Cerca de la céntrica Plaza Moyúa de Bilbao se ubicó durante décadas una sucursal de la BBVA que ocupaba un local de grandes dimensiones. Pero los cambios estratégicos y de hábitos se llevaron por delante este sucursal ubicada en los bajos del inmueble de Gran Vía 36. Fue la propia entidad la que, teniendo la sucursal aún abierta, decidió desprenderse de la lonja vendiéndosela a un inversor de Gasteiz.  

Años más tarde, el propietario alavés se la vendió a otro inversor bilbaino que ha buscado una fórmula para darle salida a tantos metros cuadrados que llevaban tiempo vacío. “El inversor de Gasteiz le cobraba la renta a BBVA, pero al vendérselo al de Bilbao llegaron a un acuerdo con la entidad bancaria, poniendo fin a su relación”, explican desde el sector inmobiliario. Pero el local era de grandes dimensiones y su alquiler, por la ubicación del mismo, en la zona Prime de la capital vizcaina, difícil de asumir por muchas empresas.

Por eso, según explican las mismas fuentes, el propietario del local decidió dividir el establecimiento en tres partes para ofrecerle una mayor salida en el mercado inmobiliario. 

En uno de ellos, desde hace unos meses se ubica la Casa de las Carcasas, y todavía quedan dos locales libres. Al lado está previsto que abra a lo largo de este año la firma de ropa de mujer Brownie, que ahora atiende a sus clientes desde la calle Ercilla. Para sacar un tercer local han modificado el acceso que tendrá entrada desde la calle Marqués del Puerto y no desde la Gran Vía como las otras dos: “En total ha sacado tres locales y a uno de ellos le va a dar acceso por la calle Marqués del Puerto. Con locales más pequeños puede alquilarlos más fácilmente”, concluyen desde el sector inmobiliario.

En breve

Vacíos. En Bilbao doce locales que acogieron durante décadas entidades financieras permanecen cerrado. De ellos al menos seis están ubicados en esquinas de calles bilbainas. En su día estos locales fueron elegidos por su perfecto posicionamiento y para llegar al mayor número de público. Ahora, todo ha dado un giro. 

Rentabilidad. En total, desde 2008 han bajado la persiana en la CAV un millar de sucursales por las fusiones, la baja rentabilidad del negocio y la digitalización que trajo nuevos modelos de atención a sus clientes.

5 millones. La horquilla de precios de venta de locales que fueron ocupados por bancos y que ahora permanecen cerrados oscilan entre los 600.000 a los cinco millones de euros dependiendo de los metros cuadrados y de su ubicación.

De alquiler. Hay entidades bancarias que siguen pagando los alquileres acordados con los propietarios, pese a no despachar a los clientes a pie de calle como antaño. Es el caso de BBVA que firmaron contratos de 35 años de duración hace dos o tres décadas por alrededor de 20.000 euros mensuales por local.

Subarriendo. Por contrado, hay entidades bancarias que pueden subarrendar esos locales a terceros. De ese modo, logran descargar las cantidades económicas que deben seguir abonando al propietario mientras se cumple la fecha del contrato. 

Decadencia. La imagen de locales cerrados ofrecen una imagen de decadencia para la zona en la que se ubican. 

Dimensiones. Los locales que han dejado libres las sucursales bancarias son en su mayoría de grandes dimensiones; hay desde 400 metros, pero otros son más grandes de hasta 700 metros y con varias alturas que será más difícil de alquilarlos o ponernos en venta.