L Bilbao Basket afronta un fin de semana que puede ser determinante en su suerte de esta temporada y lo hará en solitario, sin la compañía en Miribilla de su afición que puede ver en la distancia cómo su equipo se despeña a la LEB. Son cuatro partidos los que quedan en el Bilbao Arena, pero la ausencia de público los convierte en finales sin escudo protector. Dijo Álex Mumbrú hace un tiempo que no se fijaba en lo que hacían los demás equipos porque "cuando eso ocurre es que ya no tiene remedio". Pero los hombres de negro ya han llegado a esa situación en la que ni siquiera ganar sus partidos le puede asegurar la permanencia y depende ya de resultados ajenos. Y tampoco la incertidumbre que ha creado el covid-19 en las dos últimas semanas ayuda a afrontar estos duelos sin retorno ante el Gran Canaria mañana viernes y el Burgos el domingo en la mejor disposición física y mental.

En este tramo, a los de Mumbrú les ayudaría ir de la mano del Gipuzkoa Basket (7-24), pero los donostiarras tienen un calendario muy duro y muy pocas opciones de salvarse, por lo que su motivación puede decaer en cualquier momento. La dificultad es enorme porque el Bilbao Basket (7-24) necesita sumar al menos tres victorias para empezar a tener opciones claras. Si son solo dos, una de ellas debería ser ante el Fuenlabrada (9-21) y que los madrileños no sumaran nada más para forzar un empate a nueve triunfos que beneficiaría a los vizcainos. Con diez victorias, tampoco estaría sencilla la cosa porque sería preciso que el Obradoiro (10-21) o el Betis (10-21) no lograran ningún triunfo más en los cinco partidos que les quedan, lo que no parece probable. Con once partidos ganados, o sea cuatro más de los que tiene, el Bilbao Basket elevaría sus opciones de salvación, salvo en un empate sencillo con el Estudiantes (9-23).

Aún quedan varios enfrentamientos directos entre los equipos implicados y en este sentido, mañana se disputa un Estudiantes-Fuenlabrada que puede aclarar mucho las últimas jornadas. Un triunfo de los colegiales vendría bien al Bilbao Basket, siempre que este sea capaz de ganar al Gran Canaria. Aún no sirve de nada pensar en el duelo entre los del sur de Madrid y los vizcainos que se aplazó hace dos semanas por el brote de positivos en el equipo madrileño y que se ha programado para el 9 de mayo. Hasta ese día, el Fuenlabrada tiene tres partidos y si suma dos victorias dará un paso enorme hacia la salvación.

SIN MARGEN DE ERROR

Porque en el caso del Bilbao Basket, las cuentas son muy claras: es el peor de los escenarios posibles, pero puede ocurrir que si no gana ninguno de sus dos próximos partidos, el domingo esté descendido a la LEB. Esto ocurrirá con dos derrotas bilbainas, dos triunfos del Fuenlabrada y uno del Betis, el Obradoiro y el Betis. Por tanto, los hombres de negro han llegado a ese punto en que juegan sin margen de error. Cualquier tropiezo puede suponer su condena definitiva. Por eso, dadas las circunstancias, tampoco conviene meterse más presión de la que ya existe, ni lamentarse por lo que ya no tiene remedio y tendrán que afrontar cada cita como una oportunidad de no acercarse más al precipicio y coger el desvío a la permanencia.

POSITIVOS POR COVID

A LA ESPERA DE NUEVOS RESULTADOS

La decisión, hoy. El Bilbao Basket sigue a la espera de los resultados de las últimas pruebas de control del covid para saber si mañana puede disputarse el partido ante el Gran Canaria. El laboratorio oficial encargado de los mismos aún no los había desvelado en la tarde de ayer, lo que también tenía en vilo al conjunto insular, que hoy mismo tendrá que desplazarse a Bilbao. Tras el positivo confirmado de Miniotas la semana pasada y de otro miembro del equipo el martes, la aparición de otro caso sería considerado brote y obligaría a confinar a la plantilla y aplazar este choque y el del domingo ante el Burgos.