Tres jugadores del Surne Bilbao Basket firmaron dobles dígitos en anotación este sábado en el Palacio de Deportes de Granada, pero fueron otros dos los que acabaron siendo claves en los cinco minutos finales para ponerle el lazo a una victoria que por momentos amenazó con poder escaparse. Los 15 puntos de Thijs De Ridder, los 14 de Melwin Pantzar y los 11 de Kristian Kullamae fueron pilares magníficos sobre los que el equipo de Jaume Ponsarnau construyó unos treinta primeros minutos de encuentro magníficos, llegando a gozar de una ventaja de hasta veinte puntos (46-66) a menos de once minutos de la última bocina, pero cuando el duelo corría el riesgo de complicarse, con los de Pablo Pin jugándose el todo por el todo y llevando el caos a la cancha con una defensa asfixiante para acercarse hasta un inquietante 62-69, fueron otros dos hombres de negro desaparecidos hasta ese momento, Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y Tryggvi Hlinason, los que dieron un paso al frente para aportar tranquilidad con sus puntos, amansar al contrincante y garantizar un éxito importantísimo, el primero a domicilio en Liga Endesa del presente curso, para los intereses de la escuadra vizcaina.
La entidad de Miribilla apostó en verano por confeccionar una plantilla con más focos de peligro y posibilidades de suministro de puntos, lo que le está reportando notables dividendos en este primer tramo de ejercicio. Mientras que otros conjuntos de similar nivel deportivo y económico que el suyo prefieren contar con dos o tres referentes claros en ataque, que absorben gran parte del presupuesto, y rodearles de un puñado de piezas de nivel considerablemente menor, el Surne Bilbao Basket opta por un mayor equilibrio, sin grandes estrellas pero tampoco grandes diferencias entre los componentes de su rotación. De hecho, en estas seis primeras jornadas de Liga Endesa nueve de los diez componentes de la rotación principal de los hombres de negro, todos excepto Xavi Rabaseda, han anotado en dobles dígitos en algún encuentro. Contra Río Breogán y Valencia Basket hubo cinco jugadores que alcanzaron o superaron los diez puntos, cuatro lo hicieron ante UCAM Murcia, Real Madrid y Dreamland Gran Canaria y tres lo consiguieron el sábado en Granada.
La vizcaina está siendo una escuadra de gran reparto anotador. Ningún jugador ha superado hasta el momento los 20 puntos en un encuentro. Abdur-Rahkman ha alcanzado esa cifra dos veces y al margen del estadounidense solo Kristian Kullamae ha metido más de 15 en alguna cita –18 contra el Real Madrid y 17 ante el Valencia–, pero Marvin Jones ha metido entre 15 y 10 puntos en cinco de los seis partidos; Thijs De Ridder y Melwin Pantzar lo han logrado en cuatro; Harald Frey en tres y Tryggvi Hlinason, Tomasz Gielo y Zoran Dragic lo han hecho en uno. El ala-pívot belga, a la chita callando, ha sido el máximo anotador de los hombres de negro en tres de los seis encuentros ligueros disputados. El reparto de protagonismo está tan bien estructurado que en la fase de grupos de la FIBA Europe Cup el papel de mejor artillero (14,3 de media) recae en un Rubén Domínguez apenas utilizado en la competición doméstica.
Esa apuesta por la coralidad volvió a ser importantísima en Granada. Hasta el amenazante 62-69 a 5:40 del final, Abdur-Rahkman llevaba un 2 de 8 en tiros de campo y una pérdida, pero cuando más quemaba el balón entendió que el partido necesitaba verticalidad y menos amasar bola y convirtió una penetración para el 62-71, dio la asistencia para que Hlinason firmara el 64-73 y volvió a irrumpir en la zona para fabricar el 64-75 a 3:33 del final que dio mucha tranquilidad. Y lo del pívot islandés fue algo descomunal, con 15 créditos de valoración en ese acto final (el resto del equipo hizo un -1). A partir del 62-69 sumó seis puntos y tres rebotes ofensivos vitales para ser junto al estadounidense el gran héroe de la victoria. l