bilbao - El capitán del Bilbao Basket acaparó la atención durante las críticas semanas que vivió el Bilbao Basket en los ocho primeros meses de 2014 y protagonizó la última jornada del año con una jugada que fue la mejor y con su ingreso en la lista de triplistas históricas de la ACB. Álex Mumbrú asegura que, como sus compañeros, ha recuperado “la ilusión y las ganas por competir” y disfruta de nuevo de un equipo que gana partidos.

El Bilbao Basket y sus aficionados han arrancado exultantes 2015. Su año, como decía el otro día en su cuenta de Twitter.

-El 15 es mi número de siempre y me transmite buenas vibraciones, sin más. La primera mitad del año anterior fue un desastre y la segunda ha sido mejor. Todo el mundo intenta ilusionarse y ponerse metas y el mensaje iba un poco por ahí.

¿Hay razones para volver a ilusionarse?

-Creo que sí. Si nos quedamos solo con la parte de esta temporada 2014-15, hemos empezado muy bien. Había muchas dudas, incluso para nosotros mismos, porque el equipo tuvo que confeccionarse a toda prisa, llegó gente con lesiones, pero Sito Alonso ha sabido mostrarnos enseguida cuál era el camino a seguir, cuál debía ser nuestra filosofía y lo hemos cogido y estamos compitiendo bien.

Este balance de 10-4 llama la atención y puede ser inesperado. ¿También dentro del vestuario?

-El deporte te pone una prueba cada fin de semana y venirte arriba no es bueno. Como tampoco lo contrario cuando te llegan las derrotas. Hemos empezado con diez victorias y seguramente nadie lo esperaba. Nosotros tampoco, pero sí creíamos que podíamos hacer una buena temporada. Como jugador si no eres ambicioso y te planteas retos importantes, no vas a ningún lado.

Con ese inicio de temporada con lesiones, gente sin poder participar, ¿en qué partido se da cuenta el equipo de que la cosa podía funcionar?

-Después de lo que pasamos en verano, cuando viene un entrenador y se identifica tanto con el club, hace lo que hizo él por el club, todo el mundo se dio cuenta de que había que hacerlo bien, teniendo en cuenta que el presupuesto era bastante menor que el de otros años y que había que ser por ello realista. Sito impregnó a todos de su manera de ver el baloncesto y de sentir un equipo. Los resultados pueden salir mejor o peor, pero lo que sí hay es esfuerzo y trabajo en cada entrenamiento. Por eso, no es que en ningún partido se encendiera eso, sino que lo hemos ido cogiendo poco a poco y haciéndolo cada vez mejor. Tenemos gente muy joven, gente que no ha jugado nunca en la ACB y seguramente nadie daba un euro por nosotros, pero sí teníamos que conseguir hacer un equipo y todavía estamos en ello.

Pero con un balance de 10-4, ¿aún hay margen de mejora?

-Si, lo hay. Por eso te digo que no hay que venirse arriba. Hay que tener los pies en el suelo y seguir trabajando porque somos un equipo que puede ganar a todos y también perder con cualquiera si no estamos a lo que tenemos que estar.

Con este balance, la Copa está muy cerca y si se mantiene un ritmo normal de victorias, podría llegar el ‘play-off’. ¿Cuánto necesitaban los jugadores que se mantienen en el equipo recuperar estos objetivos competitivos?

-Lo que teníamos que recuperar era la ilusión que habíamos perdido por todo lo que pasó el año pasado. Repito que debemos ser consecuentes con el presupuesto que ahora manejamos, que puede ser menos de la mitad de lo que era hace dos años. Entonces, los retos deberían ser otros, pero estamos ahí compitiendo con ilusión y ganas y esto se transmite en la pista, no solo por nuestra parte, sino por la de todos. Al final, esto te lleva a querer competir al máximo, pero ponerse objetivos no sería realista quizás. De momento, hay que asegurar la Copa y cuando llegue, habrá que disfrutarlo porque es muy bonito.

¿Cuál diría que es la principal virtud de este Bilbao Basket?

-Creo que es la inteligencia para entender la filosofía de Sito y confiar ciegamente en lo que nos dice. Él es el que ha comandado y provocado todo lo que estamos viviendo. Esa es una virtud importante: confiar en el entrenador. Y luego destacaría que somos un equipo, somos muchos los que podemos decidir un partido. El nivel del equipo está por encima del nivel individual de cada uno y eso es algo muy bueno.

Usted ya había trabajado con Sito Alonso. ¿Han sido los veteranos importantes para hacer entender a los jóvenes lo que el entrenador demanda?

-No creo. Los veteranos debemos predicar con el ejemplo, nada más. Nosotros hemos ganado títulos y hemos estado en grandes equipos y sabemos que eso se consigue con disciplina y con fe en lo que haces. No se trata de hacer entender nada a nadie. Solo hay que entenderlo y que los demás se den cuenta de que lo entiendes.

La ACB eligió su mate ante el Iberostar Tenerife como la mejor jugada de la jornada. Quizás esa acción resumía muchas cosas. ¿Ambición, rabia, liderazgo...?

-Fue una acción no premeditada y sorprendente porque no es habitual en mí, pero somos un equipo que tenemos que jugar al 200%. Sito Alonso nos ha inculcado el ir a tope para ayudar al equipo siempre y con esa acción podía transmitir dureza, esa sensación de que vamos todos a una y a tope. Solo espero que veamos alguna más, jaja.

También logró en el último partido la marca histórica de 650 triples en la ACB. ¿Les da mucho valor?

-No, además me fastidia ir batiendo récords esta temporada porque eso quiere decir que pasan los años, jaja. Te hace ilusión porque significa que estás en un grupo de escogidos, pero no le doy más importancia.

Y con todos los años que lleva en Bilbao, ¿se siente como el faro, la referencia del equipo y del club?

-No, la verdad es que no. Si algo ha quedado claro es que en el Bilbao Basket no hay nadie imprescindible. La gente se identificará más con unos que con otros y puede ser que a mí me conozcan más, pero lo mismo puede ocurrirles a Axel, a Raúl, a Tobias o a cualquiera. Llevo muchos años aquí, estoy muy a gusto y con todo lo que ha pasado este verano, es importante para el club y los aficionados saber que los jugadores se involucran con el proyecto, que realmente quieren al equipo y quieren que esto vaya bien.

¿Cree que el club ha pasado lo más difícil?

-No sé, espero que sí. La situación hace unos meses era dramática, al borde de la desaparición, pero hay gente que se ha metido en el proyecto y ha tratado de explicar la situación tal cual es. La situación no es boyante, pero sí mejor que hace un tiempo. Hace falta apoyo porque de la misma manera que a lo que pasó la temporada anterior no se llegó de un día para otro, no se puede salir ahora de un día para otro. Se necesita tiempo y gente que acompañe al proyecto. Por eso, cuando el equipo va bien, es más fácil que la gente vaya de la mano.

A usted, como a los que estuvieron el año pasado al frente de la situación, ¿les ha resultado difícil tirar para adelante?

-Ha habido momentos duros, pero muchas veces hemos hecho lo que nos ha pedido el corazón más que atenernos a la realidad de las cosas. Al final, la gente lo ha valorado. Ha sido difícil, pero yo tengo facilidad para dejar atrás lo malo, aprender de ello y olvidarlo rápido. Eso está olvidado porque el equipo está bien, vuelvo a ver Miribilla lleno y a la gente disfrutando de nuevo y eso me hace especial ilusión.

Estos dos próximos partidos van a ser una demostración inmejorable de esto que comenta, de que hay que disfrutar del día a día.

-Eso es lo que repito siempre: hay que disfrutar de cada entrenamiento, de cada partido, porque ya hemos visto que en cualquier momento puede darse la vuelta, como ocurrió el año pasado, y llegar a una situación límite que nadie quiere. Hay que disfrutar, pero sin dejar que las cosas pasen sin más. Estamos compitiendo y hoy el campo estará de nuevo lleno. Eso es lo más importante.