El Surne Bilbao vuelve hoy al Buesa Arena con el deseo de asaltar la cancha menos propicia para sus intereses de la Liga Endesa. Solo una vez ha ganado el equipo bilbaino al Baskonia como visitante, en el lejano 2008 y con Rafa Pueyo acabando el partido como entrenador, trece de los últimos catorce derbis han caído del lado gasteiztarra y en algún momento tendrá que romperse esa dinámica. Con mejores o peores plantillas, la derrota ha sido costumbre en el feudo de Zurbano, aunque al primer derbi de esta temporada llegan los dos equipos igualados con tres victorias dentro de ese amplio grupo que no quiere renunciar a sus opciones de disputar la Copa en febrero. Los jugadores del Surne Bilbao creen que es posible ganar hoy, pero toca demostrarlo para lograr un triunfo que permita cambiar las aspiraciones a corto plazo.
Paolo Galbiati, técnico local, se ha quejado porque su equipo tenga que volver a jugar apenas 36 horas después de concluir su duelo ante el Bayern Múnich en la Euroliga y esa es una circunstancia que podría aprovechar el Surne Bilbao, que la semana pasada compitió muy bien ante el Real Madrid durante tres cuartos largos. El primer objetivo de los hombres de negro debe ser tratar de llegar a los minutos finales con opciones. En mayo pasado lo lograron en un derbi en el que nada se jugaban, pero el Baskonia pudo resolverlo a su favor en un final polémico y prácticamente en la última jugada.
En esas pequeñas competiciones dentro de cada partido de las que le gusta hablar a Jaume Ponsarnau la de la energía será fundamental y para ello volver a contar con Darrun Hilliard, que jugará con máscara, y Martin Krampelj es importante. También hay otras batallas como las del rebote y el cuidado del balón que el Surne Bilbao debe tener en cuenta. El Baskonia se expresa mejor a campo abierto, a partir de provocar con su muy física defensa los errores del rival. Como siempre ante este tipo de conjuntos de rango Euroliga el plan es jugar con inteligencia, determinación y acierto. Porque con una producción de puntos escasamente por encima de los setenta puntos resulta casi imposible ganar fuera de casa. Ponsarnau ya ha advertido del estilo atípico del Baskonia, de su atleticismo y versatilidad que le lleva a jugar incluso sin cincos puros en el campo. El Baskonia sigue sin poder contar con Trent Forrest, que volverá después del parón de selecciones, y la duda es si podrá participar Kobi Simmons tras sufrir un golpe en un dedo ante el Bayern.
Tadas Sedekerskis y Rodions Kurucs son piezas claves para Galbiati en ese juego de cambios constantes y apertura de espacios que están aprovechando Hamidou Diallo y Timothé Luwawu-Cabarrot, segundo máximo anotador de la temporada con 18 puntos por partido, tres triples y un 40% de acierto desde la larga distancia. Una de las ventajas de los bilbaínos puede estar en el juego cerca de los tableros con Hlinason, pero al islandés se le puede hacer un partido incómodo porque, seguramente, le tocará estar muchos minutos lejos de su zona de influencia y defender a jugadores más móviles.