Extraordinaria actividad defensiva, amasando hasta 17 robos de balón e incomodando al rival hasta el límite, y magnífico acierto desde la distancia triple (16 dianas de 34 intentos, 47%) igual a victoria inapelable, dictatorial, sin el más mínimo lugar para el suspense y sí para el disfrute de Miribilla. Esa fue la fórmula utilizada por el Surne Bilbao Basket para arrollar sin miramientos (106-75) a un Casademont Zaragoza que vivió una auténtica pesadilla en el Bilbao Arena a manos de un conjunto vizcaino que jugó, con enorme diferencia, el mejor partido de la temporada y que parece que va avanzando a pasos agigantados hacia su mejor versión como colectivo.

Los de Jaume Ponsarnau mandaron en el partido de principio a fin. El acierto desde la línea de 6,75 en los dos primeros cuartos de Darrun Hilliard, en su mejor versión como ‘hombre de negro’, y Justin Jaworski (acabaron la tarde con 20 y 22 puntos, respectivamente) les permitió poner el partido muy a su favor ya al descanso (50-34), pero fue el trabajo de retaguardia el que marcó diferencias en todo momento, domesticando a un rival que si algo tiene es pólvora. El 28-11 en el tercer cuarto fue un regalo para la vista, con un baloncesto de altísima escuela por parte de los anfitriones de la mano de un Melwin Pantzar descomunal que acabó con 12 puntos, 14 asistencias, cuatro robos y 30 créditos de valoración. Hizo lo que quiso, cuando quiso y como quiso.

Muchos protagonistas

Además de esos tres nombres propios, fue una gozada ver a Margiris Normantas, Stefan Lazarevic y Martin Krampelj dominar el partido desde el esfuerzo defensivo, a Harald Frey cada vez más consistente en la toma de decisiones, a Bassala Bagayoko haciendo cada vez más cosas, y mejor, sobre la cancha y a Luke Petrasek y Aleix Font unirse a la fiesta en el tramo final. El conjunto vizcaino afrontaba esta semana dos partidos de enorme exigencia e importancia (también lo era la visita continental al Peristeri) y los ha resuelto de manera intachable.

Seriedad

Fue el conjunto vizcaino el que se hizo con el control del marcador desde el arranque de la contienda gracias a su magnífico esfuerzo defensivo, que le permitió correr, y a los triples de Hilliard y Jaworski, pero fueron también algunos errores propios (tres pérdidas en salida de balón, un rebote ofensivo concedido al lanzador, un par de contras no cristalizadas en canastas…) los que permitieron a los de Jesús Ramírez no perder comba en primera instancia. Con ambos equipos sumando puntos con relativa comodidad, la tónica general se mantuvo inalterable durante los primeros diez minutos, salvo un fugaz liderato (19-21) de los visitantes, que se cerraron con un 27-23 tras triple de Hilliard.

Cinco puntos seguidos del alero estadounidense, que sumaba ya 11, llevaron a Ramírez a detener la cita a 8:21 del descanso con el 32-25 en el luminoso. Pero ocurrió que los triples siguieron entrando para los de Ponsarnau, cortesía de Pantzar y Jaworski, y tras un mate de Tryggvi Hlinason el técnico visitante no tardó ni tres minutos más para tener que volver a llamar a capítulo a los suyos, pues el 40-27 era notablemente amenazante. Tampoco en esa ocasión consiguió el efecto deseado porque entre Hilliard, Krampelj y Bagayoko mantuvieron constante el suministro de puntos y la retaguardia continuó marcando diferencias para conseguir que el Surne Bilbao Basket alcanzara el ecuador de la contienda con un magnífico 50-34 tras llegar a gozar de una renta de 18 puntos.

Triples

Con un 52,9% de acierto en el triple (9 de 17), 14 puntos de Hilliard y 12 de Jaworski, con cuatro misiles desde más allá de la línea de 6,75 para cada uno, todo era más fácil para un conjunto vizcaino cuya hoja de servicios solo presentaba a esas alturas el borrón de los siete tiros libres fallados de los doce intentados y las tres personales de Hlinason.

Despegue

Tras la reanudación, el Surne Bilbao Basket se mantuvo granítico, sobre todo desde un esfuerzo en labores defensivas que hizo trizas al Casademont Zaragoza. Con los bases cogiendo el testigo de los estadounidenses en labores anotadoras, sobre todo un Pantzar magnífico en todas las labores (suministro de puntos, reparto de juego, defensa…), el colchón no hizo más que crecer sin parar. Exponencialmente. De manera absolutamente desenfrenada. El 74-40 que reflejaba el luminoso a 1:40 de la conclusión del tercer cuarto después de que Petrasek se uniera al festival anotador de sus compañeros no era más que el fiel reflejo de la tremenda diferencia de acierto, energía, entrega y ganas con las que cada conjunto afrontó una contienda que llegó a sus diez minutos finales con un 78-45.

Con todo ya resuelto, los visitantes aprovecharon para maquillar algo sus números, sobre todo gracias a sus constantes viajes a la línea de tiros libres, pero los de Ponsarnau tampoco se relajaron en exceso. Estaban disfrutando enormemente en cancha y querían exprimir esas sensaciones y hacer disfrutar a los suyos. El punto 100, obra de Jaworski de tiro libre a 1:38 fue tremendamente aplaudido, igual que las acciones positivas de Font, que recordó que se puede contar con él cuando es necesario.