El Bilbao de 2035 será más verde y menos urbano

Así lo recoge el documento inicial del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la villa que ayer fue presentado al Consejo Asesor de Planeamiento municipal, el primer paso de cara a su aprobación que se espera cerrar en el plazo de dos años.

La apuesta por una ciudad más engarzada con la naturaleza la dejó clara el concejal delegado del Área de Planificación Urbana, Asier Abaunza. “Bilbao no pretende expandirse, es decir, el suelo no urbanizable se mantiene, incluso hay terrenos que en el Plan General de 1995 estaban como urbanizables, los cuales se van a desclasificar, se dejan verdes tal y como están en estos momentos”.

Los datos así lo certifican. La clasificación como suelo donde no se podrá construir alcanzará aproximadamente las 2.370 hectáreas, lo que significa el 58,32% de la superficie del término municipal. Ello será posible, además de por reducir la superficie a construir, por generar nuevos espacios libres con una superficie que superará el millón y medio de metros cuadrados.

Otra medida a tomar en ese afán por pintar de verde Bilbao es el mantenimiento y la preservación del monte Pagasarri y su entorno. Seguirá siendo un espacio de singular valor natural del municipio, consolidando el Plan Especial aprobado en 2008, y proponiendo además, su ampliación en unas 100 hectáreas hasta conformar un ámbito de unas 780 hectáreas. Abaunza indicó que “extendemos el ámbito de protección a toda la zona del monte Arraiz de tal manera que tengamos esa reserva natural extendida y consolidada dentro de la ciudad”.

Así mismo se ordenará el actual anillo verde que circunda la ciudad por los montes que la bordean a modo de un ecosistema verde con una superficie aproximada de 1.199 hectáreas en el suelo exento de construcciones.

Sobre este punto, el edil jeltzale especificó que “se consolida el anillo generando un nuevo concepto que denominamos Parque Rural, para ampliar el espacio verde a suelos que hoy no son de titularidad pública pero que queremos que vayan ampliando ese anillo verde”. Un ejemplo de ello es la creación de un parque público en el pasillo ferroviario que antes ocupaba el trazado de Euskotren desde los bajos del puente de La Salve hasta Deusto.

Actuales y nuevas operaciones El botxo no es muy grande y con el respeto futuro a la naturaleza no habrá nuevos espacios de ampliación urbanística. Eso sí, se mantienen los previstos en el PGOU aprobado en 1995 y todavía en vigor. Se culminará la isla de Zorrotzaurre y la operación Bolueta así como la intervención en la zona del Peñaskal. Para los próximos años, se iniciarán los proyectos en Abando, en la superficie que se generará con el soterramiento de la actual estación ferroviaria para la llegada del TAV, y en las zonas de Olabeaga, Punta Zorrotza y Elorrieta. Áreas todas ellas en las que las viviendas de nuevo cuño serán una de las bazas a jugar. Abaunza aseguró que “la previsión de crecimiento de la ciudad desde el punto de vista de parque residencial, es la construcción de otras 14.638 viviendas en diferentes ámbitos”. Hay que tener en cuenta que de ese montante, 9.300 aproximadamente ya están recogidas en los diferentes zonas que se desarrollan en la actualidad.

El concejal también se refirió a otro concepto residencial que surgirá en la zona sur de la ciudad. “Es el ámbito de las naves industriales de Ame-tzola-Rekalde donde también se plantea el cambio en algunos pabellones que tenemos para que cambien a uso residencial haciendo una mezcla de utilizaciones”, concretó.

Este aspecto de combinación de diferentes actividades también fue puesto en valor por Abaunza. Destacó que dentro del nuevo PGOU se va afianzar la mezcla de actividades económicas con los ámbitos residenciales en las nuevas zonas de desarrollo, igual que sucede en Zorro-tzaurre. Indicó que “apostaremos por la mezcla en todos los nuevos proyectos como Rekalde-Ametzola, Abando, Elorrieta y Punta Zorrotza, combinando también los espacios con los nuevos equipamientos públicos que surgen”.

Otro aspecto que afectará directamente a los vecinos de la villa es la ordenación de los servicios públicos prevista en el nuevo PGOU. La idea es reservar suelo para los grandes equipamientos de la ciudad como, por ejemplo, las ampliaciones de los campus de la universidad de Deusto, de la UPV y también de Mondragon Unibertsitatea, y también para aspectos lúdico-deportivos, como las piscinas que está previsto generar en la ría o el parque de Larreagaburu en la zona de Miraflores. Así mismo se reforzarán los equipamientos base con la creación de nuevos colegios en Zorrotzaurre y Punta Zorro-tza; ambulatorios en Iralabarri, Ametzola, Ibarrekolanda o Uribarri-Castaños, entre otras zonas, y también deportivos en Zurbaran, Zorro-tzaurre, Otxarkoaga, Txurdinaga y Abando.

Garantía de desarrollo El responsable de la planificación urbana de la villa, que trabaja en el PGOU desde que comenzó el proceso de renovación hace ya más de cuatro años, resumió el nuevo documento de manera clara. “Va a garantizar el desarrollo futuro de la ciudad con una pretensión no expansionista sino de consolidación de lo que tenemos, de recuperación de los suelos que están infrautilizados y degradados con una previsión de conservación de la población en torno a los 350.000 habitantes”. Detalló que la pretensión no es crecer “queremos revertir la tendencia ligeramente descendente que hemos tenido de población los últimos años y mantenernos en torno a esos 350.000 habitantes”. Describió la capital vizcaina como “una ciudad de tamaño medio y abarcable y queremos seguir siéndolo consolidando el anillo verde de la ciudad alrededor de la misma”.