Nikola Radicevic conoció el pasado domingo la “increíble sensación” de anotar para dar la victoria a su equipo uno de esos tiros que normalmente no les toca tomar a jugadores de su perfil, más enfocados a la dirección y menos a la anotación. “En mi carrera no había tenido la oportunidad de meter una canasta así. Te pones muy contento de poder vivir con tu afición un instante de este tipo”, explicó el base serbio sobre la acción que, tras un final de partido frenético, sirvió para derrotar al Barcelona en Miribilla y cuya ejecución estaba prevista de otra manera. “Queríamos jugar un mano a mano con Adam (Smith) para que tirara él, pero el baloncesto es un deporte vivo y hubo que cambiar. Yo me sentí con confianza y ritmo, había metido otro triple poco antes y al final salió todo bien y estamos aquí hablando de un gran partido y un gran tiro”, añadió.

Esa jugada decisiva llegó tras un partido en el que el propio jugador admitió que “no había estado muy bien y había fallado muchos tiros fáciles” y en una temporada “rara, con muchas lesiones desde el principio, en la que ha estado un mes mal, dos bien, luego mal… Como base, necesito encontrar mi ritmo, pero desde enero estoy bien y el entrenador y mis compañeros tienen confianza en mí y me siento cómodo con mi rol. Espero terminar la temporada a un alto nivel”.

El triunfo ante los azulgranas, por lo inesperado, supuso un impulso para el Bilbao Basket de cara al final de la temporada y demostró que “como equipo nunca hemos perdido la fe y la confianza, pese a que tenemos muchos jugadores fuera. Para nosotros significa mucho ganar a uno de los mejores equipos de Europa y nos enseña que si jugamos al 100% y motivados, podemos competir contra cualquiera”. Eso sí, Radicevic advirtió de que “no hemos ganado nada” justo ahora que los hombres de negro se miden a la otra cara de la moneda de la Liga Endesa que es el colista Fuenlabrada, que lleva 19 derrotas seguidas y ve el descenso muy cerca. “Será difícil. Se trata de un pabellón pequeño y ellos querrán ganar después de mucho tiempo. Da igual en qué momento estén, son profesionales y tienen orgullo. Si no vamos al 100%, esta victoria ante el Barcelona no servirá para nada”.

Radicevic no quiso poner objetivos a largo plazo porque “hasta ahora nos ha ido bien pensando solo partido a partido y hemos conseguido el primer objetivo que teníamos. Tenemos que jugar siempre con la misma motivación y energía, eso va a ser clave para acabar bien esta temporada”. El serbio ha encontrado la confianza en su juego justo cuando Hakanson ha caído lesionado, pero puntualizó que “Ludde es un jugador muy importante para nosotros y ahora que está de vuelta estoy seguro de que vamos a poder encontrar nuestro espacio”. La temporada ha demostrado, según el serbio, que en el Bilbao Basket “todos somos muy profesionales y hemos trabajado cada día para estar preparados para cuando nos toque jugar. Agustín (Ubal) es el ejemplo de eso. Somos un equipo de verdad, no solo dos o tres jugadores”.