Propulsión solidaria
La II Bicicletada Popular Solidaria Bridgestone congrega a más de un millar de ciclistas que completan dos recorridos por Bilbao durante una jornada familiar e inclusiva en la que lo recaudado se destina a la Fundación Futubide
Lo más parecido a transitar por carreteras urbanas sin compartir asfalto con vehículos carburantes. Esa es la experiencia que vivió ayer un millar de ciclistas que completaron la trayectoria trazada en la II Bicicletada Popular Solidaria Bidgestone, en la que las calles más concurridas de Bilbao se pusieron al servicio de la propulsión a pedales. Fue todo un simulacro de lo que significaría eliminar los coches en una ciudad en la que cada vez hay más adeptos a la bici, de todas las edades y condiciones. Muestra de ello fueron las decenas de familias que reivindicaron su espacio en las vías al tiempo que aportaron su granito de arena a favor de una buena causa.
La organización calificó de “éxito rotundo” el llamamiento a la participación de la iniciativa patrocinada por DEIA, ya que esperaban cerca de 800 ciclistas y finalmente fueron más de un millar los que se acercaron hasta las inmediaciones del Palacio Foral. Una de ellas fue Jone Basterra, asidua en las carreras de ciclismo adaptado con su handbike. “Me siento un poco observada”, confesó con una sonrisa tras finalizar el recorrido, que consideró “ideal para pasar una mañana de domingo perfecta”. Esta voluntaria de Gorabide no dudó en colaborar en la carrera, cuyos fondos irán destinados íntegramente a la Fundación Futubide que trabaja en la tutela de personas con discapacidad, muchos de los que ayer se subieron a una bicicleta.
Un ejemplo de que la marcha se organizó pensando en la inclusividad fue que hubo dos recorridos: uno de 4 kilómetros y otro más largo de 15 kilómetros. “Recordamos que es una marcha, no una carrera. Lo más importante no es llegar el primero, sino participar”, aseguró el presentador instantes antes de dar el pistoletazo de salida. No faltó ni siquiera Hodi, un teckel que fue cómodamente en la cesta de Óscar. “Nos han sacado muchas fotos. Suele ir formal, sin protestar”, aseveró este ciclista que completó el camino junto a Eva. “Muchas veces voy a trabajar, al Valle de Trápaga, en bicicleta”, concretó este bilbaino, quien reconoció que la ciudad es cada vez más amable para transitar con este transporte, si bien tiene margen de mejora. “Es complicado hacerlo con tráfico, vamos con miedo”, confesó Óscar.
Tras terminar el recorrido de cuatro kilómetros por San Mamés, Moyúa y Abando, media hora después de que dieran el comenzara la marcha a las 11.00 horas, Nuria, Alberto, Sonia y Miriam reponían fuerzas en la meta. “Hemos venido con las crías -de 11 años- y se han arrepentido de haber hecho el recorrido corto, les ha sabido a poco”, explicaron mientras las niñas colaboraban ofreciendo refrescos a los recién llegados. “Ha sido toda una experiencia poder ir por la Gran Vía en bicicleta. Además no ha llovido, ha aguantado”, repusieron con la alegría de saber que habían rehuido el aguacero que cayó por la tarde.
Reivindicación y solidaridad Hora y cuarto fue lo que necesitaron los participantes para completar el itinerario más largo, en la que fue destacable la presencia de niños de corta edad así como de los miembros del equipo Euskadi-Murias que salieron a la cabeza del pelotón. Tras la marcha, el ambiente festivo se sostuvo con el sorteo de material deportivo e incluso una bicicleta aportada por el Departamento de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Bizkaia, colaboradora de la jornada junto al Ayuntamiento de Bilbao. Enrique Luzán, director de Bridgestone en Basauri, se mostró entusiasmado con la acogida de la iniciativa: “La bicicletada se ha consolidado. Es un día para vivir en familia, divertido y solidario”.
Tampoco faltó Mikel de Barrón, director gerente de la Fundación Futubide, quien destacó que la iniciativa “es una oportunidad más para darnos a conocer, de que todo el mundo comparta un espacio y nos fijemos en las capacidades de cada uno y no en sus discapacidades”. Según detalló, lo recaudado se destinará a reforzar el proyecto de voluntariado, algo muy importante ya que “le da un matiz más cercano, es un plus que aporta calidez a la tutela”.
El concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, no solo da ejemplo de las bondades de la bicicleta a diario, sino que la reivindica siempre que puede. En ese sentido, aseveró que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible que presentarán mañana “la gran reina es la bici”. Por ello, abogó por jornadas como la de ayer, que “ayudan a que la gente vea la bicicleta no como un elemento de diversión, que también, sino como un transporte para ir por la ciudad”.
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