¿Qué sensación le deja el balance de 4-1?

—Sabíamos que teníamos el potencial para hacerlo, pero se tenía que hacer. Ahora podemos decir que es un buen balance hasta el día de hoy, pero queremos seguir así. Lo importante es continuar en esta línea, intentar ser lo más sólidos posible y que esto nos lleve a seguir luchando por estar lo más arriba posible.

Han demostrado ser un equipo con muchos registros, capaz de ganar de diferentes maneras.

—Dos victorias han sido ajustadas y podían haber caído del otro lado, pero hay que saber ganar también de esa forma. Eso refuerza al grupo, pero no hay que olvidar que tenemos muchas cosas que mejorar. Antes de empezar sabíamos que teníamos distintos registros y formas de jugar. Teníamos que encontrar la tecla y hasta ahora hemos sabido sacar beneficio de ello y hemos obtenido las cuatro victorias.

¿En qué puede mejorar el equipo?

—El último día, por ejemplo, si no hubiese sido por la inspiración de Adam Smith y Kristian Kullamae, seguramente habríamos perdido sin opciones. Vivimos de su acierto en muchos momentos y en ese aspecto debemos encontrar la forma de jugar más como equipo, de ir a la línea de tiros libres, saber parar más el juego del otro equipo, que creo que dominó mucha parte del partido. No supimos estar bien en defensa, sólidos. Cuando conseguíamos alguna defensa, perdíamos el rebote. Estos aspectos que esta vez no hubo que lamentar porque ganamos puede que en algún otro sí. Por estos detalles puedes dejarte un triunfo valioso en una hipotética lucha por la Copa, el play-off o lo que sea. Tomar nota es vital y aprender de cara al futuro, también. Si lo haces ganando, pues mucho mejor.

¿En qué ha cambiado más el equipo con respecto al pasado ejercicio?

—Te puedo hablar de los jugadores que hemos cambiado porque en lo que ha variado el equipo han influido muchas cosas. Renfroe es un jugador diferente a Hakanson o a Radicevic, un tío muy activo, con muchos intangibles. A lo mejor anota menos que Ludde o puede dirigir menos o igual que Niko, pero nos da muchas otras cosas que ellos no podían dar. Kristian explotó el último partido, pero ya venía demostrando que ha dado un paso adelante en su juego desde que coincidí con él en Burgos. Además, Jaume (Ponsarnau) le da mucha libertad en la toma de decisiones, en poder equivocarse, anotar, asistir... Eso a un jugador le da la vida. Otro jugador que me impactó cuando empezamos fue Sacha Killeya-Jones. Está demostrando sus capacidades y puede ser un jugador determinante para nosotros. Si a eso le sumamos que el triple está bien, Reyes está bien, yo estoy sólido, cuando De Ridder entra aporta un montón de energía, Andersson y Tsalmpouris desde el triple...

Más armas y más variadas.

—Tenemos un equipo muy compacto, con muchas opciones y variantes. No dependemos solo de Smith. El primer día ante Andorra hizo 15 puntos, pero hasta que faltaban cinco minutos llevaba solo seis y ya ganábamos de 20. El curso pasado era difícil que eso pasara. Este año tenemos muchos otros recursos y no dependemos exclusivamente de nuestro anotador.

Killeya-Jones parece ser uno de esos jugadores que pueden dar un gran salto a un equipo como este.

—Es una apuesta. Hay veces que salen bien y otras que no tanto. Hay que ir amoldándolo porque es la primera vez que está en una liga tan competitiva como la ACB, donde se ha dado cuenta de que todos los partidos son difíciles. Porque venga el colista no va a ser más fácil que porque venga el Real Madrid. También ha visto cómo el Barça ha perdido un partido, que nadie es invencible. Esto en otras ligas no pasa. Él ha estado en Israel, una liga que no funciona así, pero es un jugador diferencial. Cuando llegó ya dije que podía marcarnos dónde podíamos estar como equipo. Juega bien con las dos manos, por encima del aro, intimida, aporta mucha energía... Si encontramos la manera de jugar con él y él se encuentra cómodo, nos puede ayudar muchísimo.

El calendario de la ACB se complica y llega Europa. ¿Cuánto aumenta el valor del 4-1 del equipo?

—Es mejor llegar 4-1 que 1-4, pero hay que seguir. Sería un gran error pensar que como vamos 4-1 no pasa nada si perdemos los tres próximos partidos. Creo que pasó el año pasado. Empezamos 3-0 y luego fuimos a Granada y a Lugo dejando pasar oportunidades que se podían haber intentado aprovechar por el hecho de ir con un buen colchón para ser el Bilbao Basket. No tenemos que afrontar esta fase más dura del calendario así, debemos tener la ambición de que vamos 4-1, vamos empatados con el Barça, vamos al Palau… Vamos a intentar ganar, no ir a que no nos metan una paliza. Ellos aún están en un momento precoz del curso, encontrando sus roles. Creo que es un buen momento para intentar conseguir una victoria.

Arranca la FIBA Europe Cup, una competición desconocida en Bilbao.

—Hay equipos interesantes. En los primeros años de la BCL te encontrabas equipos desconocidos de ligas menos llamativas, pero al final demostraban que eran competitivos. Creo que en la FIBA Europe Cup va a pasar lo mismo. Para nosotros muchos equipos van a ser desconocidos, pero vamos a descubrir que hay un mundo fuera de la ACB, la Euroliga o la Eurocup. No nos lo van a poner fácil y empezamos en casa del actual campeón. Creo que es una buena piedra de toque.

¿Cuál puede ser el sitio del Surne Bilbao Basket en esta competición?

—Me gustaría llegar lejos, por supuesto, pero hay que ir paso a paso. El equipo demostrará dónde quiere estar. Todo el mundo juega para ganar y nadie te pone las cosas fáciles porque seas un rival de una liga mayor, al contrario. Todos estos equipos querrán demostrar contra nosotros que son capaces de ganarnos. Ese debe ser el punto de partida del equipo, demostrar que somos mejores todos los días, no solo los días que tenemos tachados en el calendario con una equis.

¿Es difícil compaginar una competición con el objetivo de sobrevivir, como la ACB, con otra en la que se puede sentir favorito o aspirante?

—Si lo afrontas de la manera que lo has dicho tú sí, porque no es lo mismo jugar para ganar o para sobrevivir. Pero nos podemos plantear ir a Europa igual que a la ACB, ese es el camino para afrontar todos los duelos con máxima ambición y la mejor actitud, respetando al rival. En otros equipos me ha pasado lo de no conocer al rival y llevarte algún escarmiento. La mejor forma de afrontar esta competición es desde la humildad y queriendo demostrar que somos mejores en cada partido, no pensar que lo somos antes de empezar.

En Europa se juega y se arbitra diferente. ¿Se adapta mejor este equipo que el del año pasado?

—Puede que este año tengamos más equipo, pero se tiene que demostrar. Y hay que hacerlo todos los días porque, después de lo ya logrado con este 4-1, un mal partido por dejadez te puede quitar mucho más de lo conseguido. Lo que es muy difícil de construir, la confianza y buen ambiente de trabajo que tenemos ahora, se destruye fácil con un desliz. Tras caer ante Baskonia, aunque parezca tontería, en los dos primeros entrenamientos costó mucho encontrar el grupo que teníamos dos días antes. Es importante intentar seguir en esta línea y no creernos lo que no somos.

¿Contento con su rendimiento?

—Ejerzo de pegamento. Estoy en un punto de mi carrera en el que miro menos para mí. Me gusta ayudar al equipo en todo lo que puedo, dentro y fuera de la pista, para que todo funcione. A lo mejor no se ve en las estadísticas, pero sé que se me valora dentro por ello. Por eso en verano renovamos un año más el contrato. Estoy feliz aquí, mi familia también y estoy muy a gusto en el grupo. El ego personal siempre intenta tirar un poco, me gustaría jugar mejor y meter más puntos, pero he llegado a un punto que sé administrar eso. Si el equipo va 4-1, algo bueno estamos haciendo todos y eso me reconforta.

Reyes comentó la semana pasada que el Bilbao Basket debe pensar en grande y Ponsarnau contestó que es preferible ir partido a partido. ¿Con qué línea de pensamiento se alinea?

—Cuando te marcas retos grandes, al final te acercas a ellos. Pero es cierto que hay que ir partido a partido, saber dónde estamos, quiénes somos, y que si la Copa es tan difícil de lograr por algo será. Está bien empezar 4-1, pero el año pasado arrancamos parecido y nos quedamos a las puertas. Intentaremos mejorarlo, pero poco a poco. El equipo está en buena línea, hay que intentar mantenerla y si somos sólidos tendremos más opciones de estar cerca de los objetivos importantes. Pero el principal, como dice Jaume, es ser uno de los mejores 16 equipos de la ACB y en eso estamos.