BILBAO - El tramo de la estación de La Naja se incorporará al paseo de la ría que se prolonga desde el puente de San Antón hasta Zorro-tza. Los inversores catalanes propietarios del local que albergó la antigua estación de tren han cedido 200 metros cuadrados al Ayuntamiento de Bilbao lo que le permitirá dar continuidad al paseo hasta ahora taponado en ese punto.
Desde San Antón hasta Zorrotza los bilbainos podrán recorrer un paseo de algo más de cinco kilómetros por la ribera de la ría. Se trata de una idea en la que el Ayuntamiento trabaja desde hace años, pero que no se había podido llevar a cabo hasta ahora por problemas técnicos. El principal obstáculo hasta ahora es el tope que se encuentra el ciudadano a la altura de la Naja. La ubicación, así como la estrechez del paso, han condicionado desde que se cerró la estación la posibilidad de habilitar esta zona de paseo. Según explicó ayer el concejal de Planificación Urbana, Asier Abaunza, “hacer un paso bajo el túnel suponía un problema fundamental por la falta de seguridad que ofrecía el paseo. Podía convertirse en un punto negro de la ciudad”.
Por ello, una de las medidas que se barajó fue la creación de un puente voladizo que salvara este tramo de ribera. Sin embargo, los estudios de la autoridad marítima también desaconsejaron esta opción que no parecía segura ante el riesgo de inundaciones.
Una tercera propuesta solucionaba el paso por este punto mediante un ascensor, pero no era la opción que más gustaba.
La propuesta definitiva llega de la mano de los propios inversores que están dispuestos a ceder 200 metros de superficie al Ayuntamiento en el muelle de Ripa, en el lugar donde está ubicada ahora la escuela de pesca. Gracias a esta donación de espacio, el Área de Planificación Urbana podrá realizar un hall de acceso al paseo que tendrá una anchura de tres metros y llegará hasta los soportales de Uribitarte, que ahora mismo están cerrados por una verja.
Este será precisamente el siguiente paso, según señaló Abaunza, que iniciará las conversaciones con los propietarios una vez se apruebe el proyecto para la estación. El cambio de usos del PGOU para esta zona implica el pago de unos coeficientes por parte de los propietarios, no obstante, Abaunza señala que tras la urbanización del paseo la deuda queda saldada .