La cifra sigue creciendo y ya son nueve derrotas consecutivas del Surne Bilbao Basket fuera de casa en la Liga Endesa, una racha que llama la atención en la forma, pero resulta quizás injusta en el fondo. Porque la mayoría de esos partidos han sido contra rivales muy fuertes en su cancha, en concreto contra seis de los ocho primeros desde la victoria en Manresa de mediados de diciembre. Y los más recientes han coincidido también con la pérdida de potencial de la plantilla que dirige Jaume Ponsarnau por culpa de las lesiones y que deja demasiadas debilidades al descubierto en choques donde se necesita acercarse a la perfección para sumar.

Salvo en la infausta tarde de Fuenlabrada, donde los hombres de negro sucumbieron a la obligación de ganar, el equipo trata de competir todo lo que puede, pero no le alcanza para derribar a equipos como el Valencia Basket que tienen muchos más recursos, ahora y desde el principio de temporada. La derrota de ayer aleja ya definitivamente las opciones de disputar el play-off y ahora queda apelar a Miribilla, donde el Bilbao Basket disputará cuatro de los seis partidos que le quedan, para tratar de cumplir el objetivo de lograr una plaza europea. Dos de ellos serán esta semana, el miércoles contra el Tenerife y el sábado ante el Manresa, y serán dos citas que marcarán esas aspiraciones.

En cualquier circunstancia y con un calendario tan exigente habría sido complicado sumar como visitantes, pero choques como el de ayer son el ejemplo de aquel dicho de la manta corta, pese al paso adelante que han dado algunos jugadores en la asunción de responsabilidades. Cuando el Bilbao Basket quiso protegerse en la zona, recibió muchos triples abiertos de los jugadores del equipo taronja, que metieron con mejor porcentaje que en partidos recientes. Además, el Valencia cuenta con jugadores especialistas en el uno contra uno, capaces de sacarse tiros indefendibles con los que pudo alimentar su marcador en los momentos en que la defensa vizcaina estaba mejor armada. El Bilbao Basket solo tiene un jugador de ese perfil, Adam Smith, sometido ayer a estrecha vigilancia una día más y tiene que producir puntos por el juego colectivo, pero se encuentra ahora mismo con quintetos descompensados que le impiden mantener un ritmo anotador sostenido.

Jaume Ponsarnau fue recibido con mucho cariño en la Fonteta, donde no había vuelto desde su salida. Foto: Efe

Cuando logró frenar estas situaciones con cambios defensivos, el Bilbao Basket sufrió dentro de la zona, donde ahora mismo es un equipo endeble por carencia de kilos o centímetros, o las dos cosas. Este fue un factor determinante en la segunda mitad ya que el equipo de Álex Mumbrú logró compensar la brutal caída de sus porcentajes desde la larga distancia. Georgios Tsalmpouris hizo su mejor partido con la camiseta bilbaina, estuvo activo y acertado, pero sufrió en el cuerpo a cuerpo. En general, al Bilbao Basket le faltó contundencia en varias acciones, o picardía como dijo su técnico, un rasgo que ya le acompaña desde hace unas cuantas jornadas, al menos cuando juega lejos de Miribilla. Ni siquiera algunas decisiones arbitrales interpretables cayeron de su lado, algo con lo que también hay que contar cuando se juega fuera de casa.

El acierto en el tiro exterior mantuvo con opciones al Bilbao Basket, pero regresar de una desventaja por encima de los diez puntos obliga a que muchas cuestiones se junten para bien y la más complicada de todas en esta Liga Endesa es que el equipo que actúa como local se venga abajo. Es imposible intuir qué habría pasado de tener Ponsarnau todas sus piezas en condiciones, pero jugar sin Hakanson y Withey tiene que acusarse a la fuerza en esta fase de la temporada. El Bilbao Basket hace lo que puede con lo que tiene.

“Estoy contento por el esfuerzo”

Cariñoso recibimiento. Jaume Ponsarnau no había vuelto a Valencia desde que se fue hace dos años y fue recibido con mucho cariño, algo que aseguró que no va a olvidar. En su resumen del partido, dijo que “sabíamos que teníamos un hándicap en el juego interior y que ellos iban a atacarnos ahí. Hemos arriesgado y el Valencia lo ha aprovechado con acierto. En ataque, estábamos jugando bien y hemos encontrado inspiración para mantenernos en el partido. Al final, nos ha faltado experiencia, algunos detalles de comunicación, defender mejor en el poste bajo y algunas decisiones arbitrales en el último cuarto, pero estoy contento del trabajo que hemos hecho en cuanto a esfuerzo porque lo hemos dado todo”.