El Fuenlabrada vive un situación desesperada que le puede conducir a la LEB Oro después de diecisiete campañas consecutivas en la Liga Endesa. El equipo del sur de Madrid no gana un partido desde el 5 de noviembre y acumula 19 derrotas consecutivas, que suponen la segunda peor racha histórica en la ACB tras las 24 del Caja de Ronda en la campaña 1987-88. El club ha tomado decisiones que no han conseguido revertir esta tendencia negativa y el Fuenlabrada se enfrentará hoy al Bilbao Basket con su tercer entrenador (Josep María Raventós, José Luis Pichel y Óscar Quintana) y después de haber utilizado hasta ahora 21 jugadores. Contra los hombres de negro empezó esa racha funesta y contra ellos espera el técnico del Fuenlabrada que su equipo “dé un paso adelante” para sumar un triunfo que alimentaría una esperanza que se va apagando porque están a cuatro partidos de la salvación.

Lo cierto es que el equipo fuenlabreño lleva ya algunos años en situación inestable porque en la temporada de la pandemia estaba en puesto de descenso cuando se paró la competición y ya había acumulado una racha de diez derrotas consecutivas y la pasada temporada se salvó en la última jornada. En la génesis de todo están los problemas económicos que afectan al día a día del club y que provocaron que piezas claves en la confección de la plantilla en verano como Clevin Hannah, Jeremy Senglin o Dusan Ristic abandonaran el equipo sin haber podido dar su mejor nivel. Además, el joven Bassala Bagayoko, pilar defensivo y en el rebote, sufrió una lesión grave en la rodilla que le dejó fuera para toda la temporada.

Quintana, con fama de apagafuegos, no termina de contagiar carácter y capacidad de reacción a un grupo lastrado por las polémicas internas, que tienen apartado al base Jovan Novak, máximo asistente de la Liga Endesa, y que no termina de engarzar su juego colectivo, pese a que el club encontró piezas interesantes en el mercado que están aportando llamativos números individuales como Prince Ali, que empezó el curso en Granada, Ken Horton o Keanu Pinder. El caso de este último, pívot estadounidense llegado de Australia después de que el deseado Willie Reed no pasara los exámenes médicos, es destacable ya que en los cuatro partidos que ha jugado sus promedios son de jugador del máximo nivel, pero una lesión en el hombro le ha parado. Además, hace poco acaba de formar un contrato de dos años en la liga australiana y es duda para hoy. Si Pinder quiere arriesgar, el Bilbao Basket tendrá un problema.