HUBO que sufrir hasta el final en un partido de marcador casi centenario para que el Bilbao Basket sumara un triunfo que dispara sus opciones de disputar el play-off por el título. No es una bilbainada, es solo una consecuencia de la suma de victorias en el casillero de los hombres de negro, que hasta ahora habían ganado cinco partidos ante rivales de Euroliga y ayer lograron otro ante un equipo de ese calibre, que ha estado en la máxima competición continental y quiere volver. Por algo es el Unicaja el mejor equipo hasta ahora en la presente Eurocup. Pero el Bilbao Basket ya ha demostrado que puede con todo, incluso con un enemigo que acumuló 11 de 17 de triples en la segunda parte y 16 de 30 en todo el partido.

El partidazo de ayer en Miribilla, uno de los mejores que se recuerdan al margen de su significado e importancia, se disputó por los dos bandos a cara descubierta, sin especular, cada triple se contestaba con un triple y cada rebote con un rebote y tuvo un colofón adecuado. Ondrej Balvin, que no tendría que haber estado en la cancha porque no es un especialista desde la distancia, anotó dos tiros libres con todo el suspense del mundo para dar tres puntos de ventaja a los suyos y crear un margen de seguridad que durante algunos minutos estuvo en riesgo. En la última posesión, Jaime Fernández lanzó un triple para empatar y forzar la prórroga, pero, curiosamente, en esa acción no apareció el acierto que había mostrado el Unicaja en todo el partido.

Total, que el Bilbao Basket llegará a la Copa después de haber derrotado de forma consecutiva al Valencia Basket y el Unicaja, conjuntos a los que hace menos de una década podía mirar a la cara, pero que ahora deberían quedar lejos de su alcance. Pero los hombres de negro han recortado esas distancias desde que empezó la temporada con un baloncesto de altísimo nivel, de lujo por momentos y un nivel de confianza brutal. Álex Mumbrú ha conseguido que ninguno de sus jugadores se raje, que todos crean que pueden meter la pelota por el aro o, si no, ayudar de alguna manera. La importancia de la ausencia de Jaylon Brown es evidente, pero el Bilbao Basket ha logrado dos victorias sin él y eso habla muy bien de ese nivel de compromiso colectivo.

Tomeu Rigo era el jugador con menos protagonismo hasta ahora, pero ayer, además de fajarse en la defensa de los peligrosos exteriores de Luis Casimiro, no rehuyó el tiro cuando lo tuvo a su disposición y anotó un par de triples para decir al Unicaja que no podía descuidar su marca. Arnoldas Kulboka, que llevaba algunos partidos en tono gris en su especialidad, fue de nuevo el máximo anotador y con su acierto pudo compensar la ingente lluvia de triples que descargaron los malagueños tras el descanso. El lituano no deja de trabajar entre semana y poco a poco va mejorando en la selección de sus tiros. Los dos bases volvieron a demostrar que ya tienen el equipo en sus manos y sumaron trece asistencias. Lo agradeció sobre todo Ben Lammers, que desplegó una antología del mate y destrozó por el aire la defensa del Unicaja antes de volver a ser determinante con su extraordinaria defensa en el tramo final.

cuatro minutos para haws Incluso Tyler Haws tuvo 4 minutos y 33 segundos en su debut con el Bilbao Basket para dar frescura a su rotación. Luciendo el dorsal 33 de tan míticas reminiscencias, falló su único tiro a canasta y perdió un balón. Se le notó que acaba de llegar, pero al menos no se metió en jardines y cumplió con lo que se le pidió. Después de la Copa y del parón por las ventanas FIBA tendrá que dar su verdadera medida, aunque parece que su aportación, sin tener que acumular muchos minutos, puede contribuir a que el Bilbao Basket abra aún más el campo y encuentre nuevas vías de anotación, ahora que a algunos de sus jugadores principales ya les tienen cogida la matrícula.

El Bilbao Basket es una roca mental, no se cae por más que le golpeen y pese a que sufrió en la defensa de Adams, Brizuela y Fernández, que también metieron algunos tiros muy difíciles, logró llegar vivo al final. Ganar tantos partidos ajustados tampoco es una casualidad y con trece triunfos y con tres de ventaja sobre la novena plaza, toca hablar de otra cosa. No pasa nada porque si los hombres de negro no se han asustado hasta ahora no van a caer ahora en el vértigo de verse en las posiciones de privilegio.