EL Bilbao Basket logró un valioso premio en la lotería en que se convirtió por culpa de un arbitraje incomprensible el partido de ida de cuartos de final de la FIBA Europe Cup. Los hombres de negro viajarán con una renta de doce puntos a lo que la semana que viene será otra lotería porque así hay que entender muchos de los partidos que se disputan en el ámbito de la FIBA. Esa diferencia pudo ser más o pudo ser menos tras un choque jugado a rachas en el que el equipo de Jaume Ponsarnau ganó tranquilidad con un gran arranque. El resultado casi calcó el del otro partido en este lado del cuadro ya que el Dijon se impuso como local al Ludwigsburg por 88-75. En la otra mitad, los dos encuentros se cerraron con empate, el Zaragoza-Cholet (83-83) y el Friburgo-PAOK (62-62).
Cualquiera habría firmado esa diferencia, ya que el Tofas Bursa es un equipo de alto nivel y con individualidades que pueden complicar la vida al Bilbao Basket si encuentran la inspiración. El despliegue táctico de los vizcainos es superior y por ahí tendrán que pasar las opciones la semana que viene en la ciudad turca. El factor cancha, como se vio ayer, es relativo ya que ahora es el Tofas Bursa el que carga con la presión de tener que dar la vuelta a la eliminatoria y, por eso, el Bilbao Basket tendrá que hacer un partido serio y, sobre todo, inteligente para repetir de nuevo en las semifinales. Ayer dio la impresión, al margen de las delirantes decisiones arbitrales, de que el equipo turco gozó de demasiados tiros libres evitables.
Ponsarnau deberá encontrar también la mejor rotación para afrontar ese choque en una competición en la que, como la pasada temporada, el Bilbao Basket cede bastante potencial por culpa de los cupos. Mientras el Tofas mantiene la misma configuración que en su liga doméstica, los hombres de negro tienen que dejar por culpa de los cupos a un par de jugadores fuera ya que hay que hacer sitio a Sylla y Bagayoko. Ayer fueron Kullamae y Gielo, pero puede ser cualquiera ya que todos promedian entre siete y diez puntos por partido y juegan una cuota de minutos que no supera los 25 de Pantzar, el más utilizado en la Liga Endesa.
La llegada de Malcolm Cazalon, que ayer tuvo una noche discreta y en trece minutos en cancha se le vio más contenido que en su estreno ante el Girona, obliga a descartar a otro jugador exterior para mantener la pareja de bases. Por otro lado, las características de Sylla, habitual descarte en liga, son distintas de las de Gielo y el equipo gana en presencia física y defensiva a cambio de perder amenaza en ataque. Eso eleva la responsabilidad de De Ridder, que el belga está asumiendo bien porque aporta energía con control. Para el sábado ante el Valencia Basket, volverán los que ayer no jugaron y tendrán que asumir un papel importante en un partido incómodo de afrontar ya que es menos importante que el del miércoles.
AJUSTES PARA EL MIÉRCOLES
El técnico tiene que rehacer el puzle cada cuatro días y contar con el compromiso de toda su plantilla para aceptar esta situación que cada vez es más común en todos los clubes. El partido de ayer sirvió para aprender también algo más del Bursa y para saber que hay que controlar mejor a Bankston en sus continuaciones y quizás llevarle a la línea de tiros libres y también ajustarse mejor en las situaciones de poste bajo en las que el Bilbao Basket cede ventaja física ante jugadores como Gecim u O’Brien.