas a utilizar este nuevo mirador paseo" y ha puesto en valor que esta actuación se enmarca dentro del Plan de Activación de toda la zona de Artxanda que está pilotando el consistorio capitalino junto al de Sondika. De hecho, esta mañana también ha estado presente el primer edil de la localidad del Txorierri, Xabier Zubiaur, con el que Bilbao trabaja de forma conjunta en esta rehabilitación de Artxanda.
Tal y como adelantó DEIA la semana pasada, la intervención ha convertido la vieja carretera BI-3741 en una calle más de Bilbao ya que se ha rebajado la velocidad del tráfico a 30 kilómetros por hora en todo su recorrido excepto el ubicado "entre las rotondas de Nogaro y Trueba donde la reducción es a 20 kilómetros por hora", ha destacado Aburto.
"Animo a bilbainos y vizcainos, a bilbainas y vizcainas a utilizar este nuevo mirador paseo"
Y es que este tramo central del recorrido es el que más se ha mejorado con un paseo peatonal que se asoma a Bilbao de color verde, asfalto serigrafiado con forma de baldosa tipo Bilbao y la recuperación del mirador principal ubicado al lado del trazado del funicular. El coste de los trabajos casi ha alcanzado los 3,8 millones de euros.