No resulta nada sencillo jugar los encuentros de cierre de temporada cuando en ellos no hay absolutamente nada en juego, como le ha ocurrido este viernes al Surne Bilbao Basket en su clara derrota ante el Barça (68-85). Las mentes de los protagonistas están ya coqueteando con las vacaciones, lo sentimental en forma de posibles despedidas y deseos de renovación (en el descanso entre los dos primeros cuartos se anunció la continuidad hasta 2027 de Tryggvi Hlinason) gana terreno desde la grada y la consistencia necesaria para oponer resistencia ante un gigante como el conjunto azulgrana se difumina.

Eso es lo que les ocurrió a los de Jaume Ponsarnau en la bajada de telón de la Liga Endesa ante un rival que quiso mantener elevadas sus sensaciones ante el inminente arranque de las eliminatorias por el título. Los de Joan Peñarroya abrieron la primera brecha de dobles dígitos en el tramo final del primer cuarto y ya no miraron atrás, gestionando con mucha suficiencia sus ventajas hasta el final.

Los ‘hombres de negro’ mostraron demasiados dientes de sierra en su rendimiento, con poca fluidez de juego y acierto en el triple en muchas fases de la contienda. No faltó el deseo de sobreponerse a las adversidades, con un parcial de 13-1 en el tercer cuarto que les permitió soñar con el 48-54, pero el intento de revuelta impulsado por Harald Frey y Thijs de Ridder, los pupilos de Ponsarnau más incisivos, fue sofocado sin muchos problemas

Desventaja

La contienda arrancó en formato de concurso de triples, con muchísimo acierto por parte de los dos equipos, pero cuando el juego empezó a ser más multidisciplinar al conjunto de Peñarroya no le costó demasiado trabajo imponer su mayor riqueza armamentística, aprovechando que la retaguardia de los anfitriones tampoco brilló excesivamente por su excesiva contundencia. Cuando los triples dejaron de entrar, los de Ponsarnau sacaron muy poco provecho a sus ataques y la primera desventaja de dobles dígitos no tardó en llegar (10-20) en un ecosistema que se mantuvo bastante estable hasta el cierre del acto inaugural con un 14-26.

Con un mejor trabajo de retaguardia, Melwin Pantzar y Rubén Domínguez sumando de tres en tres y una canasta a la contra de Xavi Rabaseda, los visitantes tuvieron que parar el partido con el 22-28 a siete minutos del descanso. Sin embargo, las aguas volvieron demasiado pronto a su cauce anterior. De ello se encargaron Willi Hernangómez en la zona y Jabari Parker y Tomas Satoransky desde la línea de 6,75 mientras los anfitriones entraban en otra racha de desacierto en ataque (28-40) antes de alcanzar el ecuador de la cita con un muy adverso 30-45 que dejaba ya las cosas muy cuesta arriba.

En imágenes: Bilbao Basket 68-85 Barça Oskar González

Con un rival como el Barça moviéndose en niveles de acierto sobresalientes (7 de 12 en triples y 10 de 18 desde distancias cortas e intermedias), la vida se complicaba mucho para un Surne Bilbao Basket al que le pesaba mucho la ausencia de tensión competitiva y otra de esas actuaciones negadas desde la línea de 6,75, con un horrible 3 de 18.

Orgullo

Te puede interesar:

Tras la reanudación, Kevin Punter compareció dispuesto a fundir cualquier posibilidad de rebelión de los ‘hombres de negro’ con dos triplazos (35-53), pero a los de Ponsarnau les quedaban aún ganas de marcha. Recuperando el acierto en el triple merced a ataques con mejor reparto de bola, un parcial de 13-1 hasta el 48-54 hizo soñar a Miribilla con poder competir por la victoria, pero a los visitantes, con cierta ayuda arbitral en un par de decisiones, no les tembló el pulso. El equipo de Peñarroya vio que se le podía complicar el partido, recuperó la contundencia en su juego y respondió con un 0-11 para aterrizar en los diez minutos finales con un claro 48-65 y todo ya resuelto.

Solventado lo competitivo, llegó el momento de que lo sentimental reclamara focos. Tremendas ovaciones y honores a De Ridder y Rabaseda en sus últimos momentos en cancha y un emotivo acto final con todos los jugadores cogiendo el micrófono. Frey emplazó a toda la afición hasta la próxima temporada, De Ridder fue incapaz de reprimir las lágrimas en su despedida, Pantzar desveló que su capítulo como ‘hombre de negro’ no ha acabado con un “nos vemos el año que viene” y Rabaseda puso fin a su periplo de tres cursos como jugador de la escuadra bilbaína con un discurso muy emotivo, bajando el telón de una temporada histórica.