Campanada del Surne Bilbao Basket para estrenar por todo lo alto el nuevo curso competitivo de la Liga Endesa. Los de Jaume Ponsarnau conquistaron con enorme mérito el Olimpic de Badalona en un encuentro de enorme mérito en el que los hombres de negro supieron mantener firme su rumbo en los momentos de marejada, cuando se vieron con desventajas de dobles dígitos en el luminoso, para dibujar un final de partido apretado en el que ejecutaron al Joventut con la precisión de un cirujano y la sed de sangre del más mortífero de los depredadores. Con los triples de Francis Alonso siendo vitales en el tercer acto para mantener la verticalidad, ninguno de los dos contendientes gozó de ventajas superiores a los tres puntos en el cuarto final hasta que los visitantes firmaron la brillante sentencia final. Con el 75-72 a minuto y medio del final, Albert Ventura falló dos tiros libres y el cuadro vizcaino respondió con un par de acciones individuales de brillante factura: un dos más uno del propio Alonso y un canastón de Adam Smith, el otro gran puntal ofensivo bilbaino. Con Ludde Hakanson ganando en acierto a Andrés Feliz en la línea de tiros libres, un 76-79 en el luminoso y 16 segundos por jugarse, el conjunto vizcaino debía minar la distancia triple para evitar la prórroga. Carles Duran puso el balón en manos de su principal francotirador, Kyle Guy, pero de ellas la hizo desaparecer Xavi Rabaseda en una magnífica acción defensiva para que la posesión regresara a manos bilbainas y el base sueco pusiera candado a la contienda desde la franja de castigo.

Así las cosas, el Surne Bilbao Basket sumó una valiosísima victoria -todas las que se consigan llevarán esa etiqueta-, meritoria a más no poder si se tienen en cuenta los numerosos problemas físicos en pretemporada, que han hecho imposible contar aún con un andamiaje sólido y unos engranajes de funcionamiento engrasados. El conjunto vizcaino se comportó en Badalona como un equipo trabajador y esforzado más allá de sus fases de acierto o desacierto. Saber mantenerse a flote cuando el viento soplaba en contra, los triples se resistían a entrar y Ante Tomic amenazaba con adueñarse del partido con su dominio interior fue la clave para que los Alonso, Smith y Hakanson solventaran la papeleta en ataque, con Rabaseda, Jeff Withey y Denzel Andersson brillando también en labores de intendencia para insuflar al éxito un aspecto coral tan interesante como positivo y esperanzador.

Mucho ritmo, pocos triples La sesión nocturna del Palau arrancó con ritmo vivo y sin que ninguno de los dos equipos acabaran de imponer su libreto en los compases iniciales. Los anfitriones quisieron aprovechar la calidad de Tomic en las distancias cortas, pero fueron las penetraciones de Rabaseda, muy incisivo, las que permitieron que fueran los de Ponsarnau los que lograran abrir una pequeña brecha en el luminoso (15-20). Sin embargo, a los anfitriones no les tembló el pulso. Encontrando refugio en la línea de tres puntos, sobre todo de la mano de Guy, el Joventut no solo abortó cualquier intento de escapada, sino que equilibró el marcador a la conclusión de los diez primeros minutos (21-21). La contienda mantuvo el intercambio de canastas como principal línea argumental hasta que en el ecuador del segundo acto el panorama cambió a favor de los de Duran. Andersson se quedó corto de físico a la hora de finalizar un par de acciones cerca del aro rival, el Joventut contestó con un 8-0 con Tomic como principal arma y Ponsarnau optó por parar el partido con 36-29 a cinco minutos del descanso. Un triple de Ventura colocó la primera desventaja de dos dígitos para los bilbainos (41-31), Sulejmanovic mantuvo a los suyos en partido, pero para desgracia de los hombres de negro Tomic y Joel Parra comenzaron a llevar el partido a su terreno, con los visitantes sufriendo para sumar puntos más allá de las acciones individuales de Smith. El estadounidense fue actor principal para pasar de un peligroso 47-36 a un esperanzador 47-42, por lo que el Bilbao Basket llegó vivo al ecuador de la contienda. El 6 de 13 en triples de los locales chocaba con el 1 de 6 de los visitantes y marcaba un claro aspecto a mejorar por los de Ponsarnau porque, además, Tomic imponía ya su ley en la zona con 12 puntos, los mismos que acumulaba a esas alturas de contienda Adam Smith.

Explosión de Alonso

En la reanudación, la producción ofensiva de ambos equipos descendió bastantes enteros, algo que sirvió al equipo vizcaino, batallador pero desatinado, para no perder la estela de su rival. Andersson trabajó bien atrás y la explosión triplista de Francis Alonso, con tres dianas para acabar con la larga sequía bilbaina desde la línea de 6,75, cambió el dibujo del partido, permitiendo al Bilbao Basket no solo no perder la cara al choque, sino también retomar el control del luminoso con el 60-61 a 27 segundos del final del tercer cuarto. Guy, en su papel de francotirador, respondió con la misma moneda para que los de Duran llegaran en ventaja a los diez minutos finales.

Otro triple de Alonso y una canasta de Sulejmanovic permitieron a los visitantes verse con un 63-66 a su favor con el partido ganando temperatura competitiva, pero el arsenal ofensivo del Joventut no permitió el demarraje. Con el toma y daca como gran protagonista, la contienda llegó igualada a 72 puntos a sus tres minutos y medio finales. Los locales amenazaron con coger vuelo desde la línea de tiros libres, pero Ventura se dejó dos por el camino, Feliz otro y los hombres de negro olisquearon sangre para que Adam Smith, Francis Alonso y Ludde Hakanson se vistieran de ejecutores y pusieran la guinda a la campanada.