Poco más de un año después de que las calles de Bilbao se quedaran pequeñas para celebrar el título de Copa logrado por el Athletic después de cuatro décadas de sequía, en la tarde de este viernes, el Surne Bilbao Basket cogió el testigo. Los hombres de negro, o la “manada de lobos”, como los calificó Jaume Ponsarnau en una de sus intervenciones, recibieron el homenaje de la villa. Es verdad que las cerca de 10.000 personas que acompañaron a los campeones de la FIBA Europe Cup en los actos en el Ayuntamiento y en el Palacio Foral, con rúa en autobús descapotable incluido entre medias, no llegan a los registros de asistencia que marcó el conjunto de Ernesto Valverde. Pero lo que quedó demostrado de sobra es que la marea negra, esa que hace 25 años no pasaba de varios centenares en La Casilla (siendo generosos), ha crecido de forma exponencial en este cuarto de siglo. Y con el primer título de su historia en el bolsillo, la entidad de Miribilla tiene que aprovechar la ola buena.

Cuarenta y ocho horas después de conquistar Salónica y domar al PAOK, los jugadores y el cuerpo técnico del Bilbao Basket disfrutaron de lo lindo. Primero, ante unos 5.000 seguidores que se congregaron en los aledaños del consistorio, los hombres de negro fueron recibidos por Juan Mari Aburto al pie de las escalinatas. Isabel Iturbe, Jaume Ponsarnau y Xavi Ravaseda fueron los que encabezaron la comitiva, luciendo la pequeña Orejona. El alcalde recordó en su discurso en el Salón Árabe que hace unos meses nombraron al club Embajador de Bilbao. “Habéis dado a conocer los valores y el espíritu de esta ciudad por todas las canchas con mucho orgullo. Y el pasado miércoles habéis logrado que Bilbao se escriba con letras de oro en la historia del baloncesto europeo. Gracias embajadores de Bilbao. El sueño se ha hecho realidad, teníamos derecho a soñar, pero hemos tenido derecho a ganar”, destacó Aburto.

En imágenes: celebración del Bilbao Basket campeón Oskar González

Después de los agradecimientos de la presidenta del Bilbao Basket, tomó la palabra el técnico. Antes de que la afición cantará el “somos los hijos de Jaume Ponsarnau” –un lema que parece ya instaurado a fuego entre la marea negra–, el catalán destacó el trabajo de sus pupilos: “Gracias a estos jugadores que han hecho un trabajo impresionante, que han sido una manada de lobos, súper coordinada, dándolo todo cada vez. Hemos conseguido resucitar a jugadores que parecía que no podían llegar a los partidos, hemos preparado con mucho trabajo de la mejor manera los partidos y todos juntos hemos conseguido algo increíble”. El momento álgido llegó con la salida de los campeones al balcón del Ayuntamiento.

En autobús descapotable

Después le llegó el turno a la visita al Palacio Foral, un trayecto en autobús descapotable. Ataviados con paraguas y al grito de “Bilbao, Bilbao” bajo la lluvia, centenares de aficionados recibieron a los campeones. “Hoy es un día muy importante. Este equipo ha llevado el nombre de Bizkaia, de Bilbao y de Euskadi por todo el mundo. Ha superado las adversidades con esfuerzo, compromiso y pasión”, destacó Elixabete Etxanobe. La anécdota en el Palacio Foral la protagonizó el míster, al que le tuvieron que secar el sudor de la frente con una bufanda en pleno discurso.

Ya bajo los acordes de We are the champions, los jugadores salieron al balcón.Y Javi Salgado se hizo con el micrófono y emplazó a la afición a continuar la fiesta mañana en Miribilla con el duelo ante el UCAM Murcia.