LA combinación de los ingredientes: buenas ideas, trabajo en equipo, profesionalidad y motivación da siempre el mejor de los resultados. Esa es la receta que han seguido el restaurante D. O. Bilbao y el bar Corinto y Oro, que con su ingenio, su buen hacer y sus ganas, dieron vida a unos pintxos de etiqueta que sedujeron y, de qué manera, a los bilbainos. Los dos establecimientos hosteleros son los ganadores del concurso de la primera Ruta Pintxo a Pintxo por Indautxu, un recorrido guiado por el Grupo Damm y DEIA a lo largo de una treintena de bares y restaurantes que consiguió conquistar numerosos paladares durante dos fines de semana.

“Este premio es de todos, es del equipo: del que crea el pintxo, del que lo prepara, del que lo vende... Y quiero que lo sientan suyo”, aseguraba ayer Alba Cabada, propietaria del bar Corinto y Oro, en la calle Maestro García Rivero, 3. El local se ha llevado la distinción al pintxo con mejor maridaje con la cerveza Damm, según un jurado de expertos. Su sardina a la brasa, con berenjena al horno sobre doble estructura de pan de molde resultó ser una delicia. Además, el esfuerzo de este bar en este concurso ha sido mayor, porque “hemos hecho un espectáculo de pintxo: al ser a la brasa, el cocinero salía a quemarlo delante de los clientes y eso llamaba mucho la atención”, comentó Alba. Tanto despertó la curiosidad que el pasado viernes se agotaron todas las existencias. “Sin exagerar, llegamos a preparar 300 pintxos. En total, habremos hecho más de 800”, contaba casi sin creérselo la gerente del Corinto y Oro. Y es que la impresionante forma de servir el pequeño manjar fue la única arma secreta, también su exquisito sabor -muy en sintonía con la cerveza Damm- explica el éxito del plato.

Trabajo en equipo

El gerente del D. O. Bilbao, Rubén Arkoiza, también puso en valor el trabajo de todo el equipo del restaurante para que el pintxo de nido de patatas con pisto a la bilbaina y huevo de codorniz lograra recopilar el mayor número de votos de las personas que tomaron parte en este concurso. “Ganar un premio siempre es motivo de satisfacción. En esta profesión tan sacrificada este tipo de cosas hacen que te motives, que hagas nuevos proyectos. Para la plantilla, el equipo de cocina, los camareros... Para todos, es un motivo de orgullo. Todo no es trabajo y sacrificio, todos necesitamos motivaciones”, destacó ayer. El local de la calle Rodríguez Arias, 52 -junto a su hermano, el Farketa- congregó a numerosos clientes durante la celebración de esta iniciativa gastronómica. “Esta propuesta nos ha sorprendido gratamente. No sabíamos el calado que iba a tener y, además, con el buen tiempo que hace pensábamos que Bilbao se iba a quedar vacío. Pero gracias a la ruta del pintxo no ha sido así. La gente ha llenado los bares, se ha molestado en votar, en preguntar, en probar...”, afirmó Rubén. El cocinero, Natxo Monje, compartía la felicidad de su jefe. “No somos especialistas en pintxos, y sin embargo, hubo momentos en los que en cocina no dábamos a basto. Ha venido mucha gente que no son clientes nuestros, que nos han conocido gracias a esta iniciativa. Por ejemplo, ver a un grupo de chavales de 26 años nos sorprendía un poco”, admitió Natxo. Y es que la fórmula de pintxo y cerveza Damm a un precio de 2,50 euros resultó irrechazable para muchos bilbainos. Entre los que se animaron a tomar parte en este itinerario gastronómico se encontraba Arantza Díaz de Otalora, una de las que depositó su voto en las urnas, y que se llevó una tablet como regalo y agradecimiento por participar en un proyecto para chuparse los dedos.