Tras la disputa de la 19ª jornada de la Liga Endesa, resuelta para los intereses del Surne Bilbao Basket con una derrota tan clara como previsible en la cancha del Real Madrid pues la actual estructura de los hombres de negro carece de la consistencia suficiente como para poder aspirar a campanadas de tiempos pretéritos, el ecosistema de la lucha por el descenso ha quedado todavía más apretado. De las escuadras involucradas, solo el Río Breogán, que jugaba contra un rival directo como el Bàsquet Girona, fue capaz de sacar adelante su compromiso, permaneciendo en el penúltimo puesto pero igualado ya con seis triunfos con Coviran Granada y Monbus Obradoiro, con solo una menos que el Girona, el conjunto vizcaino y el Morabanc Andorra y a dos del Casademont Zaragoza, con el Zunder Palencia último con solo tres éxitos.

Visitar a un Real Madrid con las orejas tiesas tras haber perdido sus dos anteriores compromisos no es el mejor patrón para medir el estado actual de la tropa de Jaume Ponsarnau, que flojeó en defensa, su principal virtud, ofreció brotes verdes en ataque, su mayor parcela de mejora, de la mano de un notable Tryggvi Hlinason, y asistió al bautismo de guerra de Keith Hornsby, al que le hacen falta más entrenamientos grupales para ganar en aclimatación y aportar todo lo que de él se requiere pero que ya dejó entrever que puede ser útil para tapar algunas de las carencias que presenta el colectivo. Con su colchón sobre la zona de descenso rebajado ya a un solo triunfo, la escuadra vizcaina se encuentra en un importante estado de necesidad de victorias y tiene ahora ante sí estas tres próximas semanas un importantísimo esprint de encuentros antes de que a mediados de febrero llegue el parón competitivo como consecuencia de la disputa de la Copa y de las ventanas FIBA.

Antes de que llegue ese periodo de barbecho que en su caso se extenderá desde el 11 de febrero hasta el 2 de marzo, los hombres de negro tendrán que dejar resuelto un acceso a los cuartos de final de la FIBA Europe Cup que está ya muy bien encarrilado –líder del Grupo K con un balance de 3-0, visitan mañana miércoles al Gottingen y los siguientes miércoles recibirán al Oporto y al Balkan Botevgrad– y, sobre todo, afrontar tres importantísimos compromisos de la competición doméstica con el claro y necesario objetivo de añadir tierra de por medio con respecto a las dos últimas posiciones con la necesidad de hacer valer el factor Miribilla pues dos de las contiendas serán delante de su afición.

Este sábado (18.00 horas) recibirá la visita de un Casademont Zaragoza que figura como el más aventajado de los equipos que viven mirando hacia la zona baja de la tabla con su balance de 8-11. Tras cosechar cuatro victorias consecutivas, el equipo que dirige Porfi Fisac ha perdido tres de sus últimos cuatro encuentros, habiendo sumado únicamente dos éxitos lejos de su pabellón, concretamente en las visitas al Zunder Palencia y al Lenovo Tenerife dentro de la mencionada racha triunfal. Cabe recordar que fue precisamente en el duelo de la primera vuelta contra el conjunto aragonés, octava jornada, cuando se produjo el primer petardazo negativo de los hombres de negro, perdiendo por 77-63 una contienda que dominaban por 31-48 a 16 minutos del final.

Acto seguido tocará rendir visita a un UCAM Murcia cuya notable primera vuelta le ha permitido clasificarse para la disputa de la Copa. El conjunto de Sito Alonso cayó en Miribilla en la cuarta jornada (77-68), pero en su cancha se ha mostrado muy solvente, pues solo ha perdido contra el Valencia Basket y el Unicaja y recientemente ha sido capaz de hacer hincar la rodilla al líder Real Madrid. El equipo vizcaino llegará al parón tras enfrentarse en casa al Valencia Basket de Álex Mumbrú. Fue precisamente en la visita al equipo taronja cuando los de Ponsarnau rompieron su racha de seis derrotas consecutivas (79-85) ante un rival que curiosamente se ha mostrado más timorato en su propia cancha que en sus desplazamientos, habiendo perdido solo en sus visitas a Joventut, Baskonia y Real Madrid. Del balance en estas tres citas dependerá el grado de tranquilidad o zozobra durante el parón.