En los últimos años la banca ha ido dejando en Bilbao un reguero de locales vacíos que languidecen a la espera de que algún empresario se decante por ellos para abrir algún negocio. En la capital vizcaina al menos hay una docena de locales sin actividad que permanecen cerrados a cal y canto y de ellos, la mitad, están ubicados en esquinas de varias arterias de la ciudad. 

Responsables de inmobiliarias aseguran que la razón principal por la que continúan vacíos es por su elevado precio. La horquilla de su coste oscila entre los 600.000 a los cinco millones de euros dependiendo de los metros cuadrados y de su ubicación. “Cuanto más céntrica está, más se encarece el precio por metro cuadrado”, concretan desde el sector inmobiliario. 

Estos locales albergaron durante décadas las oficinas de entidades bancarias y fueron elegidos por su perfecto posicionamiento y para llegar al mayor número de público. Ahora, todo ha dado un giro. “Lo más apetecible para las sucursales bancarias eran esquinas de calles para abarcar así a más clientes y más espacios por la visibilidad que tienen. Buscaban hacerse con los mejores sitios para ser vistos”, relatan desde una empresa inmobiliaria de Bilbao.  

En total, desde 2008 han bajado la persiana en la CAV un millar de sucursales por las fusiones, la baja rentabilidad del negocio y la digitalización que trajo nuevos modelos de atención a sus clientes. Bilbao no es una excepción en estos cambios de hábitos y de nuevas formas de consumo que han llevado a las entidades bancarias a cambiar la atención al público a pie de calle por los portales on line. 

Frente a esta nueva realidad y con el goteo de cierres, muchos locales permanecen vacíos y aunque algunos han dejado espacio a la implantación de nuevos negocios que iba dejando el sector financiero en su retirada, la mayoría continúan con la persiana echada. Solo es necesario darse una vuelta a pie por la capital vizcaina para comprobarlo. Como ejemplo, en el local que se sitúa entre las calles General Concha con Fernández del Campo donde se despacharon a clientes de BBK; ese espacio, ubicado en la confluencias de las dos calles lleva varios años cerrado y acumulando en su fachada acristalada todo tipo de carteles de publicidad. “Un local de estas dimensiones cerrado y en un esquina ofrece una imagen decadente de la zona. Es clave la actividad para que la zona no termine devaluando. Un negocio llama a otro”, apuntan desde el sector inmobiliario. 

CINCO MILLONES DE EUROS

Caja Laboral ha dejado varios locales vacíos en los últimos años en la villa, uno entre Licenciado Poza y General Concha y, el otro, en la esquina de Gardoki con Alameda de Urkijo que podría volver a ocuparlo nuevamente la entidad vasca y por el que han llegado a pedir por él hasta cinco millones de euros por algo más de 400 metros cuadrados. “Es una precio totalmente desproporcionado, teniendo en cuenta que por otros locales ubicados al lado han pagado un millón ochocientos mil euros”, aclaran fuentes de la inmobiliaria.

Local vacío ubicado entre las calles General Concha con Fernández del Campo Pablo Viñas

Entre las calles Colón de Larreategui con Ercilla también hay otra lonja que ocupó una entidad italiana y que lleva meses cerrada. El local de 300 metros cuadrados situado entre Hurtado Amézaga con Fernández del Campo donde estuvo BBK se vende en 705.000 euros, según recoge un portal de compra-venta. Otro local de 111 metros cuadrados situado cerca de la Plaza San Pedro de Deusto está a la venta por casi 400.000 euros. Esto es solo un pequeño ejemplo de este reguero de espacios que ha dejado vacíos el sector financiero en los últimos años en la capital vizcaina. 

Los negocios que sustituyen a los bancos aprovechan locales ubicados en esquinas, con fachadas amplias y que son muy atractivos para este tipo de operadores en busca de un gran impacto visual y con alquileres económicos. Pero, en un contexto de deflación, este tipo de marcas no están dispuestas a afrontar lo que pagaban los bancos hace unos años. Y es que muchas entidades como BBVA firmaron contratos de 35 años de duración hace dos o tres décadas por alrededor de 20.000 euros mensuales por local, cifras que ahora son inasumibles.

SUBARRENDAR

Para descargar esas elevadas cantidades económicas que deben pagar mensualmente hay entidades bancarias que han optado por subarrendar espacios. Hoy en día hay oficinas alquiladas por BBVA que tienen que seguir pagando la cantidad acordada en su día con el propietario, a pesar de que la sucursal dejó hace un tiempo su actividad a pie de calle. En Bilbao, BBVA tiene subarrendado a la zapatería Ayestaran, el local ubicado entre las confluencias de las calles Ercilla y Pozas. “En el contrato de alquiler se contemplaba el derecho de subarriendo y la entidad continúa abonando la renta al propietario, unos 22.000 euros, mientras que Ayestaran paga a BBVA alrededor de 10.000 euros al meses”.

El local entre las calles Ercilla y Licenciado Poza está estuvo ocupado por BBVA y ahora está subarrendado por Ayestaran Pablo Viñas

En general, vender o alquilar los locales en la capital vizcaina no se presenta tarea fácil por el elevado precio que pese a todo siguen pidiendo los propietarios. “Cuanto más tiempo pase más difícil es darles salida y su precio pierde. Algunos locales lo tienen difícil para darles salida. Todo dependerá de lo que estén dispuestos a bajar el precio y de que alguna le cuadre ubicase en esas lonjas. Hay locales desde 400 metros, pero otros son más grandes de hasta 700 metros y con varias alturas que serán más difícil de alquilar o vender”, concluyen desde el sector inmobilario.

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Desde el año 2008 han bajado la persiana en la Comunidad Autónoma Vasca un millar de sucursales bancarias por las fusiones, la baja rentabilidad del negocio así como la digitalización que ha traído nuevos modelos de atención a sus clientes. La capital vizcaina no es una excepción en estos cambios de hábitos y de nuevas formas de consumo que han llevado a las entidades bancarias a cambiar la atención a sus clietes a pie de calle por los portales ‘on line’.