Bilbao -Tercera edición de un festival que va creciendo.
-Así es. Cada vez hay más establecimientos de excelencia, en la ciudad.
¿El premium es lujo?
-No, el lujo es otra cosa. El lujo es solo para unos pocos, ofrece la exclusividad a unos cuantos. El premium está al alcance de más personas. El lujo es exclusivo, el premium inclusivo, lo opuesto. Es lo excelente, lo que despierta reacciones positivas en el cuerpo.
¿Bilbao es una ciudad premium?
-Sin lugar a dudas. Lo es, y afortunadamente, cada vez lo es más.
¿En qué se nota?
-Se nota en sus establecimientos, en los locales que hay, tanto de hostelería, en moda, en los espacios culturales de salud y relax.
El primer festival, hace tres años, lo organizaron en plena crisis.
-Sí y es cierto que fue un aspecto que chocó a muchos. Ahora, a medida que la crisis se está superando, lo excelente, lo premium va apareciendo y se va consolidando.
Claro, cuanto más dinero hay más invertimos en el disfrute, en el ocio.
-Todo el mundo quiere vivir mejor, tener una experiencia mejor, sensaciones... El mercado premium está para quedarse. Bilbao es un ejemplo. Cuando hay menos dinero le afecta más, en cuanto mejora todo el mundo está dispuesto a gastar un poquito más en vivir mejor en función de las posibilidades económicas, claro.
También es una manera de impulsar la ciudad, el comercio...
-Si impulsas el comercio, impulsas la ciudad; lo mismo sucede con la hostelería y más en una ciudad como Bilbao en la que la hostelería es uno de los factores más identificativos. Además, hemos retrasado la fecha del festival como preludio a la Navidad.
El número de establecimientos adheridos a este festival ha crecido significativamente. ¿Sorprendido?
-Sorprendido y encantado. Son un montón y eso es gratificante para nosotros que somos los que organizamos el festival. Este año son 90; el primer año fueron 45 y el segundo, 64. No hay duda es un mercado que va creciendo y que cada vez tiene más demanda.
¿Qué objetivos buscan?
-Crear un escaparate para el sector, unos recorridos especiales, diferentes, repletos de elementos que aporten al cliente esas sensaciones que lo hacen único.
Suena muy bien.
-Mejor es sentirlo. Todos sabemos diferenciar cuando un bar, un restaurante nos ofrece elementos especiales, unos pintxos sublimes, cuidados...
¿Se ha arrepentido de elegir Bilbao para este festival?
-No (rotundo). De hecho, he descubierto en Bilbao una ciudad abierta, viva, con un nivel excepcional en el comercio y en la hostelería. El Ayuntamiento quiere que sucedan cosas en la capital y ese factor es fundamental para quienes buscamos nuevos mercados. Ahora, trabajamos en abrir la marca premium a otros países.
¿Su ruta especial o de excelencia?
-Siempre que vengo a Bilbao intento pasar por la sastrería de Lander Urquijo, por el restaurante el Colmado Ibérico y por el Café Iruña. Son solo algunos, pero hay muchos más.