Las altas temperaturas que se han sufrido este domingo en Bilbao con termómetros callejeros que alcanzaron hasta los 46 grados centígrados al mediodía. Debido a esto mucha gente ha decidido refugiarse del calor en interiores o mojar los pies en las fuentes públicas, como las del parque de Doña Casilda Iturrizar. La explanada del exterior de la parada de metro del Casco Viejo fue uno de los lugares más concurridos para sobrellevar esta ola de calor. Un ciclista después de su paseo decidió parar un momento allí para que le diese el aire. También se pudo oír a una chica joven que pasaba por la zona decir: “Ahora entiendo por qué hay tanta gente aquí, qué fresquito”. Una pareja de Castilla la Mancha que estaba turisteando también se paró en la zona durante unos minutos. “Este sitio me parece magnífico”, señalaron. Según contó, están acostumbrados al clima “seco” de su comunidad autónoma y en Bilbao hace un clima más suave. Aún así en su opinión hacía “mucho” calor y recordó cómo “hace unos 20 años ya hizo estas temperaturas y es normal que ahora se repitan”, señaló.
Hubo otra mujer en la zona que se encontraba esperando a su hermana que llegaba en tren. Según contó esta vecina de Abando, tenía que irse con ella a remojar los pies en las fuentes. Pero después de descubrir el refugio climático de la parada del metro dijo que a lo mejor cambiaría de planes. “Estoy por traerme la silla de la playa y sentarme aquí. Igual le digo a mi hermana que nos quedemos aquí en vez de movernos a otro sitio”, señaló entre risas.
La explanada del exterior de la parada de metro del Casco Viejo fue uno de los lugares más concurridos para sobrellevar esta ola de calor
En su opinión donde mejor se está es el hall de la estación. “Parece que hay aire acondicionado, y hay un cambio de temperatura muy brusco cuando sales de la parada”, destacó esta vecina. Otro de los refugios para los bilbainos fue el interior de la Iglesia de San Nicolás. Una vecina del Casco Viejo pasó parte de la mañana sentada en un banco de El Arenal pero al final decidió meterse dentro de la iglesia porque no podía con el bochorno. “Han quitado los bancos que daban a la sombra de El Arenal. Creo que es porque van a reformarlos o porque viene Aste Nagusia. Sea lo que sea no me parece el mejor momento para quitarlos”, señalaba.
Sentada dentro del templo, a esta mujer le gustaba entrar allí para meditar y refugiarse de la calima. Estar consigo misma. Iba vestida con ropa muy veraniega: falda larga y camiseta de color blanco, sandalias y un sombrero. “Así voy estos días y me he comprado una botella de agua en El Arenal porque me estaba asando”, comentaba.
En su opinión no es normal una ola de calor en Bilbao que dure tanto tiempo. “Nunca había visto algo así. Llevamos así una semana”, destacó. Cree que todo tiene que ver con el cambio climático. “Los polos norte y sur se están descongelando”, recalcó.
Un atrio que invitaba a quedarse
El centro de ocio y cultura Azkuna Zentroa y su atrio oscuro y fresco ha sido este domingo una gran atracción de frescor. El interior se llenó de gente sentada en los bancos iluminados casi a todas horas. Nagore, Paloma e Iker, vecinos de Deusto pasaron parte de la mañana en la calle y después decidieron entrar a la Alhóndiga para refrescarse. “Hemos estado de picoteo en un sitio y hemos dicho, antes de morirnos vamos a irnos a algún sitio así”, señaló Iker riéndose. Desconocían qué es lo que evitaba el calor en el atrio. “Igual hay aire acondicionado. Aunque creo que es la misma piedra del suelo y el techo que como están fríos dan ese frescor”, comentó Nagore. En su opinión estas temperaturas son “demasiado” y causadas por el cambio climático. “No sé qué futuro les vamos a dejar a los que nazcan después”, predecía esta joven. Su amigo Iker creía además que si esto sigue ocurriendo debería haber más zonas como estas para evitar del calor. “El interior de El Corte Inglés y los polideportivos también son refugios climáticos”, añadió Nagore.
El atrio de Azkuna Zentroa se ha convertido en todo un descubrimiento para muchas personas que evitan el calor sentándose incluso en el suelo
El interior y el exterior del Museo de Bellas Artes también fueron puntos de referencia. Aparte de la gente que había en la terraza tomando algo y disfrutando de la sombra, el exterior de su entrada principal se convirtió en el área idónea para pasear a los perros. Bajo un frondoso árbol dos amigas con sus animales indicaron como “sacamos a los perros tres veces al día y siempre por la sombra”. Estas mujeres evitan siempre las horas de sol a la hora de sacar a sus canes. “Los paseamos muy pronto por la mañana, al mediodía otro rato por las sombras y hacía la tarde noche otra vez, cuando se empieza a ir el sol”. Según ella, esos son los momentos del día que menos calor hace, y creen que sus mascotas aguantan mejor las altas temperaturas que ellas. “Les damos agua continuamente y les mojamos las patitas. Lo llevan mejor que nosotros”, concluyó una de las amigas.