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La intervención de los educadores será reforzada en zonas de ocio conflictivas

El Consistorio de Bilbao iniciará en junio la tercera fase del programa de mediación nocturna actuando en los espacios de mayor afluencia de jóvenes

La intervención de los educadores será reforzada en zonas de ocio conflictivasJuan Lazkano

Bilbao - La compleja realidad del ocio nocturno de la ciudad ha demostrado que no basta con atajar el impacto del botellón. Las inmediaciones de los clubs de moda del centro de Bilbao, en los que se concentran numerosos jóvenes cada fin de semana, son un hervidero de conflictos vecinales. La discoteca Moma o la zona de Uribitarte, donde están la sala Back Stage o el Kafe Antzokia, sirven como ejemplo. Esta situación no ha pasado inadvertida para los educadores sociales del Ayuntamiento de Bilbao que llevan dos años tomando el pulso a la noche. Por ello, a partir de junio se inicia la tercera fase del programa de intervención nocturna en el que dos educadores volverán a recorrer las calles de la ciudad, esta vez intensificando su presencia en espacios con mayor afluencia de jóvenes. Además, la iniciativa añade a su ámbito de actuación las lonjas juveniles.

“La prioridad del Ayuntamiento es hacer ver a los jóvenes que ellos mismos están generando el problema”, aseguran fuentes municipales del Área de Juventud, desde donde consideran importante visibilizar “que los ruidos no se generan dentro de los bares, sino cuando uno sale a fumar o en la entrada y salida de los mismos”. Esas mismas fuentes exponen que “el Ayuntamiento quiere revitalizar la noche y que los jóvenes se queden en los bares, pero los vecinos no deben pagar los cánticos y chillidos nocturnos con su descanso”. Además del ruido, principal foco del malestar de los vecinos que residen en el centro de la ciudad, los educadores inciden en concienciar sobre las consecuencias negativas de las incursiones nocturnas de los jóvenes, con el fin de que eviten actitudes incívicas.

no en verano Hasta la fecha, el mensaje de los educadores ha llegado a 6.227 jóvenes que estaban repartidos en 775 cuadrillas y 166 locales. Desde el Consistorio destacan la “gran receptividad de las campañas llevadas a cabo”. Siguiendo una fórmula parecida a la de ediciones anteriores, a partir de junio dos educadores volverán a salir las noches de jueves, viernes y sábado de 23.00 a 3.00 horas por diversos puntos de la ciudad que ya están detectados como zonas en las que se practica botellón habitualmente o en las inmediaciones de los locales de hostelería que más afluencia generan. El programa se interrumpirá durante el verano -como ya ocurrió el año pasado-, debido a que los jóvenes comienzan a salir en las fiestas de los pueblos, y volverá a retomarse una vez finalizada Aste Nagusia.

Después de conocer la realidad del ocio juvenil, las distintas áreas del Ayuntamiento se han coordinado para construir un modelo de intervención en las zonas de influencia de los locales de ocio nocturno. “Intentaremos implicar a los locales de hostelería y a su personal”, exponen fuentes municipales, que aseguran que los educadores cuentan con formación específica en “gestión de conflictos y prevención de consumo”. Además, indican que se está trabajando para idear fórmulas de implicación de jóvenes en las tareas de sensibilización.

Aunque el estudio La realidad del ocio de las personas jóvenes de Bilbao realizado a través de 800 encuestas ha concluido recientemente que el 85% de los jóvenes son conscientes de que generan molestias, “el objetivo del Ayuntamiento es recordarles que mientras ellos están disfrutando del ocio, los del primer piso, que podrían ser sus padres, tienen derecho al descanso”. De esa forma, el objetivo es trabajar conjuntamente porque, según aducen fuentes del Área de Juventud, “hay una responsabilidad compartida entre Ayuntamiento, hosteleros y jóvenes que disfrutan de la noche”.

Lonjas Juveniles En los primeros cinco meses del año se han impuesto 230 multas a jóvenes por beber en la calle, casi la mitad de las sanciones que se aplicaron en 2016, cuando hubo 434. Además de garantizar el cumplimiento de la respectiva ordenanza de espacio público, el objetivo de estos correctivos -que pueden conmutarse mediante la asistencia a talleres de sensibilización- consiste en concienciar sobre los riesgos del consumo del alcohol. Se trata de una preocupación municipal que en esta tercera fase de intervención se atajará con especial énfasis en las lonjas juveniles.

Además de mantener el servicio de mediación como hasta ahora para todas las lonjas -el programa Gazte Lonjak puesto en marcha en 2012 ha dado respuesta a 123 consultas y ha intervenido en 17 ocasiones, de las que el 85% de las veces se ha llegado a un acuerdo-, se pondrá en marcha una campaña para aquellas lonjas donde están los más jóvenes, ya que “son los más vulnerables a los riesgos del consumo”. De esa forma, durante 2017 se desarrollará “una experiencia piloto con un mínimo de 18 lonjas distribuidas en los diferentes distritos de la ciudad, dando prioridad a las lonjas con jóvenes menores de edad”.

A pesar de que el perfil de los jóvenes que realizan botellón en la calle o acuden a discotecas es similar al de los que están en las lonjas, desde el Consistorio indican “que la intervención no es la misma”. De esa forma, argumentan que aunque se traten temas como la convivencia, los riesgos del consumo o temas como la igualdad, los jóvenes que están las lonjas son siempre los mismos, algo que no ocurre en la calle. Ello permite que la mediación sea más exhaustiva.