Este Surne Bilbao Basket es como los estudiantes aplicados. Trabajador, esforzado, honesto cuando se pone en faena e inconformista. Muy inconformista. Quiere ir a por nota. No le vale con el simple aprobado, calificación que ya dejó atrás hace semanas firmando la permanencia. Tampoco se conforma con el notable, algo que ya merecería de sobra con su actual posición desahogada en la zona media de la tabla. Para nada. Sabe que el sobresaliente es aún posible y está decidido a hincar codos y quemarse las pestañas para tratar de conseguirlo. Este miércoles ha dado un nuevo paso hacia esa soñada octava plaza de la que ya solo le separa un triunfo (con un partido más) volviendo a hacer valer ante el Lenovo Tenerife ese factor diferencial llamado Miribilla al que en esta ocasión se ha sumado otro elemento absolutamente desequilibrante: el titánico Ángel Delgado.

En un duelo intenso y de elevadísima temperatura, con constantes intercambios de golpes entre ambos bandos, la figura del pívot dominicano ha sido absolutamente diferencial. Imparable. Un torrente de actividad, pelea e instinto asesino. Una tortura para los interiores rivales, una bendición para sus compañeros. Delgado, imperial sobre todo en el arranque del tercer cuarto pero también en los compases finales, acabó la contienda con una hoja estadística histórica en la escuadra vizcaina: 27 puntos, 11 rebotes (cinco de ellos ofensivos), dos asistencias, otros tantos tapones y una valoración de 44 créditos que es récord para un hombre de negro. Sus compañeros se subieron a sus hombros para doblegar la resistencia de un Tenerife al que esta vez no le valió la eficacia probada de Giorgi Shermadini, ayudado por los triples de Bruno Fitipaldo y Emir Sulejmanovic, muy dañino tras el descanso.

Como ocurrió el sábado contra el Murcia, el conjunto vizcaino supo resistir a otro parcial adverso entre el ecuador del tercer cuarto y el arranque del último (del 56-47 al 63-67) para jugar el tramo decisivo con un tremendo aplomo en ambas canastas. Con el duelo igualado a 70 puntos a cinco minutos del final, Andrew Goudelock, Ludde Hakanson y Rafa Luz se compincharon con Delgado, omnipresente en todo lo que aconteciera a menos de tres metros de cualquiera de los aros, y el 81-73 a 2:23 del final tras un dos más uno del dominicano ya no tuvo vuelta atrás.

CONSTANTE TOMA Y DACA

Los de Vidorreta cogieron vuelo en el amanecer de la contienda gracias a dos triples sobre el límite de la posesión de Aaron Doornekamp y Fitipaldo, aunque los anfitriones supieron llegar con facilidad a las cercanías del aro rival, con Delgado muy entonado tanto en el rebote con en las finalizaciones, para evitar el intento de despegue. Un triple de Gytis Masiulis dio la primera ventaja a los hombres de negro, Marcelinho Huertas evitó que el 18-14 fuera a más y una canasta al límite del tiempo de Jeff Withey permitió que fueran los de Mumbrú los que cerraran en ventaja los diez minutos iniciales (22-21).

Cinco puntos seguidos de Álex Reyes para abrir el segundo cuarto llevaron a Txus Vidorreta a parar el partido aunque el 27-21 no era una brecha llamativa. Su toque de atención tuvo efecto. La retaguardia insular se rearmó, Sasu Salin y Shermadini aportaron puntos, Withey tuvo que sentarse con tres personales y las constantes vitales de la contienda cambiaron hasta el 29-30, con la afición muy contrariada con la actuación arbitral. El duelo se convirtió en un intercambio de golpes. Lo que Delgado facturaba en un aro lo devolvía Shermadini en el otro; si Dejan Todorovic castigaba con un triple, Jonathan Rousselle contestaba. Esta dinámica desembocó en un 44-43 en el ecuador de la contienda. Todo abierto.

En la reanudación, una salida en tromba de Delgado, absolutamente imperial debajo del aro tinerfeño con doce puntos en menos de cinco minutos empequeñeciendo tanto a Shermadini como a Guerra, permitió al Surne Bilbao Basket impulsarse hasta un esperanzador 56-47, pero el Tenerife no se desconectó del duelo merced a las muñecas de Joan Sastre y Huertas. En el momento en el que el pívot dominicano tuvo que sentarse en el banquillo para recuperar oxígeno, la efusividad de los hombres de negro cayó en ambos aros, con problemas para cerrar el rebote defensivo y sin opciones claras para anotar. Los de Vidorreta aprovecharon la circunstancia y dos triples seguidos de Sulejmanovic cimentaron un parcial de 2-13 para voltear el luminoso (58-60). Withey trató de taponar la vía de agua, pero Sule, desatado desde la línea de 6,75, permitió que fueran los insulares los que llegaran en ventaja a los diez minutos finales (61-63).

Shermadini amagó con impulsar a los suyos (63-67), pero entre David Walker, Damien Inglis y Rousselle la neutralizaron en un periquete (70-67). Una técnica -poco antes le había caído otra a Mumbrú- sacó del partido al base galo y el choque llegó empatado a 70 a los últimos cinco minutos, pero en el mayor momento de efervescencia el Surne Bilbao Basket tuvo pulso de cirujano. Goudelock, Delgado, Hakanson y Luz abrieron la brecha definitiva (81-73) y el sueño del play-off se mantiene vivo.