El Surne Bilbao Basket conquistó este domingo una victoria que vale su peso en oro por la fiera a la que tuvo que domar para alcanzarla y porque el exigente calendario por el que atraviesa hace que ir engordando el casillero de victorias tenga una importancia capital. El conjunto de Jaume Ponsarnau ofreció una demostración de entereza y acabó tumbando (83-79) a un Real Madrid al que de nada sirvió exprimir a sus piezas principales porque delante se encontró un equipo corajudo que supo resistir cuando parecía que el partido se le torcía en el tercer cuarto tras llegar a ganar hasta por 15 puntos para acabar asestando sin miramientos el golpe de gracia a los de Chus Mateo en un final de alto voltaje.
Si la pasada jornada un cúmulo de errores privaron a los ‘hombres de negro’ en Murcia de una victoria que ya acariciaban, esta vez hubo mucho más aplomo y sangre fría para jugar el trascendental tramo final, con el gigante blanco siempre amenazante en el retrovisor. En esos minutos de la verdad Facundo Campazzo y un Gabriel Deck que suele ser habitual bestia negra para los bilbainos amenazaron con amargar la mañana a la efusiva grada de Miribilla (78-77 a poco más de un minuto para el último bocinazo), pero los anfitriones supieron jugar sus bazas. Dos tiros libres de Marvin Jones y otro de Kullamae después de una posesión gentileza de Thijs De Ridder por luchar por pura fe un rebote ofensivo abrieron las puertas de cielo, que se terminaron de cruzar con otros dos tiros libres del belga, frío como el hielo, a un par de segundos del final.
Así pusieron los anfitriones la guinda a una matinal perfecta, a un trabajo coral intachable ante un adversario que no escatimó esfuerzos para intentar asaltar Miribilla. Sin embargo, se encontró a un conjunto local perfectamente armado, autor de una defensa magnífica salvo en el tramo final del tercer acto, capaz de desarticular a ese factor desestabilizador que suele ser Walter Tavares y con recursos en ataque, donde brillaron Kristian Kullamae, autor de 18 puntos, Marvin Jones, notable en un choque que no era sencillo para él, Zoran Dragic, dañino con los tiros libres, y un De Ridder que, como los grandes, dio lo mejor de sí mismo cuando la contienda estaba en ebullición.
Seriedad
El conjunto blanco exigió muchísimo a los anfitriones desde el salto inicial. Sin reservas. Con Tavares cerrando el espacio aéreo en las cercanías de su aro, los de Ponsarnau viajaron a rebufo de su rival en los primeros compases de la contienda, moviendo sus guarismos ofensivos a base de tiro exterior (8-10). Pero con la entrada en escena de las segundas unidades el dibujo de la contienda cambió considerablemente. Los de Ponsarnau supieron encontrar a Tryggv Hlinason, superior a Serge Ibaka cerca del aro y, sobre todo, contaron con un notable trabajo de retaguardia y un colosal Kullamae, quien con dos triples le dio la vuelta al luminoso, construyendo incluso una ventaja de seis puntos que se quedó en un 22-18 al término de los primeros diez minutos.

Una canasta de Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y un triple de Tomasz Gielo llevaron a Mateo a parar el partido a 7:47 del descanso, pues el 27-18 eran magnífico para el Surne Bilbao Basket. La renta local llegó poco después, tras una técnica señala a Sergio Llull a los diez puntos. El Real Madrid intentó revolverse activando a Mario Hezonja desde situaciones de triple, pero el conjunto vizcaino le respondió con la misma moneda de la mano de Harald Frey y Gielo. El banquillo blanco activó a Campazzo y Tavares para tratar de recomponerse, pero los de Ponsarnau se mantuvieron compactos, tremendamente serios en labores defensivas y aprovechando los tiros libres para sumar en ataque, aunque alguno se quedó por el camino.
Con los tres anotados por Dragic a falta de tres segundos, al ecuador de la contienda se llegó con un excelente 46-34. A esas alturas del partido era tremendamente llamativo ver al Real Madrid con un 2 de 12 en tiros de dos puntos. También el 7 de 10 en triples de los ‘hombres de negro’.
Altos y bajos
En la reanudación, un triple de Pantzar ensanchó la brecha hasta el 51-36, pero el Real Madrid encontró interesantes recursos nuevos en Deck y Alberto Abalde. El Surne Bilbao Basket, con los blancos más intensos atrás, empezó a sufrir en ataque, con Kullamae como única vía de anotación. Pero lo peor fue que el Real Madrid pudo aprovechar los fallos del rival para activar el modo galope, coger descolocada una y otra vez a la defensa bilbaina y sumar canastas comodísimas con Deck, autor de diez puntos seguidos para los suyos, como principal factor desestabilizador. Del 56-41 al 60-59 que señalaba el marcador a falta de diez minutos para el final la contienda había cambiado drásticamente en solo seis minutos y medio.
Dos canastas seguidas de De Ridder dieron mucho aire a los locales, de nuevo más enérgicos atrás. Con reparto de triples entre Hezonja y Dragic, el choque llegó con un 67-62 a sus últimos seis minutos, con los de Mateo apostando claramente por explotar la baza de Deck al poste. Pero con Hlinason haciéndose enorme en la zona, los ‘hombres de negro’ supieron defenderse, encontrando además a Frey y Abdur-Rahkman en ataque para obligar al banquillo blanco a para el partido con 72-64 a falta de 4:10. Pero no hubo final tranquilo Los blancos explotaron la exprimieron la energía de su pareja argentina para tratar de hacer tambalearse a los anfitriones (78-77), pero el Surne Bilbao Basket es otra cosa al calor de Miribilla, como demostró con un final sobresaliente para atar un triunfo muy pero que muy valioso.
