Bilbao - El Ayuntamiento de Bilbao mantiene su postura respecto a la suspensión de la concesión de nuevas licencias de hostelería en el Casco Viejo para un año a pesar de que la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC) haya cuestionado la medida. Según un informe elaborado por el organismo autónomo, las restricciones a la apertura de bares y restaurantes en el centro histórico bilbaino “no pueden considerarse necesarias” e insta al Consistorio a que adopte “medidas menos lesivas” que las propuestas. Una sugerencia que ha sido rechazada por el Ayuntamiento de Bilbao, desde donde alegan que la decisión se tomó con el consenso de los agentes implicados y en base a la preservación de la calidad ambiental urbana.
“Respetamos la opinión de la Autoridad Vasca de la Competencia pero no la compartimos”, señaló ayer Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana del Consistorio bilbaino, quien avanzó que “en el próximo pleno se debatirá la modificación del Plan Especial de Rehabilitación (PER) del Casco Viejo”, donde ya se recoge la combinación de usos del centro histórico. En palabras del edil, el órgano adscrito al Gobierno vasco “ha realizado un análisis economicista” cuando desde el Ayuntamiento se han centrado “en aquello que la directiva europea y las competencias municipales” permiten. De esa forma, Abaunza añadió que su labor se ha centrado “en el impacto que tiene sobre el espacio público la excesiva concentración de una determinada actividad y la pérdida de otros usos”.
Por su parte, el informe de la AVC, que no es vinculante y, por lo tanto, su cumplimiento no es obligatorio, alerta sobre las “consecuencias negativas” de las limitaciones, como “una reducción de la oferta para los ciudadanos”, “una pérdida de la calidad y de la innovación” o “la generación de un mercado de licencias de segunda mano”. Asimismo, indica que la ley solo contempla restringir una competencia por razones que entran en conflicto con el orden público, la seguridad pública, la salud pública, el medio ambiente... En ese sentido, el concejal de Planificación Urbana consideró que la AVC “no ha realizado un análisis completo de la situación ni del origen de la regulación” derivado de un “problema de convivencia”. Una situación que también puso de manifiesto Alfonso Gil, concejal de Medio Ambiente, quien recalcó el carácter ambiental de la limitación debido a los problemas de ruido que se originan en el Casco Viejo, donde el desarrollo de la hostelería entorpece en algunos casos el descanso de los ciudadanos.
La AVC ha actuado “de oficio” al conocer que el Ayuntamiento de Bilbao tenía intención de regular una actividad en una zona de la ciudad, tras lo que solicitó una copia del expediente para realizar el informe. De hecho, Abaunza expuso que también se han interesado por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que afecta a la zona centro de la ciudad, con la que pretenden limitar la apertura de locales hosteleros en 72 tramos del Ensanche. “Suponemos que más adelante emitirán otro informe sobre la zona centro”, opinó Abaunza, quien señaló que analizarán toda la documentación para contestar por escrito.
La suspensión de la concesión de licencias fue una medida aplaudida por todos los partidos de la oposición, así como por los diferentes agentes implicados en el escenario urbano del Casco Viejo, tales como hosteleros, comerciantes y vecinos. Sin embargo, el edil de Planificación Urbana señala que han recibido varias alegaciones a la tramitación, “de colectivos y particulares, e incluso de algún colegio profesional”, algunas solicitando medidas “más restrictivas” y, otras, “flexibilización”. Abaunza mostró su intención de contestar a todas ellas así como de incluir algunas de las sugerencias.
Oposición Todos los partidos de la oposición mantuvieron su apoyo a la moratoria de concesión de licencias en contra de la proposición de la AVT salvo el PP, que se mostró en contra de limitar el proceso de mercado libre. “Se debe hacer una lectura atenta de las recomendaciones”, alegó Luis Eguiluz, portavoz popular, quien consideró que “la actuación tiene que ir por otros derroteros, realizando más atractivas las calles comerciales o incentivando la combinación de usos”.
Desde EH Bildu, Lander Etxebarria, quien en reiteradas ocasiones ha mostrado la necesidad de limitar la concesión de licencias, indicó que “no todo se puede analizar y ver desde una perspectiva única de la competencia, ya que en este caso perjudicaría seriamente el futuro del Casco Viejo como zona de vivir y residir”. En esa línea, Carmen Muñoz, portavoz de Udalberri, defendió la legitimidad del Ayuntamiento de Bilbao para salvaguardar los intereses de los ciudadanos puesto que “los instrumentos de ordenación urbanística pueden ser un medio adecuado para regular este tipo de fenómenos sin alterar para ello la libertad de establecimiento”.
Por su parte, Samir Lahdou, en representación de Ganemos Bilbao, declaró que “la moratoria” ha sido “necesaria tras años de inacción por parte del Ayuntamiento, lo que llevó a que esas zonas se hayan convertido en un parque temático del pintxo-pote que, a su vez, ha repercutido de manera negativa en la actividad comercial minorista y en el vecindario”. En ese sentido, criticó que el informe “hace peligrar que se ponga orden en un sector hostelero excesivamente saturado”.