Se ha puesto en marcha el primer proyecto contra la reducción del despilfarro alimentario bajo el lema "la comida no se tira". Elika Fundazioa y Bilbao Dendak impulsan una innovadora iniciativa que establecerá los referentes tanto a nivel estatal como europeo. Euskadi asume este reto en base a numerosas investigaciones y análisis previos en colaboración con el Departamento de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno vasco, a través de Elika. La presentación del proyecto ha sido realizada por el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco; Bittor Oroz, el presidente de Bilbao Dendak; Rafael Gardeazabal y la directora de la Elika Fundazioa; Arantxa Madariaga

El objetivo principal del proyecto es la revalorización de los excedentes alimentarios mediante un proceso íntegro que se basa en el análisis a través de la implantación de una solución en 9 empresas participantes: Restaurante Yandiola, Restaurante Gaminiz, Ein Prosit, Café Bar Iruña, Catering Iruña, Pastelería Don Manuel, Bizkarra, Frutería All Natural, Charcutería La Moderna y Hamburguesería La Carmela. Tendrá su desempeño dictado por una metodología estructurada en tres fases. La primera será un análisis cuantitativo del desperdicio, que se centrará en la monitorización, caracterización y análisis de las causas. La segunda será un estudio de la viabilidad y diseño del proyecto de donación de excedentes y, la tercera, consistirá en una fase de pilotaje y validación del proyecto.

Los resultados no se quedarán estáticos entre las empresas participantes, todo lo contrario. Pretenden ser el inicio de una cadena más grande. Al final del piloto se presenta la elaboración de un plan individual de reducción del desperdicio y gestión de excedentes. Este será un modelo para empresas similares e irá a la par con la próxima Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario, la cual se tramitará por el Congreso y prevé ver la luz en el 2023. Esta ley, además de marcar el inicio del cumplimiento de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, obligará a todas las empresas del sector a disponer de un Plan de Excedentes Alimentarios.  

En 2020 los hogares del Estado tiraron a la basura 1.364 millones de kilos/litros de alimentos. EP

UN PROYECTO NECESARIO 

Esa propuesta pionera nace de una necesidad. Comenzando por los Objetivos de Desarrollo Sostenible enmarcados en la Agenda 2030 de la ONU. Uno de los principales desafíos a cumplir es la reducción del despilfarro a la mitad para el 2030. Dicho reto es asumido por el Pacto Verde Europeo con una estrategia dirigida por Granja a la Mesa. El territorio histórico marca un gran compromiso con esta problemática en el marco del Basque Green Deal. En 2018 se puso en marcha una estrategia para reducir esta clase de desperdicio en la cadena alimentaria vasca. 

Es ahí cuando entra a la ecuación un estudio realizado por el Departamento de Desarrollo Económico, Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno vasco con la Fundación Vasca para la Seguridad Alimentaria, Elika. Mediante un extenso análisis se extrajeron las cifras de desperdicio en el sistema agroalimentario de Euskadi y, de acuerdo a los resultados, los dígitos de los desperdicios (comestibles y no comestibles) generados por Euskadi es de 311.792 toneladas al año. Suponiendo una media de 142 kilos por persona y año

Pero, las dimensiones de estas cifras —generadas por toda la cadena alimentaria que involucra el primer sector, transformación, distribución, HORECA y hogares— pueden diseccionarse aún más. De esos 142 kilos, 13,51 k/pax/año corresponden al canal HORECA y 29 k/pax/año al sector de distribución. De acuerdo con el estudio, en torno al 37%  de lo desperdiciado sería totalmente comestible, es decir, alrededor de 40 kilos por persona al año.