Perder la vista en el horizonte natural consigue evocar tranquilidad y relajo. Hacerlo sobre una lontananza urbana produce lo contrario. Es lo que ocurre al observar esta imagen, una postal publicada alrededor de 1920. Una instantánea tomada desde la falda baja del monte Arraiz en la que, en primer término, se observan terrenos baldíos de la zona de Elejabarri y Ametzola mientras que según se alza la mirada al fondo de la perspectiva, el Ensanche de la villa va cubriendo solares de su plan urbanístico. Una gran mayoría de las construcciones expuestas han sido pasto de la piqueta pero otras se mantienen incólumes y son punto de referencia para ubicar al lector. La más clara es la plaza de toros de Vista Alegre que con su forma de fachada redondeada forma el gran tope de la playa de vías de Ametzola. Esta infraestructura ferroviaria es la que mantienen en su memoria muchos de los vecinos del barrio de Rekalde, que sobre 1920 eran escasos, pero que a partir de la década de los años 60 fueron legión procedentes de los movimientos migratorios desde el interior de la península. Ahí está el puente, llamado también de Rekalde, que evitaba el tendido de rieles ahora oculto bajo un práctico parque de Ametzola donde las actuales torres residenciales dan sombra a las casas de los empleados de Renfe, que aún faltan en la imagen construidas después de la Guerra Civil en el solar colindante de General Salazar. Las vías de la antigua Feve, que corren cerca de la base la imagen, también soterradas en la actualidad, prestaban servicio para mercancías y pasajeros por un paraje llano, vacío. Unos pocos inmuebles cercanos eran la huella de una urbanización incipiente entre los que destaca el potente palacio con torreón esquinero incluido. Un bloque, del que no he encontrado referencia, situado frente a un mucho más modesto edificio de viviendas ubicado en el solar 24 de la calle Novia Salcedo, el cual se yergue aún orgulloso hoy en día. También está virgen en la imagen la parcela que alberga en la actualidad uno de los pocos conventos de monjas en la villa, el de las Madres Capuchinas. Un solar cedido por Dolores Santo Domingo, de la familia de los Novia de Salcedo, que el 27 de marzo de 1927 fue escenario de la colocación de la primera piedra del convento. Las obras no fueron sencillas por falta de presupuesto y la proclamación de la República pero finalmente el 24 de septiembre de 1935 llegaron a Bilbao desde Toledo las religiosas que inauguraron el edificio contemplativo.

Toda esta zona cercana a Ametzola tenía también un fuerte componente industrial como lo demuestran las dos espigadas chimeneas y los pabellones ubicados cerca del mencionado puente de Rekalde.

En la imagen destacan otras manzanas que perviven sanas hoy. Por ejemplo, las escuelas públicas Félix Serrano, que empezaron a impartir educación en 1918, muestran su parte trasera y el patio interno gracias a que la parcela adyacente albergaba la Cervecera de La Casilla, aquella que refrescó gaznates y asó pollos hasta 1973 cuando fue vendida para construir los bloques residenciales actuales que cierran la manzana. A la derecha, se levantan los dos bloques de viviendas que miran a la plaza de La Casilla separados por la calle Zugastinovia. Entonces, como ahora, tenían en frente el kiosco de música aunque no son evidentemente el mismo. Los vecinos de los años 20 podían deleitarse con la fachada del ya sin uso Ayuntamiento de Abando, una vez que la villa se anexionó la anteiglesia tres décadas antes. Por aquella época el bello bloque era la Casa Asilo de Huérfanos de La Casilla gestionado por las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl. Posteriormente el centro social compartió espacio con una escuela de adultos y jóvenes y servicios sanitarios. Tras 75 años de labor solidaria, el viejo Consistorio y otras construcciones anexas fueron abatidas en 1969 para dar paso a los actuales cuatro rascacielos de 20 alturas. Seis años antes, en 1963, la primera promoción de futuros Peritos iniciaban sus clases en el solar contiguo, un espacio que hoy en día está de nuevo liberado tras derribarse el edificio universitario en 2014. Y otro hito de aquella década en este lugar que hervía actividad fue la construcción del actual Pabellón de Deportes, abierto en marzo de 1967. 

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