Apenas habrán pasado 48 horas desde que el Bilbao Basket celebró su sexta victoria de la temporada ante el Andorra cuando tenga que volver a jugar ante el Tenerife. Este calendario incomprensible y perjudicial para el baloncesto hace que los hombres de negro tengan que enfrentarse al único equipo que en esta doble jornada que abre el año no se ha movido de su ciudad. Esto supone una ventaja competitiva, aunque los jugadores de Txus Vidorreta acabaron su duelo ante el Zaragoza a las 23.30 horas del jueves. Así que el Bilbao Basket cogió ayer un avión y se medirá hoy con apenas un ligero entrenamiento ante un rival que quiere cerrar su billete a la Copa y que juega de memoria.

“Es el mejor ataque de la liga, el más eficaz, el que mejor controla el ritmo y el más rico tácticamente”, comenta Jaume Ponsarnau sobre el conjunto tinerfeño. No habrá tiempo para demasiados ajustes tácticos y por eso el técnico de Tàrrega espera que “la corriente positiva y las ideas que llevamos nos sirvan. Vamos a intentar ser nosotros y encontrar acierto y puntos”. Al menos, las tres victorias consecutivas permiten afrontar este choque, y los que quedan de la primera vuelta, con más tranquilidad y confianza que hace unas semanas.

El Bilbao Basket ha sido capaz de adaptarse con éxito a distintas propuestas en los últimos partidos y hoy tendrá que volver a hacerlo. En eso confía Tryggvi Hlinason. “Tenemos que defender bien, sobre todo sus primeros ataques. Jugador a jugador creo que nuestro equipo puede ajustarse muy bien contra el Tenerife. Tengo ganas de ver cómo va este partido. Es un rival difícil que juega muy bien, pero nosotros también podemos jugar muy bien. Vamos a luchar con todo por la cuarta victoria”, asegura el pívot islandés, que fue clave en el triunfo ante el Andorra y que tendrá que batallar hoy contra Shermadini y Guerra, que también está en la mejor temporada de su carrera para compensar una versión un poco más apagada del georgiano.

Pero el Tenerife cuenta con otros recursos de mucho nivel como el gran estado de forma de sus bases. Bruno Fitipaldo, que presenta un 42% en triples, está recordando al jugador que brilló en Burgos y Marcelinho Huertas parece indestructible ya que con 41 años está haciendo mejores números que en el Bilbao Basket con el que en la campaña 2007-08 fue incluido en el mejor quinteto de la competición. El brasileño promedia 14,8 puntos y 6 asistencias, unas cifras que firmaría cualquier jugador con quince años menos.

Scrubb, en un rol menos protagonista que el que tenía en el Obradoiro, Sastre o la dureza defensiva y el tiro que aportan Abromaitis y Doornekamp completan la guardia pretoriana de Vidorreta, que no oculta que el objetivo de su equipo es “ser cabeza de serie” y que el club está atento al mercado en busca de un jugador “que nos haga ser aún más competitivos en los próximos meses”.