BILBAO- Le preguntan por el comercio y la apertura en festivos, el empleo y la vivienda; la accesibilidad y los mayores. “Lo que diga lo voy a hacer”, es la frase de Juan Mari Aburto con la que pone de manifiesto que no va a prometer nada que no pueda cumplir.

La primera pregunta parte de Garazi Díaz, joven de 23 años con estudios de Magisterio en euskera y especialidad en inglés, que está en paro y solo ha conseguido hacer alguna sustitución. Sin rodeos introduce la primera preocupación de los bilbainos.

La tasa de paro juvenil está por las nubes. ¿Qué propone para que la gente joven encuentre un puesto de trabajo digno?

-Es un tema tan serio el que planteas, Garazi, que no podemos caer en la trampa de hacer promesas vacías. El empleo no se va a generar desde la Administración. O nos metemos eso en la cabeza o estaremos equivocados, pero sí vamos a intentar potenciar una serie de ideas. La primera es hablar de empleo cualificado, porque en 2015 el 75% del empleo que se va a generar va a ser cualificado, aunque, claro, tú ya eres cualificada y estás en situación de desempleo. Además, tenemos que ser un territorio atractivo para la generación de actividad económica. Aquí tenemos Zorrotzaurre y Punta Zorrotza, que tienen que ser zonas privilegiadas para ser atractivas. Por lo tanto, hacer desarrollos urbanísticos flexibles de usos lo más rápidos posibles para que vengan a instalarse empresas. Y facilitar el emprendimiento sabiendo que no todos nuestros jóvenes van a ser emprendedores. Apoyar a las empresas de inserción e invertir en educación y en plantillas educativas.

Iñaki Renteria tiene una floristería en San Inazio e insiste en la repercusión del empleo en su sector.

Nos gustaría saber si desde el Ayuntamiento hay algún plan para activar o potenciar el comercio en los barrios, porque nos cuesta mucho salir adelante.

-Me he reunido con varias asociaciones de comerciantes, la del Casco Viejo, Bilbao Centro, Santutxu, Deusto y San Inazio. El comercio para mí es una preocupación porque creo que es muy importante un comercio local y de calidad. Es importante que el centro de Bilbao sea atractivo porque es donde está el Guggenheim, el Museo Bellas Artes, las plazas hoteleras... Pero si algo estoy viendo estas semanas es que los barrios tienen vida e identidad y vamos a hacer que funcione adecuadamente.

I. R: ¿Qué van a proponer?

-La primera cuestión sería intentar apoyar y consolidar a las asociaciones como dinamizadoras, pero se me ocurre y lanzo algunas ideas que igual son un poco arriesgadas. Me gustaría que en un futuro el basqueFEST tenga reflejo en los diferentes distritos. Tenemos que hacer algo más que impulsar el comercio o la hostelería asociado a los grandes eventos como puede ser un mundial de baloncesto o de fútbol o Aste Nagusia. Hay que buscar alianzas entre los propios comerciantes. Y desde Lan Ekintza potenciar el acceso a nuevos comercios. Una de las cosas que más me preocupa a mí son las persianas bajadas. Cuando ves tres persianas casi seguidas bajadas me produce una sensación de depresión, me siento mal porque percibes que no hay vida. Desde Lan Ekintza se puede estudiar qué hacemos con locales para ponerlos a disposición de emprendedores. Hay que potenciar el comercio tradicional, pero abrirnos también a ideas creativas. Y ayudar al comercio con las nuevas tecnologías.

Bego Noriega, pensionista, con dos hijos, está descreída de los políticos.

Ideas tienen todos, buena voluntad también, pero más que el qué y el cómo, quisiera saber cuándo.

-Para mí es muy triste decir esto pero creo que tienes motivos para estar desencantada. A la vez es muy triste porque soy una persona que cree en lo público, en lo que hago, intento desvivirme. Creo que es muy importante que la ciudadanía confíe en la política. Pagamos los impuestos y si pagamos impuestos, tenemos que confiar en aquellos que desarrollan servicios. Es importante que esa vinculación funcione bien. Voy a intentar, en primer lugar, cambiar la idea de la política y sé que esto tiene un cierto componente de quijotismo por mi parte, solo no lo puedo hacer, solo se hace con una generación de políticos que quieran cambiar esto.

B. N.: Es que Bilbao está muy bonito, pero prefería el Bilbao gris de antes. Tengo dos hijos y uno llega a fin de mes difícilmente, porque tiene que mantener una casa, un hijo. Y el otro es actor. Me cuesta mucho creer que esto vaya a cambiar, incluso, poco a poco.

-Por eso no vamos a hacer ninguna promesa y lo que digamos que vamos a hacer, la gente tiene que tener la absoluta seguridad de que eso lo haremos. Estoy convencido de que vamos a hacer más cosas de las que vamos a meter en el programa pero queremos ser prudentes y no trasladar promesas vacías. Y por eso no digo que voy a crear miles de puestos de trabajo, no quiero defraudar a gente como Garazi.

I. R.: Yo también tengo hijos y me hago esa pregunta. Cuando hablan de Punta Zorrotza o Zorrotzaurre, para cuando se desarrolle yo ya estaré jubilado y Garazi tendrá una edad bastante avanzada. Por eso el cuándo es importante.

-Zorrotzaurre y Punta Zorrotza son aspiraciones a las que no debemos renunciar, pero no nos olvidamos del ahora. Pero decirle a vuestros hijos que voy a solucionar ese problema sería un acto casi de chulería. Sí creo que va a haber un impulso a la industria de Bizkaia. Y eso lo está habiendo ya. Bilbao tiene que ser una ciudad que esté al servicio de esa industria y que pueda generar proyectos que den servicio a esas industrias. Hay mucho camino y, claro, ilusionar a todos los jóvenes, y más cuando ha habido un esfuerzo previo de formación, es complicado.

G. D.:. A mí me preocupa también la vivienda. ¿Qué propondrá para hacer las viviendas accesibles a la gente joven, ya no en propiedad, sino en alquiler?

-Son las dos cuestiones más intangibles: empleo y vivienda. Yo siempre he dicho que para que una persona pueda decir que es miembro activo y participe de esta sociedad si tiene empleo y vivienda lo tiene hecho. Si además tiene unas relaciones sociales, perfecto. Si eso falla, tenemos problemas. La política pública de vivienda a futuro tiene que ser de alquiler. Con el dinero público no deberíamos favorecer el acceso de la gente a la propiedad, porque cuando accede a esa propiedad cumple los requisitos, pero puede que al de cuatro años no los cumpla. En segundo lugar, potenciar los alojamientos dotacionales, un tipo de vivienda en suelo equipamental que da la posibilidad en cinco años de iniciar un proyecto sabiendo que luego tienes que salir. Lo de la vivienda en propiedad ha sido un elemento de ahorro, por eso no es fácil cambiarlo. A partir de ahí, elementos más pequeños pero que pueden tener su impacto como programas de pisos compartidos, incluso posibilidad de permutas o de acceso a pisos de personas mayores para que estas pasen a lugares accesibles. Otra idea sería la implantación de jóvenes en barrios periféricos lo que va a posibilitar la rehabilitación.

I. R: Hay zonas con bajos desocupados. ¿Se ha estudiado la posibilidad de que todos esos bajos que no van a funcionar como locales comerciales se usen como apartamentos?

-Yo he hablado de un uso flexible del urbanismo y suelo decir también que cada vez que se hace una vivienda, los bajos están vacíos. No hay necesidad ni posibilidad de tanto comercio como bajos existan. La posibilidad de dejar los bajos abiertos sería muy caro porque la repercusión es importante, pero, además, genera inseguridad porque son puntos oscuros muchas veces. Pero sí sería partidario de que en determinados lugares se pudieran habilitar los locales como viviendas.

B. N.: Hay mujeres que no salen de sus casas, y lo hemos visto en el programa de mirada activa, no porque estén imposibilitadas sino porque tienen miedo a caerse. Yo vivo en un bloque con ascensor pero hay tres escaleras que son difíciles de salvar. ¿Qué se va a hacer en materia de accesibilidad?

-La accesibilidad es algo que yo voy a trabajar. Programas de rehabilitación en edificios. Se está modificando el urbanismo para poder garantizar el acceso al espacio público. Las ayudas públicas para facilitar la accesibilidad van a ser una prioridad. Y si no hay otra posibilidad, facilitar al que quiera que salga de ese edificio a otro, sin perder la propiedad de su piso, alquilándolo a un joven o a una pareja, de manera que se consiga que esa persona mayor tenga resuelta la accesibilidad que necesita y el joven tenga una vivienda.

G. D.: Yo vivo en Matiko y es un barrio en el que se ha trabajado mucho la accesibilidad, pero hay zonas donde todavía es complicado llegar como Vía Vieja de Lezama. A esos vecinos les cuesta acceder a la zona comercial.

-Si, por ejemplo, en Arangoiti se está construyendo un ascensor para posibilitar el acceso con Deusto. Al no funcionar el antiguo ascensor se generó un autobús y están muy contentos porque tienen más de una parada y les ha mejorado la vida. En Matiko, como dices, Garazi, se han hecho cosas, hemos estado en ese barrio y sabemos que hay más peticiones. Vamos a hacer diversos accesos mecánicos en los barrios altos.

Otro de los temas que surge es el ocio en Bilbao y si es necesario ampliar la oferta, así como su repercusión en el comercio y en la convivencia.

I. R.: No se puede instaurar el ocio por decreto. Los bares antes cerraban a las doce y ahora a las nueve, pero es porque no hay gente.

-Yo tengo claro que el ocio y la situación económica están unidos. También es verdad que han cambiado algunas dinámicas. La gente joven al final dispone de sus lonjas, que es un fenómeno que hay que aceptar y que existe, y que si lo pensamos bien no deja de ser como los txokos para nosotros; por lo tanto, hay que integrarlos en la vida. Dicho esto, creo que hay cuestiones en las que tendríamos que mejorar, como en el civismo. Posibilitar que convivan ocio y descanso. Porque una ciudad que quiere ser atractiva para congresos y turismo tiene que tener posibilidades de ocio.

G. D: ¿Y en Semana Santa? Porque es una fecha clave en la que se incentiva el turismo y todo está cerrado.

-Pero no por el Ayuntamiento.

G. D.: Pero se puede incentivar de alguna manera para que abran.

-Por ejemplo, se amplían los horarios en Semana Santa. Si fuéramos capaces de generar unas rutas, favorecería el asunto y creo que hay trabajar de manera dialogada con el sector. Hasta ahora se han ido colocando parches y creo que se debe hacer una revisión de la ordenanza de hostelería y de la normativa del propio Gobierno vasco. Yo soy partidario de que exista ocio y que desde el Ayuntamiento se posibilite la generación de un ocio sano.

I. R.: Estamos hablando de la famosa frase del alcalde Azkuna de que los comerciantes tienen que estar casi como los chinos, comer y vivir ahí y hasta procrear. Es un tema que quería plantear, las aperturas en festivos. ¿Qué idea tiene?

-Los horarios de la hostelería en Semana Santa se han ampliado y se puede ampliar en todo tipo de situaciones, por ejemplo si el Athletic el 30 mayo gana la final de Copa en Barcelona. En Bilbao va a haber una vida impresionante, con lo cual se puede favorecer esa vida. Hay que favorecer que el comercio pueda abrir en determinadas fechas por lo menos. Hay una legislación que permite que se abra ocho días, si no se abre será porque seguramente no compensa, pero al final hay que pensar que quizá eso sea la pescadilla que se muerde la cola. Lo que igual habría que establecer es determinadas zonas para que eso dé un poco de vida. Al final, si se genera esa dinámica se podrá extender. Pero soy cuidadoso y debe conciliarse la vida laboral y familiar. Creo que esto no pasa porque se habrá todos los festivos sino que en determinadas zonas y situaciones se pueda posibilitar la apertura en esos días y si además eso lo vinculamos a que desde el propio Ayuntamiento se pueda generar en determinados días actividades especiales podría provocar una mayor vida.

Otro de los temas que suscita interés es el euskera.

G. D.: Sobre el euskera, creo que Iñaki Azkuna hizo muchas cosas bien, pero el euskera quedó en segundo plano. Me gustaría saber qué va a hacer para fomentarlo.

-Yo quiero un Bilbao más euskaldun, más amigable con los mayores y que sea una ciudad ilusionante con los jóvenes. Hay personas de una cierta edad que no han aprendido euskera y no pasa nada, pero los jóvenes tenéis que ser ese motor de un Bilbao más euskaldun. Las relaciones sociales tiene que entrar el euskera con normalidad, entender que es patrimonio de todos e intentar conseguir que este país sea bilingüe y trilingüe. Si no lo utilizamos no se avanza. Y presupuestariamente habrá que contemplarlo.

G. D.: Inaugurar carreteras, instalaciones... eso lo puede hacer cualquiera. ¿Qué nos ofrece usted diferente?

-Tengo una trayectoria que tiene que ver con el mundo de las personas. Creo que la política tiene razón de ser en la medida en que seamos capaces de mejorar la vida de las personas. Quiero ser un alcalde cercano, que la gente me pueda tocar y que ejerza mucho la escucha. Las personas estamos necesitadas de que la gente nos escuche. Podrá haber carreteras, infraestructuras, pero si la sociedad no está cohesionada no servirá para nada.

I. R.: Desde los barrios vemos que ir a Bilbao es ir al cetro. ¿Se va a dar identidad propia a los barrios?

-Hay que conseguir que esto no se viva como una especie de enfrentamiento. El centro tiene que tener su bullicio pero los barrios tienen que tener ese orgullo de que las fiestas tengan su personalidad, que determinados ambiente que se generan en Bilbao como la Noche Blanca tengan su reflejo.

B. N.: Y Bilbao La Vieja, San Francisco...

-Ha habido distintos planes de regeneración y se seguirá invirtiendo en el ámbito social y en el urbano también para conseguir su regeneración total.

El encuentro termina con un tema que une a todos, el Athletic, y con una pregunta, esta vez de Juan Mari Aburto.

Ahora me gustaría preguntar a mí, ¿Qué va a hacer el Athletic?

I. R.: Ganar.

B. N. ¡Ay, si lo supiera!

G. D.: A mí el corazón me dice una cosa y la razón otra.

I. R.: Hay que dejarse llevar por el corazón.

J. M. A: Bilbao es una ciudad con corazón y los bilbainos tenemos corazón y ese nos dice que el Athletic va a ganar.