El Surne Bilbao Basket pone un paréntesis a su inquietante situación en la Liga Endesa para afrontar un encuentro por metas más jugosas en la FIBA Europe Cup. Su inmaculada trayectoria continental, con doce victorias en otros tantos encuentros, le ha permitido tener sellado el billete para los cuartos de final cuando aún faltan dos encuentros para bajar la persiana del Grupo L y hoy (20.00 horas) se jugará buena parte de sus opciones de acabar en la primera posición, con lo que tendrá el factor cancha a su favor en la siguiente fase, rindiendo visita al potente Cholet, colíder de la liga francesa y la otra escuadra que aspira a esta misma meta.

Con Zoran Dragic fuera de la convocatoria para sumar descanso de cara al trascendental duelo del domingo ante el Hiopos Lleida y con Amar Sylla, en la fase final de su recuperación tras perderse las últimas citas por un esguince de tobillo, y Bassala Bagayoko integrando la expedición de trece jugadores desplazados, Jaume Ponsarnau reconoció ayer que su escuadra afronta la cita con la “ambición de ser primeros de grupo independientemente de que ya veremos si es mejor o peor”, pues como posibles rivales asoman desde el Grupo K el Tofas Bursa turco, el Casademont Zaragoza o el Maroussi griego. Una victoria pondría el lazo a ese objetivo y, en caso de perder, el average a defender sería muy escaso, solo de tres puntos –en el Bilbao Arena el resultado fue 85-82–, a falta de lo que acontezca en la jornada final, en la que los hombres de negro visitarán al ya eliminado Le Portel.

Ganar en La Meilleraie no será misión sencilla en absoluto. Transcurridas ya 17 jornadas de la competición doméstica gala, el conjunto que dirige Fabrice Lefrancois es ya mucho más que una agradable sorpresa pues figura como colíder junto a los tres equipos de Euroliga de su país –Asvel, París y Mónaco– con un balance de trece victorias y solo cuatro derrotas. Precisamente, el pasado domingo cayó contra el conjunto que dirige Tiago Splitter por 90-77. Cuenta con una rotación principal de diez jugadores notable en lo referente a físico y calidad, con focos de peligro en todas las posiciones –TJ Campbell, Stefan Smith, Bastien Vautier, Gerald Ayayi, Chris-Ebou Ndow, Cleveland Melvin, Jamuni McNeace, el prometedor Mohamed Diawara...– y con la capacidad para jugar al galope como principal arma a contrarrestar.

“El rival es difícil, un equipo que sigue en lo más alto en la clasificación de su liga y que en su pista juega muy bien, con mucho ritmo y exigencia física. Es un equipo con una propuesta muy agresiva y muy intensa. Dan cosas, pero para encontrarlas tienes que jugar contra su defensa física y en ataque es el equipo que más corre de todos los que nos hemos encontrado esta temporada. Hemos jugado contra el Manresa, el Valencia o el Lleida y el Cholet es incluso un equipo que corre más. Siempre intenta jugar desde la carrera y, si no actúa desde el dinamismo, contra nuestra defensa táctica de posición le cuesta. Ahí está el reto, a ver si conseguimos que nuestra propuesta se imponga en cuanto a ritmo de juego y a dinámica”, analizó Ponsarnau sobre un contrincante al que consiguieron domar con esfuerzo en el Bilbao Arena.

El entrenador catalán se refirió también a la derrota sufrida el pasado sábado en la cancha del Río Breogán en una cita que se consideraba “clave” para la tranquilidad liguera y apuntó que “tampoco creo que jugásemos tan mal en la segunda parte, lo que pasa es que ellos encontraron mucho acierto y muchos jugadores inspirados y nosotros no. Tenemos que buscar maneras de estimular esta inspiración porque la necesitamos. O si no, nos falta acierto, como consecuencia confianza y como consecuencia pasas a jugar mal. Tenemos que tener las cosas claras, intentar que se imponga nuestra manera de jugar y, si el balón no entra, seguir creyendo en nuestra propuesta”.