N la jornada en la que la ACB y Movistar decidieron programar todos los derbis posibles, seis, el de Miribilla fue el más desequilibrado de todos. Para el descanso, el Surne Bilbao Basketpor una de las mejores versiones del Baskonia de esta temporada y una de las peores de los hombres de negro que fueron a coincidir en esos diez minutos que mataron la emoción. El partido no tuvo desde ahí más historia que la evidente superioridad de los gasteiztarras, que no acusaron el desgaste de la doble jornada europea y sumaron otra victoria abultada en los derbis para una colección que ya empieza a ser larga. Y es que en este tipo de duelos ante rivales de Euroliga las pautas siempre son las mismas: la motivación puede más que el cansancio y el equipo inferior, en este caso el Bilbao Basket por más que la clasificación sugiriera otra cosa, tiene que hacer muchas cosas bien para aspirar al triunfo y los de Álex Mumbrú

El partido ante el Breogán fue un espejismo porque desde que se marchó Valentin Bigote el Bilbao Basket ha perdido pujanza en ataque. En los otros tres duelos, el equipo se quedó en 71, 72 y 62, cifras que alejan de la victoria porque obligan a jugar de manera continua en guarismos muy bajos y el Bilbao Basket no tiene recursos ni está preparado para ello. Más que los doce puntos de media del francés son la atención que reclamaba de la defensa porque podía anotar mediante el tiro exterior o en penetración. Sin esa amenaza el juego interior encuentra menos espacios y las ventajas que pueden generar Delgado, a quien ya nadie duda en hacer falta en cuanto encara el aro, o Inglis en el poste bajo son de menos calidad. Últimamente, las defensa colapsan la zona cada vez que ambos reciben el balón, pero el problema es que al mismo tiempo ha caído la eficacia en el lanzamiento exterior. El Bilbao Basket es el cuarto equipo en porcentaje de acierto desde los 6,75 metros con un 37%, pero en las tres últimas derrotas sus cifras en ese aspecto han sido 29%, 25% y 33%.

Walker aún no ha asomado en la faceta ofensiva y tendrá que hacerlo más pronto que tarde porque no se puede esperar que Hakanson, que además ayer domingo llegó muy justo, cargue con su parte y la de Bigote, o que Goudelock puede escapar siempre de la vigilancia defensiva. Ayer domingo, algunos de los quintetos que fue disponiendo Mumbrú tenían muy poca dinamita y eso lo aprovechó el Baskonia para cerrar cada vez más su defensa, dominar el rebote y encontrar campo abierto para desplegar la calidad de la mayoría de sus jugadores en el uno contra uno.

DEBILIDAD INTERIOR

En este sentido, resultó significativo que Delgado y Withey concluyeran el partido sin rebotes ofensivos y que los de Neven Spahija sumaran 44 puntos en la zona bilbaina. A los hombres de negro les faltó acierto, aunque también solidez, prestancia física. Quizás lo segundo fue consecuencia de lo primero, pero sus opciones en el derbi murieron demasiado pronto. Donde en una canasta había contundencia, en el otro había blandura que dio al Baskonia varias acciones de dos más uno que abrieron aún más brecha.

La situación en la clasificación no apremia, pero el Bilbao Basket está entre la escalera de subida y la de bajada, sin un objetivo al que aspirar ahora mismo a la espera de lo que ocurra en las próximas jornadas. Perder la confianza es uno de los mayores riesgos en este momento y el equipo vizcaino necesita encontrar de nuevo la inspiración y el filo en ataque, tanto como volver a reforzar su defensa, algo que señaló Rafa Luz la semana pasada. Se trata de no permitir ciertas licencias al rival para evitar caer de nuevo en las urgencias.

La ausencia de Bigote ha desequilibrado el juego de ataque del Bilbao Basket al perder amenaza exterior

El Baskonia anotó 44 puntos en la zona bilbaina y Delgado y Withey acabaron el partido sin rebotes ofensivos