EL Bilbao Basket evitó entrar en otra racha de derrotas y con su victoria en Manresa presenta, ahora sí, su candidatura a la Copa con todas las de la ley, para sorpresa de los extraños y, probablemente, también de los propios. La cita en el Nou Congost no era sencilla, por más que el equipo local sea el colista y no se parezca en nada al que maravilló la temporada pasada. Pues bien, los hombres de negro jugaron un partido muy serio en el que no estuvieron nunca por detrás en el marcador y solo concedieron a los catalanes un empate a nueve. El rendimiento de los jugadores de Jaume Ponsarnau tuvo mayor mérito después de haber jugado un partido el miércoles en Estambul, con sus correspondientes largos viajes.

En el Manresa ha habido muchos cambios de jugadores, alguno incluso esta misma semana, por lo que en un baloncesto tan controlado como el de la ACB ese podía ser un factor a tener en cuenta. Pero un día más el Bilbao Basket construyó su triunfo desde la defensa. Los focos a controlar estaban claros, Harding y Waczynski, y sobre todo había que evitar caer en el ritmo del equipo de Pedro Martínez. Gran parte del éxito de ayer tuvo que ver con el hecho de que el balance defensivo de los bilbainos, al contrario que en otras salidas, funcionó y solo permitió cuatro puntos al contraataque al Manresa.

Cortando la habitual producción de puntos de su rival, el Bilbao Basket logró imponer su defensa a medio campo, muy trabajada, que le permitió recuperar ocho y llevar a los del Bagès a un ritmo en el que no están cómodos. Al final, los dos equipos lanzaron los mismos tiros a canasta y así pudieron anotar con cierta fluidez los hombres de negro, muy superiores cerca de la canasta. La intención de ser agresivo en defensa del Manresa la contestó el conjunto vizcaino con verticalidad para sumar 46 puntos en la zona. El partido solo tomó un cariz peligroso en algún tramo del tercer cuarto y en el inicio del último cuando las pérdidas de balón y una racha de aciertos de los locales estrecharon el marcador a cuatro puntos.

LA PUNTILLA DE SMITH

En ese momento, en el ataque del Bilbao Basket sobraban botes y faltaban pases y tras un tiempo muerto de Ponsarnau el balón quedó en manos de Smith que, con dos penetraciones y sendas asistencias de Withey y Sulejmanovic, rompió la propuesta del Manresa, que ya se quedó sin margen, ni siquiera para jugar a la desesperada porque enfrente habían encontrado de nuevo las riendas del juego al recuperar la solidez defensiva y en el rebote.

Total, que el Bilbao Basket respondió de la mejor manera a la victoria en Sevilla del Breogán y, con su séptima victoria en doce jornadas, mete presión a todos sus perseguidores en el objetivo de alcanzar la octava plaza al final de la primera vuelta y lo que es más importante, abre un hueco de cinco partidos con los puestos de que ocupan su rival de ayer y el Betis, a los que ya ha ganado. Ahora, antes de que acabe el año, quedan dos partidos en casa que deben ser una fiesta navideña en Miribilla: el miércoles ante el Nymburk con la clasificación europea asegurada y la semana siguiente ante el Real Madrid, un choque que se afrontará con un grandísimo colchón de tranquilidad.