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El Ayuntamiento no contempla abrir los comedores sociales infantiles en Navidad

Bilbao garantizó las necesidades básicas a 150 niños con problemas este verano pero opina que en estas fechas no se dan las circunstancias para esta iniciativa

El Ayuntamiento no contempla abrir los comedores sociales infantiles en NavidadOskar Martínez

BILBAO - La experiencia de abrir comedores sociales para niños, que de forma pionera ha funcionado este verano en Bilbao, ha sido un éxito, según sus organizadores, pero no trasladable a las fechas navideñas. La falta de tiempo para organizar unas colonias que den cobertura social y evite estigmatizar a los niños sin recursos, así como la movilidad que se produce en estas fechas son las principales causas para que el Área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao no contemple activar esta iniciativa pionera en la villa.

La situación de desprotección en la que quedaban los niños en verano cuando terminan las clases escolares y por tanto se cierran los comedores no pasó desapercibida para los responsables del Área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao. Así, por primera vez este año, dos comedores sociales, han ofrecido durante los meses de julio y agosto sus comidas a 130 niños de Bilbao con necesidades básicas. El balance no ha podido ser más positivo, señalan sus promotores que, sin embargo, consideran que en Navidad no se dan las circunstancias para abrir comedores sociales a niños. “Ha sido una experiencia positiva de colaboración público privada entre servicios educativos, servicios sociales y servicios de atención a la infancia”, explican desde el Ayuntamiento.

A través de la asistencia de estos niños a colonias que a su vez incluían el comedor se consiguió, este verano, garantizar que el menor tuviera al menos una comida y además se les daba la merienda para llevar a sus casas, evitando estigmatizarles gracias a su inclusión en las colonias. “No se descarta que se pueda repetir el próximo año. Sin embargo, este comedor no funcionará en Navidad porque son pocos días de vacaciones en los que los niños no tienen comedor escolar y además son fechas con mucha movilidad por lo que no vemos posible su puesta en práctica”, explica Eider Jauregi, delegada de Acción Social.

La realidad supera la ficción más veces de las que nos gustaría y ese anuncio en el que una madre agudiza la imaginación de su pequeña para que su bocadillo de pan con pan sepa a nocilla es el triste reflejo de la realidad que también se vive en Bilbao en más casos incluso de los previstos. De hecho, el Ayuntamiento tenía detectados 50 menores que podrían necesitar este servicio, según dijo el concejal de Acción Social, Juan Félix Madariaga, cuando gestaba esta iniciativa pionera en la capital, pero al final llegaron 150 solicitudes de las que 80 respondían a casos urgentes porque procedían de familias que no reciben ningún tipo de ingreso.

Para poner en marcha este servicio de manera exitosa Madariaga y su equipo mantuvieron conversaciones con los responsables de los comedores sociales, los directores de su equipo y las asistentas sociales para dar salida a un problema nuevo que la crisis ha puesto como asignatura pendiente de la sociedad, una vez acabado el curso escolar.

Superadas las previsiones

La fase de preparación fue corta pero intensa. Las coordinadoras de bases que controlan las situaciones de las familias de Bilbao detectaron un volumen de solicitudes más amplio de lo previsto inicialmente. “Hubo que cribar los casos priorizando las situaciones familiares más vulnerables y finalmente se creó una lista de espera para, en caso de que se diese alguna baja, poder aprovechar todas las plazas y dar cobertura al mayor número de familias. Así, primero se atendió a 84 menores cuyas familias no tenían ningún tipo de ingreso familiar. Los 68 niños restantes quedaron en lista de espera y finalmente se atendió a 130, los 22 restante, no quisieron utilizarlo por decisión propia.

El objetivo era dar cobertura alimenticia a los menores empadronados en Bilbao cuyas familias se encuentran en situación de necesidad, pero se aprovechó también para complementar el acceso al comedor con una serie de actividades lúdicas que favorecieran la socialización de un espacio lúdico, céntrico y participativo para los menores.

La delegada de Acción Social explica que las colonias se coordinaron para recoger las altas y bajas de los niños y sirvieron a su vez para notificar a los servicios sociales de base aquellos casos que se hayan podido detectar de posibles situaciones de riesgo de desprotección. En el balance de esta iniciativa los responsables municipales señalan que un tercio de la asistencia resultó muy irregular llegando incluso en varios a casos a proceder a la baja definitiva lo que por otro lado permitió atender a los niños que se encontraban en lista espera.

Los niños acudían a las colonias hasta media mañana y eran trasladados en autobuses a los comedores sociales que se adecuaron para esta iniciativa: los Ángeles Custodios y el comedor de los Franciscanos en Zabalburu. Educadores especiales se encargaron de que los niños procedentes de todos los barrios de Bilbao -Zorrotza, Irala, Abando y Santutxu- estuvieran atendidos durante el verano.

El mundo de la población infantil es uno de los más sensibles, por lo que hay que actuar con mucha cautela motivo por el que las colonias fueron aparejadas al comedor de manera que se evito que hubiera ningún resquicio que pudiera dar lugar a que se estigmatizase a estos niños. El coste de esta iniciativa ha rondado los 50.000 euros, una partida que en ningún caso ha sido un hándicap para que Bilbao pusiera en marcha este proyecto tal y como ya dijo Madariaga en junio cuando se aprobó esta experiencia.