Al Lointek Gernika se le escapa una pieza gorda

El partido arrancó con mucho ritmo y también errores, pero el notable trabajo defensivo y de rebote y el buen criterio en ataque fueron elevando al equipo de Lucas Fernández, que con la buena dirección de Itzi Ariztimuño logró una ventaja de diez puntos antes de llegar al descanso. El Lointek Gernika miraba a la cara a su poderoso rival, que pese a las dificultades siempre debe ser tenido en cuenta, y su afición se lo pasaba en grande.

Sin embargo, las granates se empleaban con mucha fe en sus posibilidades y un plan de partido que trataba de controlar a Arica Carter y Sika Koné, con éxito diverso, sobre todo en el caso de la pívot africana, que anotó canastas claves tras rebote de ataque. La fluidez ofensiva de las locales se mantuvo unos minutos y a tres minutos del final del tercer cuarto el Lointek Gernika alcanzó su máxima ventaja de 21 puntos (60-39) tras una canasta de Olaeta. Un golpe dejó a Westerik fuera del partido y esa ausencia se notó con el paso de los minutos.

El momento clave llegó en los dos minutos finales del tercer cuarto cuando el Avenida logró un parcial de 0-10, todos a cargo de Jespersen. El partido dio un giro total, la confianza pasó al bando salmantino y las dudas, al gernikarra. A seis minutos del final, Koné cerró un parcial de 3-20 que apenas pudo frenar un triple de Buenavida. Las visitantes estaban lanzadas, ahora les entraba todo y su defensa, apoyada en el cambio del criterio arbitral, asustó a las jugadores del Lointek Gernika, que se vieron por detrás a un minuto del final tras un esfuerzo ímprobo.

Una canasta tras rebote de ataque de Fam, la mejor del bando granate con 18 años, llevó el partido a una prórroga de máxima tensión en el que las locales tuvieron oportunidades que se les escaparon por algunas pérdidas de balón, algún balón suelto que acabó en manos charras y decisiones equivocadas en los tiros decisivos, también por parte de los árbitros. Aún así, el Lointek Gernika no aprovechó una posesión para ponerse por delante e Iyana Martín, también 18 años y un futuro esplendoroso para el baloncesto español, anotó la canasta ganadora a menos de dos segundos del final. Las locales tuvieron un último tiro, pero ya la fe se les había escapado y al final se llevaron un enorme disgusto, que no debería ser tal.