El perfume no es solo cuestión de elegir una fragancia: también importa cómo se aplica. Así lo recuerda la dermatóloga Ana Molina, muy seguida en redes sociales por sus consejos claros y basados en la evidencia. En uno de sus últimos videos, la especialista detalla los pasos clave para que el aroma se mantenga durante horas, evitando a la vez irritaciones en las pieles más sensibles.
El primer consejo está centrado en la duración. Los perfumes deben aplicarse en los llamados puntos de pulso: muñecas, cuello, detrás de las orejas y en la clavícula. Según explica, estas zonas concentran calor corporal, lo que facilita que la fragancia se libere de manera lenta y continua a lo largo del día. Con este gesto, el olor del perfume se mantiene activo durante mucho más tiempo.
Pieles más delicadas
Ahora bien, no todas las pieles toleran el contacto directo con las fragancias. Muchas contienen alcohol u otros compuestos que pueden generar rojeces o irritación en personas con piel sensible. Para estos casos, Molina aconseja rociar el perfume sobre la ropa o el cabello, siempre manteniendo una distancia de unos 20 centímetros. De esta manera, se conserva la frescura del aroma sin sacrificar comodidad ni bienestar dermatológico.
La dermatóloga también comparte un truco pensado para quienes desean una estela envolvente: la técnica del “cloud” o nube. Consiste en pulverizar el perfume en el aire, delante de uno mismo, y atravesar esa nube ligera. La propia Molina define este método como "ligero, envolvente y elegante".
Además de estas técnicas, Molina insiste en un detalle que suele pasarse por alto: la hidratación previa de la piel. Aplicar perfume sobre una piel bien hidratada, ya sea con una crema neutra o con una loción perfumada a juego, ayuda a que las moléculas aromáticas se fijen mejor y permanezcan más tiempo. Como señala la especialista, la piel seca tiende a evaporar antes el producto, reduciendo su durabilidad.
¿Quién es Ana Molina?
Ana Molina es una dermatóloga y divulgadora científica muy reconocida en el ámbito de la salud y el cuidado de la piel. Licenciada en Medicina y especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología, combina su labor clínica con una intensa actividad como comunicadora en medios de comunicación, podcast y redes sociales. Su estilo cercano, claro y basado en la evidencia la ha convertido en una de las voces más influyentes cuando se habla de rutinas cosméticas, prevención del envejecimiento y fotoprotección.
Además, es profesora universitaria y colabora en iniciativas de educación sanitaria que buscan combatir los mitos sobre la piel y la cosmética. Con 397.000 seguidores en su perfil de Instagram, se ha consolidado como una referente del movimiento de “dermatología honesta”, explicando qué funciona realmente en el cuidado de la piel y advirtiendo contra modas o promesas sin respaldo científico.