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Tomas Rau: "En Bilbao cambio la cerveza por el marianito y el txakoli"

Tomas Rau: "En Bilbao cambio la cerveza por el marianito y el txakoli"Jose Mari Martinez Bubu

Han pasado 35 años desde la primera Aste Nagusia que disfrutó cuando tan solo era un adolescente. El alemán Tomas Pau estuvo de intercambio en casa de su amigo Alfredo Thate y un año después le invitaron a vivir las fiestas de Bilbao. “Aquello me dejó impactado”. Desde entonces lleva en sus espaldas casi 35 años de astenagusias en las que ha conocido con intensidad las entrañas de las mejores fiestas del mundo. Pañuelo de fiestas al cuello y camiseta de la comparsa Tintigorri, “ya soy un comparsero más”, lanza.

Dos años sin Aste Nagusia lo habrá pasado mal, ¿no?

Uf, muy mal. Se me ha hecho muy largo, demasiado. 

¿Este año lo ha cogido con más ganas?

Sí, aunque mi experiencia en fiestas me ha enseñado que la semana es larga y que hay que ir poco a poco para llegar al domingo. 

Cuénteme. ¿Vive la fiesta más de día o de noche?

Duermo poco, vivo la fiesta de día y de noche. A todas horas. Ya suelo venir preparado y mentalizado de todo lo que voy a tener que hacer.

¿Cierra una agenda de actos?

No, suelo dejar la semana para la improvisación. Me junto con uno, luego con otro y así me paso toda la semana de fiestas. No tengo mucho tiempo ni para pensar.

¿Han cambiado mucho las fiestas de Bilbao desde que las descubrió?

Creo que sí. Antes eran fiestas menos organizadas, más espontáneas y ahora no hay rincón de Bilbao en el que no haya algún acto organizado y planificado. 

¿Cómo recuerda la ciudad de mediados de los años 80?

Gris. Era una ciudad completamente diferente. Colgabas la ropa y cuando la ibas a recoger había perdido color de la contaminación que había en el aire. Pero hay unas cosas que no ha cambiado.

¿Cómo cuales?

La gente. Sigue siendo superalegre, con ganas de disfrutar de la calle, de potear, de pasear, de vivir... En Bilbao siempre me han acogido muy bien.

¿Qué cuenta de la capital vizcaina cuando regresa a Bremen natal?

Ya nada.

¿Por qué?

Porque no me creen lo que les digo. Piensan que les estoy mintiendo. Aste Nagusia hay una sola en el mundo. Lo que les digo es que vegan y lo vean. Que lo vivan en persona. No hay otra.

¿O sea, han venido amigos suyos?

Sí, claro.

¿Y qué impresión se han llevado?

Han alucinado. 

¿Se pierde en las txosnas?

Me suelo perder bastante. (Ríe).

Cuente, cuente.

Hay tantos ambientes y cosas que hacer en Aste Nagusia que cualquier plan es bueno. 

¿Le suele costar mucho recuperarse tras los excesos jaieros?

Como llevo 35 años ya tengo el ritmo cogido, pero después de dos años sin Aste Nagusia no sé cómo va a ser la vuelta. 

Y ahora dígame cómo llega a hacerse comparsero un alemán de pro.

Un día me dijeron mis amigos Enrique y Alfredo Thate que les acompañase a Deusto que la comparsa Tintigorri tenía una reunión. A partir de ahí me adoptaron como uno más.

¿Hace turno de barra?

Claro, este miércoles ahí estaré sirviendo tragos, como todos

Como buen alemán hará honor a la tradición y beberá cerveza...

Cuando estoy en Bilbao dejo la cerveza aparcada y me paso al txakoli o a los marianitos mañaneros. Cambio el chip, ya no pienso ni en alemán. Me encantan los chipirones, el marmitako, el chuletón...

Después de tantos años habrá aprendido algo de euskera, ¿no?

Ez. (Ja, ja).

¿Apur bat?

Bai, bizitza latza da. Cada año aprendo algo. 

Cualquier día le nombran ilustre.

Me encantaría, sería un honor. 

¿Sus mejores vacaciones?

En Bilbao, no hay duda. De hecho yo me pillo vacaciones expresamente para venir a Aste Nagusia.