MIRIBILLA se ha convertido en la vitamina que ha hecho fortalecer al Surne Bilbao Basket en su caminar por la Liga Endesa. Cinco triunfos seguidos en su cancha han cambiado la cara de los hombres de negro tras las cinco derrotas iniciales y que por culpa de un duro calendario fuera de casa, donde aún no han ganado, afrontan cada duelo ante su público con la necesidad de sumar la victoria para no descolgarse. Pero el equipo ha manejado a la perfección esa presión y los duelos en el Bilbao Arena se empiezan a parecer bastante a aquellos anteriores a la pandemia. Con el segundo triunfo en cuatro días, el Bilbao Basket pasó del amplio grupo con cuatro victorias a otro con cinco y ya tiene dos equipos por detrás.

La jornada obligaba porque habían ganado varios conjuntos de la zona baja y los jugadores de Álex Mumbrú respondieron de nuevo con una autoridad inesperada. Pero en esta Liga Endesa tan igualada como se esperaba y que Porfirio Fisac calificó de "espectacular y muy atractiva", que tiene a trece equipos separados por solo tres victorias y a once disputando competiciones europeas hay que aprovechar, sobre todo en casa, esos duelos ante rivales desgastados como ayer el Gran Canaria, que había jugado entre semana en Podgorica. Los triunfos como visitantes vuelven a estar caros para todos y el Bilbao Basket, consciente de lo que había en juego, puso la energía necesaria desde el primer minuto y marcó diferencias en una de sus mejores actuaciones de las últimas temporadas.

Y eso que el conjunto vizcaino no termina de sacarse de encima el gafe de las lesiones y Khyri Thomas fue el último en caer en el colmo de las desgracias porque afectan al último en llegar. Se dio así la extraña circunstancia de tener que activar de nuevo a Andrew Goudelock, que estaba más fuera que dentro del equipo en condiciones normales. Pero la MiniMamba al que se le supone curado de espanto tras una carrera llena de altos y bajos, firmó un partido notable por acierto y porque no quiso salirse del guion que ha encontrado el equipo, decidido a compartir el balón en busca de la mejor opción ofensiva. En los partidos ante el Breogán y el Gran Canaria, el Bilbao Basket ha elevado su media de asistencias y el propio estadounidense repartió ayer domingo tres, el doble de lo que había promediado en los diez partidos que había jugado hasta ahora en los que era uno de los jugadores de la competición con más uso del balón.

EL FACTOR REYES

En la plantilla bilbaina se ha entendido que lo mismo que se pide esfuerzo defensivo a todos los jugadores hay que tratar de involucrar a todos en el ataque. El Bilbao Basket es ahora un equipo con más recursos en los dos lados de la cancha y eso se refleja en los resultados. Goudelock solo hizo siete tiros, pero anotó quince puntos y de esa atención que siempre genera se beneficiaron otros. Por ejemplo, Álex Reyes, el jugador que más ha progresado respecto a su papel la pasada temporada. El cacereño-palentino está tirando de maravilla y su 55% en triples saliendo desde el banquillo es un factor que no se puede desaprovechar. Su confianza es alta ahora mismo y cuando está en cancha, sus compañeros tienen claro que hay que buscarle. Ante el Gran Canaria, Reyes alcanzó su segunda máxima anotación en la ACB y contribuyó a un detalle diferenciador. En el descanso, los suplentes del Bilbao Basket habían anotado 22 de los 55 puntos del equipo, lo que permitió mantener un ritmo muy alto que a los insulares se les hizo imposible de seguir.

Con esta brillante victoria, el Surne Bilbao Basket suma ya cinco en catorce jornadas, tantas como la pasada temporada en veinticuatro. El descenso está ya un partido por detrás por primera vez en la temporada y en el periodo navideño aún le quedan dos choques más en Miribilla, ante el Unicaja y el Andorra, para seguir engordando la cuenta. Su público está enchufado porque empieza a ver a un equipo reconocible, con carácter y solidario como esa lluvia de peluches que ayer domingo inundó el pabellón.

Goudelock firmó un partido notable por acierto y porque no quiso salirse del guion que ha encontrado el equipo

El banquillo del Bilbao Basket llevaba 22 puntos al descanso y así pudo imponer un ritmo imposible de seguir para el Gran Canaria