Jaume Ponsarnau dio por bueno un resultado que deja la final “muy abierta” para el partido de vuelta en Salónica. “No habrían sido suficientes diecinueve puntos a favor ni habríamos perdido la final perdiendo por siete. Fue un partido de rachas y nos costó encontrar un buen ritmo de juego. Quedan cuarenta minutos o más de una realidad parecida, queda mucho partido aún”, comentó el técnico del Bilbao Basket, que se mostró “satisfecho por muchas cosas, sobre todo por haber demostrado de nuevo ser un equipo resiliente”.
De cara al segundo choque, Ponsarnau comentó que el reto será “encontrar a más jugadores con acierto en los ratos que juguemos bien y atacar un poco mejor su defensa de cambios muy agresiva. Nos ha costado encontrar las conexiones con los pivots”. Sin embargo, esto puede complicarse, ya que Cazalon solo pudo jugar cuatro minutos y ahora mismo se suma a los problemas físicos que afectan a Hlinason y Rabaseda. “Tryggvi es nuestro mejor jugador en estadística, Xavi nos podía haber echado una mano hoy por el tipo de partido que ha sido y Malcolm nos podía haber dado energía y fuerza… Son hándicaps, pero somos resilientes”, reiteró.
El entrenador de los hombres de negro no acabó contento por el arbitraje “y solo espero para la vuelta una actuación tan valiente como la de hoy. Aunque desde los banquillos siempre tenemos subjetividad”. Pese a todo, Ponsarnau se mostró confiado en las posibilidades de su equipo. “En la vuelta estaremos acertados o no, pero vamos a sacar todo para dar la respuesta adecuada. Hoy el ambiente ha sido impresionante, una maravilla. Sabemos que hay mucha gente ilusionada con todo esto y nosotros también tenemos mucha ilusión, pero también mucha responsabilidad”, aseguró. Eso sí, el técnico del Bilbao Basket reconoció que “nos habría gustado tener más días para preparar el partido”.