Puesta en escena del Bilbao Basket con registros ilusionantes

Sobreactuar e incluso sacar conclusiones muy profundas por lo acontecido en un solo encuentro, más aún en el que sirve para arrancar un nuevo ejercicio, puede ser precipitado, más aún cuando en el horizonte más cercano aparece un calendario de notable exigencia, pero los hombres de negro tienen como primera premisa en su camino hacia su conocido objetivo de ser uno de los mejores 16 equipos de la competición hacerse fuertes en casa y el primer ladrillo de la construcción de esa fortaleza lo colocaron con contundencia y autoridad. Además, ofrecieron un esbozo del tipo de equipo que quieren ser y lo que se vio sobre la cancha desprendió sensaciones placenteras porque el colectivo parece haber ganado en potencial físico, profundidad y equilibrio entre las unidades, acierto a la hora de correr y capacidad individual para generar juego.

En la jornada inaugural de la ACB más anotadora en 37 años (87,1 puntos de media por equipo) y la séptima en términos globales del presente siglo, el conjunto vizcaino no desentonó en absoluto en esa dinámica de marcadores elevados colocando 95 en su casillero, cifra que en todo el pasado ejercicio solo alcanzó en dos ocasiones (109 ante el Fuenlabrada y 99 contra el UCAM Murcia, en ambas ocasiones en casa).

Si uno de los deseos de Ponsarnau de cara al presente curso era correr más y sobre todo mejor, también hubo brotes verdes en ese aspecto. Los 14 puntos sumados al contraataque suponen un registro más que apreciable y al colectivo se le vio deseo de activar el modo galope a la mínima oportunidad, con todos sus exteriores con piernas y manejo de balón suficientes para hacerlo y con aleros e interiores con capacidad para acompañarles en labores de finalización. En muchas fases del encuentro contra el conjunto del Principado el cuadro bilbaino exprimió su verticalidad como arma dañina. En ese sentido, fue el quinto equipo de la jornada inaugural en posesiones por cuarenta minutos (79,5), lo que no estuvo reñido en absoluto con su eficacia ofensiva (puntos anotados a cien posesiones): también quinto con 119,5. Su trabajo en retaguardia fue incluso mejor. Su despegue en el marcador llegó en un arranque de tercer cuarto en el que mantuvo al Andorra casi siete minutos y medio sin anotar, momento que aprovechó para fabricar un parcial de 12-0 y dispararse hasta un 58-40 sin vuelta atrás para acabar el duelo con la segunda mejor eficiencia defensiva de toda la jornada inaugural: 90,7 puntos a cien posesiones.

Como aspecto anecdótico que sin embargo refrenda la magnífica puesta en escena competitiva de los de Ponsarnau en ambos aros, el Surne Bilbao Basket se quedó al borde de batir sus mejores registros históricos en la ACB en dos epígrafes estadísticos de notable importancia. Sus 23 asistencias se quedaron muy cerca de las 25 que figuran como su tope (contra el Barcelona en la campaña 2016-17) y sus 18 robos de balón rozaron los 19 cosechados ante Estudiantes en la 2009-10 y frente al Valencia Basket en la 2012-13.