"He pedido perdón a la familia de la víctima. Estoy arrepentido de haberle causado la muerte". Entre sollozos, J.D.J., acusado de matar con un disparo de escopeta a D.G., en 2019, en el barrio de Zabala, ha reconocido este martes sentirse arrepentido.
Uno de los principales encausados en este crimen, que se enfrenta a una petición de pena de prisión permanente revisable, asegura en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Bizkaia, que su intención no era acabar con su vida, sino "ahuyentar" a quienes en el portal de su vivienda amenazaban con matar a su familia. "Con lo gordo que soy, en realidad soy como un oso amoroso y soy la persona más sensible del mundo, pero me han destrozado la vida y ya no quiero más sufrir", ha afirmado, entre lloros.
Según justifica, la víctima era una persona "muy peligrosa, que había pasado toda la vida preso y que iba armado. Ni el Vaquilla". Y el día en el que se produjeron los hechos, el 24 de octubre de hace dos años, junto a su hermano, que también tenía antecedentes policiales se presentó en el portal del domicilio familiar, donde golpearon con cachavas los cristales y les insultaron y amenazaron, hasta que J.D.J. y su padre decidieron coger las armas y bajar. En el procedimiento también está acusado de asesinato con alevosía L.D.D., padre del principal acusado, que supuestamente también disparó al hermano del fallecido, si bien no le alcanzó porque logró refugiarse dentro de un coche y huir.Tres personas más
También se juzga a tres personas más de la misma familia como cómplices de los dos primeros. "Cuando estaba casado nos llamaban la pareja feliz. Yo tocaba la guitarra, ella cantaba en el culto y nos queríamos" y tenían mucha amistad con otra pareja; "éramos más que hermanos", hasta que su esposa le abandonó para escapar con su amigo.
Entonces él, que ya padecía una depresión desde hacía 10 años, empeoró "y no he vuelto a ser el que era". Absuelto por falta de pruebas de dos procedimientos iniciados por su exmujer por violencia machista, cuenta que "le destrozaron la vida" y que la nueva pareja de la mujer, "el Verrugas" y su hermano -víctima del crimen- se reían de él, le insultaban, y en una ocasión anterior le habían amenazado. No lo denunció porque "los gitanos no somos de ir a la policía y yo soy de hablar con los patriarcas y arreglarlo", destaca.
Amenazas
Por su parte, el padre del autor del disparo contó ante el tribunal que, según la ley gitana, la mujer perdió el derecho a estar con su hijo al irse con su nueva pareja, y que debía haber abandonado el municipio de Bilbao. "No tenían que estar en Bilbao; si se hubieran marchado, no hubiera pasado nada", reflexiona.
Sin embargo, los veían a menudo, y J.D.J. relata que el 24 de octubre de 2019 el Verrugas se abalanzó sobre su coche en un semáforo y le amenazó con una navaja, momento en que él "le pinchó en el brazo" con un sable "pero solo un toque como diciendo no se meta más conmigo", ha expuesto. Tres horas después, el herido, junto a su hermano D. G. y la mujer de este acudieron al domicilio del acusado y ocurrieron los hechos que se juzgan.
El principal acusado confirma que vio a la pareja de su exmujer con una pistola y que después se metió en un coche, con el que huyó después de que su hermano mayor, que también llegó a la reyerta, golpeara el vehículo con una cachava. Entonces observó que el 'Verrugas' se acercaba con una katana para agredir a su hermano mayor, a quien pidió que se hiciera a un lado y disparó, pero "sin intención de matar" aunque el fallecido presentaba un tiro en la nuca. "Me dijo 'tira si tienes huevos que voy a matar a tu madre y a tu hija" y yo tenía mucho miedo de él porque no tenía escrúpulos", cuenta.